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Domingo, 31 de julio de 2005
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Taras > Los fans argentinos de Michael Jackson

Un brindis por Michael Jackson

Dos soldados, tres hermanos, un santafesino y una fotógrafa: la crème de la crème de los argentinos obsesionados con Michael Jackson brinda por el resultado del juicio por abuso de menores. Radar se sirvió una copita y aprovechó para preguntar un par de cosas.

Por Julián Gorodischer
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La euforia es permanente y ya lleva más de un mes: los dobles y fans de Michael Jackson siguen en el estado de gracia que comenzó apenas escucharon el veredicto: “Libre de todos los cargos”. Ahora son analistas sagaces de la sentencia, conocedores profundos de las estrategias del fiscal y la personalidad de cada jurado, detractores del pobre Edward Moss (el doble de Michael en el falso juicio que emitió E! Entertainment). Se emborracharon en reuniones compartidas al pie del televisor y abarcaron un amplio espectro de reacciones que incluye a los soldados-fans Martín y Nelson brindando por Michael (literalmente) al pie del cañón y provocando a la milicia: “Rarito, a ver si ahora me decís rarito”. O el salto y griterío de Marcos Ramos que, en la casa de sus padres, casi rompe un jarrón. Su hermano de 11, Piernitas de Oro, se puso a bailar en un frenesí que no termina. Esta vez, reunidos en el Burger King del Obelisco, acceden a un brindis que alcanza un pico de emotividad: “Si la tengo enfrente a esa mina, a la madre del chico que lo acusó de abuso –verduguea Mauricio Michael Mastroiácono, especialmente venido desde Santa Fe–, la agarro del cuello y la estampo contra la pared”.

Esta es la elite entre los adoradores de Michael Jackson, que se hicieron famosos de repente después de aparecer en el documental Fanáticos, de Ariel Winograd: llegaron desde Santa Fe, Entre Ríos y los barrios, y son líderes de clubes y cofradías que modificaron sus nombres reales como forma de tributo. Están: Mc Jackson (un calco, frenado a tiempo antes de la cirugía para reducir la nariz), los tres hermanos Ramos (de corbatín y lentejuelas), los soldados Martín Closter y Nelson Jackson (una rareza en el Ejército), y Mauricio Michael Mastroiácono (una celebridad en El Trébol, Santa Fe). La performance empieza con un pasito adelante del Michael santafesino para ejecutar su brindis personal: “Borrón y cuenta nueva... y que sus hijos puedan crecer en paz”.

Influencia

Como fieles de una religión, tienen algo que agradecer. El extraño Mc Jackson, afroargentino, alguna vez quiso tener en su cara la nariz que se vio en el video de “Bad”, se hartó del qué negro de mierda que le dedicaron en la escuela, prohibió a su padre que lo buscara a la salida, hasta averiguó para operarse, pero la letra de “Black or White” (“Si tú quieres ser mi nena, no me importa si eres blanca o negra”) fue la salvación. Así con todos: los versos conscientes de “Hill the World”, “Black or White”, la proclama antibélica o el insistente proteccionismo del medio ambiente prenden y generan una fidelidad sin dudas. Dice el militar (literalmente militar) Martín Closter (del club La leyenda continúa) que “Michael no fue a los niños; son los niños los que van a él”.

–Y sí –sigue el soldado–, los compañeros del cuartel te cargan: Eh, te gusta Jackson, sos raro... O dicen: Eh, hay que sacarte los nenes. La mayoría de la gente cree en la prensa, pero Michael tiene un niño adentro por su infancia controversial. Los padres lo maltrataban; no jugaba con juguetes.

Su recuerdo del Día D (la lectura del veredicto) vuelve con lágrimas en los ojos: recuerda la cuenta regresiva, el televisor ardiendo en el cuartel en una maldita noche de guardia, hasta alcanzar a ver la paloma blanca liberada por los fans frente al juzgado. El fiel eleva la copa por la liberación, enfrentando todos los términos de la corrección política, por fuera de las ligas de moralidad, abonando dos mitos a la vez: el clásico Peter Pan o el más reciente Willy Wonka de Johnny Depp: pasión por fuera de la categoría pedófila en extraña asexualidad afín a la liturgia cristiana del amor místico. “Es como un niño –insiste el soldado Closter–; se lo ha visto jugar en filmaciones privadas como un chico más. Yo pienso que mi hombría no choca con la de él: daría cualquier cosa por ser su amigo. ¡Claro que pasaría una temporada en Neverland (su parque de diversiones privado)! Dejo todo y voy para estar al lado de él, es un sueño que tengo y que espero, algún día... ¿Dormir con él? No... yo sé que eso no me lo va a pedir.” Su liberalidad se limita a una zona franca; no es que el soldado Closter sea permeable a una tolerancia sexual que supere a la norma. Nada de eso.

–A mí Madonna no me gusta –se diferencia–. Lo mismo que piensan de Michael yo opino de ella después de verla darse el pico con Britney. No me gustan las lesbianas, pero tampoco las juzgo. No voy a salir a condenar, pero cada uno sabe qué prefiere.

