Domingo, 9 de junio de 2002
PERSONAJES
RECUERDOS DEL FUTURO
El 11 de setiembre del año 
pasado, cuando Al Qaida borró del mapa las Torres Gemelas de Nueva York, 
corrió un rumor inquietante: un pintor argentino habría profetizado 
la tragedia en un dibujo de 1939, cuando las Torres ni siquiera eran un sueño. 
El dibujo era de Benjamín Solari Parravicini, 
(a) Pelón, un aristócrata porteño que alternó 
los pinceles con los vaticinios y se hizo secretamente famoso al anticipar dicen 
el lanzamiento del Sputnik, la TV, las comunicaciones por satélite y la 
fecundación in vitro. Conozcan la historia del Nostradamus argentino, el 
hombre que ya está en boca de todos. 
Por Mariana Enriquez

Tres profecÃas: 
Las torres gemelas. El 20 de diciembre. Osama Bin Laden.
Benjamín Solari Parravicini 
nació en 1889 en el seno de una familia aristocrática. Su bisabuelo 
fue esposo de Mariquita Sánchez de Thompson, su madre era la prima hermana 
del actor Florencio Parravicini y su padre, Benjamín Tomás Solari, 
fue diputado nacional y psiquiatra de renombre. La familia tenía una mansión 
en Vicente López, una suerte de palacio llamado La Casona, 
que Benjamín usó como chacra de adulto. Era el mayor de ocho hermanos 
y le decían Pelón. Durante toda su vida se dedicó 
a la pintura con bastante éxito: llegó a exponer en los salones 
de la Asociación Amigos del Arte (en la calle Florida) y recibió 
felicitaciones del entonces presidente Marcelo T. de Alvear, que acudió 
a la muestra. Más tarde obtuvo un premio en una exposición internacional 
organizada en la Rural y enseguida expuso en Lieja, Bélgica, donde consiguió 
una medalla de oro y logró que el rey Alberto 1º comprara una de sus 
obras. Hasta llegó a ser director del Museo de Bellas Artes de la Municipalidad 
de Buenos Aires.
Casi nadie se acordaba de él, sin embargo, hasta setiembre del año 
pasado, cuando Al Qaida atacó las Torres Gemelas en Nueva York y comenzó 
a crecer un rumor: el pintor argentino habría profetizado el hecho y 
de forma contundente, además en uno de sus dibujos. Es que Solari 
Parravicini era bastante más que un pintor: por estos días se lo 
llama el Nostradamus argentino, y hasta hay quien se atreve a ponerlo 
por encima de aquel célebre profeta. Víctor Manuel Jara, especialista 
en Parravicini que trabaja en Kier, la librería-editorial que publica los 
libros del profeta, sostiene que tiene sus detractores, pero para mí 
es el más impresionante de los videntes a lo largo de los siglos. Incluso 
más que Nostradamus. Nostradamus es muy complejo, muy oscuro; escribía 
en provenzal, y las traducciones no siempre son buenas; es ambiguo, cambiaba las 
fechas tendenciosamente para que no se descubrieran. Solari escribía en 
nuestro idioma, es contemporáneo y además están los dibujos 
originales en poder de sus amigos para verlos. Además, Parravicini 
está de moda: sus primeros dibujos proféticos fueron publicados 
a fines de los 60 en la revista Conocimiento de la Nueva Era, que se vendía 
sólo por suscripción. Desde entonces aparecieron cada tanto algunos 
libros sobre su trabajo, como el de su amigo Sigurd Von Wurmb, en 
1972. Este año, con el renovado e inesperado interés, Von Wurmb 
publicó el segundo, Dibujos proféticos: Tomo II, en Editorial Kier, 
y Norberto Pakula desempolvó 172 dibujos que el profeta le había 
regalado para recopilarlos en El testamento profético de Benjamín 
Solari Parravicini. Los libros con sus profecías se venden como pan caliente, 
y la conferencia que el investigador Dante Franch dio sobre él el viernes 
pasado, en el teatro Astros, se promocionó en Crónica TV, un evidente 
signo de popularidad. 
