Imprimir|Regresar a la nota
Domingo, 18 de agosto de 2002
logo radar
Televisi贸n 1

Me gusta ser mujer

En medio de un panorama de refritos y ajustes, su aparición es doblemente sorpresiva. Mezcla de programa de humor y magazine, conducido con un desopilante elenco de cinco mujeres (Beatriz Taibo, Mónica Galán, Andrea Politti, Ernestina Pais y Mariana Levy) y capaz de cruzar el talk show de Moria con un museo de lo que se llevó la convertibilidad, Una para todas consigue responder lo que pocos: cómo hacer humor apto para todo público hoy en día.

Por Mariana Enriquez
/fotos/radar/20020818/notas_r/megusta.jpg
Quieren que haya diversidad, demostrar que las mujeres no son un colectivo homog茅neo, y lo consiguen mucho m谩s gracias a sus diferentes personalidades que a los guiones. Ernestina Pais es la treinta帽era masculinizada, preciosa y para nada cuidadosa de las formas. Andrea Politti, actriz, es la que transita los cuarenta cargada de sensualidad; Beatriz Taibo tiene m谩s de sesenta, y es la abuela canchera que trabaj贸 toda la vida; M贸nica Gal谩n, actriz, es la cincuentona elegante que vivi贸 en carne propia la revoluci贸n femenina de los 鈥60; y Mariana Levy, movilera de varios programas y estudiante de teatro, es la de veinte que sale a la calle y une desparpajo con cierta ingenuidad. 鈥淯na para todas鈥, el programa que comparten todos los d铆as a las 16 por Telef茅, no es, aseguran, un programa para mujeres. 鈥溌縊 acaso los programas que hacen los hombres son para los hombres?鈥, se pregunta Andrea Politti, harta de los encasillamientos, justamente ella que ha deambulado por elencos femeninos, desde Confesiones de mujeres de treinta hasta Acaloradas.
La verdad es que 鈥淯na para todas鈥 busca un p煤blico general, a pesar de que inevitablemente cae en ciertos lugares demasiado visitados del humor femenino: es imposible no reconocer el esp铆ritu de Maitena en los sketches, o el estilo de Cristina Wargon, una de las guionistas (aunque hay guionistas varones, como Diego N煤帽ez o Fernando Balmayor). 鈥淕randiosas鈥 tambi茅n apela al humor, pero su mirada hacia lo femenino es mucho menos cr铆tica y apunta m谩s a lo period铆stico y la seriedad pol铆ticamente correcta. 鈥淟as Cortesanas鈥 y 鈥淎corraladas鈥 se escudan en el panel de opini贸n, las primeras demasiado enredadas en divismos, las segundas en la discusi贸n. En este gran mon贸logo de vaginas, 鈥淯na para todas鈥 busca un lugar distinto: hay cachondeo manifiesto (lejos de poner a los hombres constantemente en la picota, suelen ratonearse en voz alta), micros de ficci贸n y humor (especialmente con peque帽as situaciones con t铆tulos al estilo 鈥淓l encuentro con las ex鈥) y reconocimiento de la crisis, con (y la idea es muy lograda) un museo de objetos que se fueron con el 1 a 1. Cuando Guillermo Francella estuvo invitado, dej贸 un aceite de oliva, y Hugo Arana un whisky importado. M贸nica Gal谩n explica que 鈥渆s necesario incluir a la mujer real, hay una autocr铆tica a todo lo que nos cre铆amos, a todo lo que compramos. Aqu铆 se editaron best sellers como El horror econ贸mico, de modo que nadie puede decir que no sab铆a lo que se avecinaba. No estaba todo tapado como en la dictadura鈥. Lo que buscan, en fin, es lograr desde el humor y cierto aspecto testimonial, un programaentretenimiento hecho por mujeres reales (鈥渕ujeres de laburo que dejamos a nuestros hijos en casa鈥, dice Beatriz Taibo) para mujeres y hombres reales. Los lugares comunes est谩n all铆, pero tambi茅n las buenas intenciones.