Climax

Clavados frente al televisor como en un Mundial, recuperaron la sensación que da una cita mediática esperada: recrearon extraños rituales como el del Michael santafesino (que colgó una bandera con un salmo: “¡La verdad nos hará libres!”) o bailaron frenéticamente como el joven Piernitas de Oro, de once, para emitir una vibración que influyera en la liberación. En el minuto después, pegaron el alarido frente al televisor, o pegaron la cachetada al estúpido que gritó: Escondan a los bebés, o dieron el palazo de pool en la cabeza al cretino de pueblo que molestó hasta el final... O repitieron la respuesta siempre igual que dan al lego. Como ahora...

A ver... ¿por qué es blanco?

Nelson Jackson: Nadie en este mundo puede cambiarse de color, y a Michael la naturaleza le brindó la enfermedad del vitiligo.

¿Por qué casi no tiene nariz?

N.J.: Si todos los que se operaron en Hollywood se tuvieran que ir, se vaciaría Hollywood.... El día de la liberación me tocaba trabajar en el Ejército, pero yo necesitaba estar con alguien para festejar, o llorar o lo que fuese. Mi corazón palpitaba a mil... veo que tiran una paloma... y empieza el conteo: primero, inocente/ segundo, inocente. En el cuartel hay varios fans. Pedí que me cubrieran y nos reunimos para celebrar.

Jimena Jackson Ramos (de corbata, lentejuelas, pañuelo y sombrero...): Al otro día tenía que dar un parcial, dejé de estudiar... y lo veo entrar al Tribunal... y lo declaran inocente... queda absuelto. Yo siempre pensé que era un gran complot para bajarlo a él, que lo atacaban por ser diferente.

Mauricio Michael Mastroiácono: Tomé tanto vodka y caipirinha que no podía parar de bailar el tema “Black or White”, el único que tienen en la confitería de El Trébol, mi pueblo. A un amigo que me cargaba lo agarré con un palo de pool; es para hacerme más mal a mí que a Michael.

Tiren al doble

Los fieles se convirtieron en consumados analistas de discurso. Fueron protagonistas del extraño fenómeno del 2005: enterarse de las noticias mediante un show actuado (un reality journ), como estrategia para ingresar al juicio blindado. El canal E! les entregó a un doble y falsos testigos para contar la tragedia del niño abusado y enfermo de cáncer en el horario de la cena. Los fieles miraron, escucharon, grabaron todo y volvieron a verlo, sin un ápice de compasión, absolutamente inmunes al drama del niño terminal, en estado continuo de resistencia. Edward Moss, el doble, repentina celebridad que en los Estados Unidos es casi tan famoso como Michael, se dedicó a poner cara de nada, mudito en el banquillo, con una levantada de cejas cada tanto. Los fieles lo detestan...

–El doble fue engañoso –se queja Jimena Jackson Ramos– para los fans. Mirá si ahora lo manda a cantar a un show y él se queda fumando un cigarrillo.

Soldado Closter: Muy parco, parecido a Michael, pero falto de gestos. Quizá porque el mismo Michael estuvo inexpresivo durante todo el juicio. Tal vez quiso reproducirlo tal cual.

La fan María Eugenia, alias MEP, conocía el veredicto antes del final, estudiosa como pocas de cada indicio. “Decían que el hermano de la víctima lo vio abusando del chico desde la escalera –grave, como alterada–. ¿Pero cómo siguieron quedándose en Neverland sin contarle nada a la madre? No cierra.”

¿Más irregularidades?

MEP: Otra que no me cierra es cómo puede ser que los hermanos decían que los tenía prisioneros, e igualmente iban y venían de la casa de la abuela sin avisar a la policía. Ya cuando se destapó que la madre hizo juicios a otras celebridades y siempre los perdió, supe que todo iba a terminar bien.

Instrucciones

Para el armado de un look, en el paraíso del ídolo liberado, Jimena Jackson Ramos, que aprendió a bailar para hacer reír a mamá, recomienda como en un largo poema de corriente de la conciencia: “Tener un afro, pero no quemarse el pelo/ cortárselo re cortito como en otra etapa de Michael/ pasar al rubio platinado para ponerle algo personal/ ir viendo cómo cambia/ mantener el estilo de traje brilloso/ la corbata como marca registrada/ el pelito largo y el rulito/ el sombrero encima del pañuelo”.

Piernitas de Oro (su hermano): ¿Quieren secretos para bailar? Que se te vaya la vergüenza, tratá de ser vos mismo, manejá los brazos, las piernas y la cabeza todo al mismo tiempo. Si Dios no te dio el don, sacate lo duro del cuerpo.... Miren los videos muchas veces, saquen más o menos los pasos, muevan la pelvis para adelante, las piernas, cabeza, brazos, y después todo junto a ver si sale... Pero primero junten brazos con piernas, después piernas con cabeza...

¿Y si todo se hace un nudo?

Piernitas de Oro: El riesgo existe... pero intentarlo vale la pena.

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