El dibujo que lo redescubrió es inquietante: muestra la Estatua de la Libertad 
partida por la mitad, con dos edificios que se derrumban a sus lados. Lo hizo 
en 1939, cuando las Torres ni siquiera habían sido soñadas. Como 
el resto de sus dibujos proféticos, lo acompaña un texto que dice: 
La libertad de Norteamérica perderá su luz. Su antorcha no 
alumbrará como ayer y el monumento será atacado dos veces. 
Para colmo, en su discurso del 11 de setiembre desde la Casa Blanca, George W. 
Bush usó un lenguaje parecido al del profeta. Dijo: Estados Unidos 
fue blanco de un ataque porque somos el faro de la libertad y oportunidad en el 
mundo. Y nadie hará que esa luz deje de brillar. En 1972, Parravicini 
dibujó lo que se cree es el anuncio de la aparición de Osama Bin 
Laden. Decía: El guerrillero fatigado acribillará al que le 
creó. Se tornarán entre ellos. Exterminio. 
Estas profecías son sólo dos de las más de 700 psicografías 
que Parravicini hizo desde los años 30, cuando empezó su actividad. 
Una psicografía es una escritura o dibujo hecho por una persona 
pero sin intervención de la mente consciente, recibido a través 
de un canal extra-físico. Lo que significa que Parravicini dibujaba y escribía 
a dictadode una voz a la que llamaba su Angel Amigo o 
Fray José de Aragón, según reza en las cartas 
a su amigo Sigurd Von Wurmb, el primero en publicar un libro sobre el profeta, 
en 1972. La primera señal de sus capacidades paranormales llegó 
en los años 30. Antes de esa década, Parravicini tenía algunas 
habilidades: podía encontrar objetos perdidos y hasta personas. Pero una 
noche, en la casa paterna de la calle Córdoba, una lámpara estalló 
en su habitación mientras estaba leyendo una novela. Según le dijo 
a su hermano menor, Justino, la lámpara se estrelló contra una pared 
cuando él levantó la mirada. Desde entonces empezó a pasarse 
las noches encerrado, dibujando lo que la entidad le dictaba. En sus cartas a 
Von Wurmb explicaba que con el Angel conversamos como amigos viejos constantemente 
y a toda hora. Parravicini tuvo premoniciones hasta que murió, en 
diciembre de 1972. Nunca buscó al espíritu que lo usaba como instrumento. 
Toda comunicación con el Alto llega espontáneamente, 
decía. Yo nunca llamo ni invoco. Nunca realizo reuniones ni asisto 
a ellas. 
Como todo lo relacionado con lo paranormal, el caso Parravicini puede reducirse 
a una serie de disparates o, en todo caso, a una serie de interpretaciones disparatadas 
de las fantasías de un hombre por demás imaginativo. Lo cierto es 
que, unos meses después del gran impacto de las Torres Gemelas (el dibujo 
se reprodujo en revistas europeas y Fabio Zerpa, amigo personal de Parravicini, 
llegó a hablar del tema en talk-shows norteamericanos), el profeta argentino 
se puso de moda y las recopilaciones de sus psicografías empezaron a venderse. 
Entonces, en diciembre, pareció cumplirse otra profecía impactante. 
En 1971, Solari había vaticinado que la Argentina tendrá su 
Revolución Francesa en triunfo. Puede verse sangre en las calles si no 
ve el instante del hombre gris. Y un año más tarde: La 
clase media salva a la Argentina. Su triunfo será el mundo. Los creyentes 
están convencidos de que esa Revolución Francesa sobrevino el 19 
y 20 de diciembre, y no tienen dudas acerca de la interpretación de la 
clase media. En lo que discrepan es en el hombre gris. Muchos 
creen que es un individuo, para otros una clase social, dice Jara. Para 
mí es alguien inoperante, pero esa etapa ya pasó. Después 
hay otra profecía que habla de tres hombres: podría ser una junta. 
Ellos elegirán a un nuevo hombre. El problema es que también es 
un hombre gris. Puede querer decir que será más de lo mismo, o que 
ese hombre cambiará algo. Yo no creo.
Pero Solari Parravicini no veía un futuro negro para Argentina. Todas sus 
profecías se detienen en el 2002, porque, explica Jara, el poder 
que le permitió ver el futuro no lo dejó ir más allá. 