驴Qu茅 es lo que, a juicio de estas mujeres de 20 a 60 鈥搇a idea del abanico de edades de la productora Andrea Stivel es original y sencilla al punto que sorprende que a nadie se le ocurriera antes鈥, ya no se puede hacer en programas femeninos, aunque el r贸tulo no les guste? Andrea Politti detesta los chismes, y el estereotipo de la mujer como correveidile, y todos los programas de la tarde que apunten hacia all铆. M贸nica Gal谩n cree que est谩 perimida la ense帽anza de cocina y los trabajos manuales (aunque a ella le encanta hacerlos en casa). Para Andrea
鈥渆so est谩 para las mujeres de un cierto nivel social, el de las mujeres que viven en los countries, las mujeres de los ricos, que deben ser 15, y hay un canal para ellas. No hace falta m谩s鈥. Para Beatriz Taibo, ya no se puede acudir ni a Barbie ni a Do帽a Rosa. 鈥淟a idea de Do帽a Rosa, la chismosa que se preocupa por el mercado y por lo que hacen los dem谩s, es nefasta. Gracias a Dios somos privilegiadas y no tenemos que trabajar en casa. Gracias a Dios que sal铆 a trabajar para sentirme bien y tener mi independencia.鈥
Beatriz Taibo tambi茅n siente la liberaci贸n de hablar de sexo. 鈥淵 eso que estamos a las cuatro de la tarde, no nos dejan decir de todo鈥, dice Mariana Levy, la m谩s chica, que se encarga de encuestas callejeras. En laentrevista-sketch donde se le lava el pelo a un hombre famoso mientras se lo interroga (y si resulta machista, luego se lo somete a una depilaci贸n, para que sepa de los sufrimientos femeninos), la Taibo se atreve a decirle a Marcos Di Palma, por ejemplo, 鈥測o te caliento el agua鈥. O decir que le dio mucho placer 鈥減oder contar que estuve seis meses con el DIU puesto despu茅s de la menopausia. Cuando se me fue la menstruaci贸n, dije 鈥榞racias, Dios m铆o鈥 y como una boluda ni registr茅, tanta era la alegr铆a, y segu铆 haciendo el amor con el DIU puesto鈥. Es que el sexo, creen, tiene que estar incorporado. 鈥淐uando est谩s con tus amigas, habl谩s abiertamente de lo que te gusta鈥, dice Mariana. 鈥淗emos hecho una revoluci贸n en los 鈥60: despu茅s lleg贸 el sida para reventarnos, pero hemos logrado no tener verg眉enza si vamos a comprar un preservativo, y ya no ocultamos si estamos menstruando. Y hay que explicitarlo, porque las mujeres somos m谩s bestiales para contarnos las cosas que los hombres, y no necesitamos diez a帽os de amistad para describir gr谩ficamente qu茅 hicimos o nos hicieron鈥, explica M贸nica.
El conjunto de sketches y micros, una parodia al talk show de Moria, perfiles de hombres-tipo, parodias a la conducci贸n femenina de programas infantiles, comentario de noticias de actualidad con humor, actores y actrices invitados, entrevistas en piso, una banda de salsa en vivo, todo condensado y apretado, resulta vertiginoso, y 茅sa es la cr铆tica que merece 鈥淯na para todas鈥: que es un programa agotador. Y lo reconocen. 鈥淓n este momento 鈥揹ice Ernestina Pais鈥, estamos luchando con el tema de trabajar en vivo. Con no pisarnos, con encontrar el rol de cada una, tratando de evitar el exceso.鈥 Y quieren dejar claro que es mentira que los elencos femeninos sean un nido de v铆boras. 鈥淓s un mito masculino鈥, dice Andrea. 鈥淟as mujeres no nos peleamos m谩s ni competimos m谩s que los hombres. No nos agarramos de las mechas, al contrario.鈥 Ernestina reconoce que hay cr铆ticas continuas entre ellas: 鈥淪omos duras. Detallistas. Queremos mejorar. Pero sobre todo respetar a la gente. Queremos que se note que hay laburo atr谩s, y no subestimar a nadie鈥. No son unas brujas, en fin. Para M贸nica, 鈥渆so viene de cuando la mujer no ten铆a acceso a nada, no pod铆a hablar, estaba encerrada en casa. Entonces estudiaba al que estaba hablando, le铆a los gestos, llegaba a sus propias conclusiones y de ah铆 lo de las 鈥榖rujas鈥. Antes pon铆an a la mujer en ese lugar. Ahora hay mucha solidaridad. Nos cuidamos. Y la carrera dej贸 de ser conseguir marido鈥.

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.