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Domingo, 10 de abril de 2005
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Música > El regreso de Nat King Cole

Aterciopelado

Una magnífica antología pone las cosas en su lugar: más allá de sus ampulosidades y su español imperdonable, Nat King Cole –como Presley, como Goyeneche, como Sinatra– fue uno de los grandes cantantes populares del siglo XX.

Por Diego Fischerman
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Fue uno de los cantantes populares más famosos y, también, el más discutido. Curiosamente no se lo discutía por lo que hacía sino por no hacer lo que no hacía. El 17 de marzo hubiera cumplido 86 años; murió mucho antes, hace 40, de cáncer de pulmón. Fue el primer negro que tuvo un programa de televisión propio, el primero que vivió como millonario en un barrio de blancos y el primero que, siendo músico de jazz, decidió no serlo.

Nathaniel Adams Coles, conocido como Nat King Cole, fue un pianista extraordinario y el fundador de un trío extraño (piano, contrabajo y guitarra eléctrica) que marcaría a fuego, entre otros, a Oscar Peterson. Pero se dedicó a cantar, y los críticos estadounidenses –entre quienes había muchos más fundamentalistas del jazz que fans de la canción popular– no se lo perdonaron jamás. Ya lejos de las barricadas, la magnífica antología que acaba de publicar localmente EMI –The World of Nat King Cole– viene a poner las cosas en su lugar.

Es cierto: hay berretadas. Algún coro ampuloso. Algunas cuerdas de más. El involuntario dúo post-mortem con su hija Natalie. Y, por supuesto, el imperdonable castellano de “Quizás, quizás, quizás”. Pero por sobre todo están la única voz verdaderamente merecedora de un adjetivo tan impreciso y bastardizado como “aterciopelada”, un fraseo exquisito y una precisión paralizante en la manera de jerarquizar y hacer memorables algunas palabras dentro de textos, en general, bastante olvidables. “Smile” en la versión de 1961, con arreglos de Nelson Riddle; “(I Love You) For Sentimental Reasons”, con el trío que conformó junto al guitarrista Oscar Moore y el contrabajista Johnny Miller; la bellísima “Nature Boy”, donde al trío se le agrega la orquesta de Frank DeVol; “You Stepped Out of a Dream”, orquestada por Pete Rugolo; “When I Fall in Love” o “Stardust”, con arreglos de Gordon Jenkins, y –claro– “Mona Lisa”: este puñado de canciones alcanza para considerar a Cole, junto a Sinatra, el primer Goyeneche, Edith Piaf y Elvis Presley, uno de los grandes cantantes populares del siglo XX. La fantástica remasterización y la fidelidad del sonido, sumadas al DVD adicional que incluye esta edición, con una película del mismo nombre, completan una oferta difícil de resistir.

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