Su veredicto era que esta crisis pasaría después de una gran prueba 
de depuración, e incluso que el país volvería a recibir inmigrantes, 
por la sencilla razón de que el resto del mundo se incendiaría. 
En 1972 escribía: Argentina samaritana del mundo y Argentina 
es vacía porque vacía debe permanecer, hasta el día de la 
llegada de su hermano mundo, herido en los fuegos.
Todo esto, en efecto, puede considerarse una vaguedad. Pero Solari Parravicini 
sabía ser muy preciso. El 80 por ciento de las profecías de 
Solari se cumplieron, explica Jara, y además son de muy fácil 
interpretación. Anticipó el lanzamiento del Sputnik, la TV, las 
comunicaciones por satélite, la fecundación in vitro. Tiene una 
lucidez increíble. Las que son un poco más difíciles o polémicas 
son las que se refieren a temas espirituales o religiosos. Las de temas políticos 
o sociales son claras como el agua. Como los amigos del profeta (entre los 
que figuran Zerpa y Pedro Romaniuk), Jara es un entusiasta, pero también 
es cierto que algunas de las psicografías de Parravicini impresionan. Aquí 
van algunos ejemplos. 
* En 1937 (veintidós años antes) anuncia la aparición de 
Fidel Castro: Cabeza de barba que parecerá santa mas no lo será, 
y encenderá las Antillas. 
* En 1938 anticipa las fechas de la ocupación alemana de París en 
una psicografía donde aparece la bandera tricolor francesa: Caerá 
el corazón del mundo, año 40. Caerá y será alemán 
hasta el 44.
* Ese mismo año anticipa los satélites, la TV, la fecundación 
in vitro y la perra Laika: Llega un nuevo sistema de comunicaciones en el 
mundo por planetas artificiales; ¡Visión doméstica! 
Por pequeña pantalla se verán en domicilio propio los sucesos externos; 
Maternidad artificial ¡cultivada!; El can será 
el primer volador.
Así como podía ser preciso, Solari Parravicini también solía 
ponerse apocalíptico. En 1959 profetizó que naves interplanetarias 
no visibles a la retina humana llegarán a la Tierra. Habitarán América 
en el extremo Sud. Allí recogerán materiales para socorrer al mundo 
en el hambre y en el cataclismo de fuego. Portarán sangre humana a sus 
laboratorios satélites para elaborarla artificialmente. ¡Proveerán 
de hemoglobina!. Esto, hasta donde sabemos, no pasó. Más razonables 
suenan sus advertencias sobre el poder de la cibernética. En 1972, por 
ejemplo, escribió: La automatización entusiasta del ser humano 
por la máquina inteligente que crece en poderes le llevará a la 
inutilidad; La computadora desafiará al hombre que le creó 
y le derrotará en su todo. La máquina perecerá en los fuegos; 
o: Humanos: la cibernética, forma tecnológica de poder, será 
asesina del hombre en el llegar del llanto. En una línea distinta 
anuncia el papel de Oriente como Oriente sangra, su sangre sangrará 
a Occidente ¡será en el fuego!. 
A lo largo de su vida, Parravicini dijo haber tenido varios contactos con extraterrestres. 
Creía que llegarían a salvar el mundo. De hecho fue a través 
de ese tema como conoció en 1968 a Fabio Zerpa. Se cree que hizo más 
de mil dibujos, muchos de ellos perdidos, porque al principio, cuando no comprendía 
lo que estaba haciendo, tiraba los garabatos que ejecutaba siguiendo los dictados 
de la voz. Semejante cantidad de premoniciones autoriza cierto escepticismo: que 
alguna vez acertara se puede alegar-era una mera posibilidad estadística. 
Pero conviene anotar por las dudas una de los últimos dictámenes 
que profirió sobre la Argentina: Sufrirá la tormenta en pequeña, 
la que luego azotará al mundo. Será ejemplo. Y la tormenta, 
ese gran cambio que azotaría al mundo, tendría lugar en la Hora 
12. Lástima que Solari Parravicini no haya precisado a qué 
hora de nuestra cronología corresponde. 
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