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Domingo, 30 de noviembre de 2008
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Televisión 2 >Los exitosos Pell$

Televisión registrada

Irreal, satinada y aceitosa, la comedia que despliega Los exitosos Pell$ es una aguda crítica a la máquina televisiva, pero también una mirada empática sobre sus criaturas, usos y costumbres. Paradójicamente, una bocanada de aire fresco entre tanto reality que proviene de su capacidad para exhibir la vida dentro del frasco.

Por Claudio Zeiger

Uno de los ejercicios favoritos de nuestra televisión –hace ya años– es mirarse a sí misma. No pensarse, más bien mirarse, en una práctica que suele tener mucho de narcisismo consolatorio. La tele es objeto de programas sobre programas, resúmenes y perlitas que nunca llegan ni llegarán a la ferocidad de, por ejemplo, la norteamericana MadTV. Medio chico y provinciano a pesar de ciertas ínfulas de liderazgo latinoamericano, la tevé local suele vivir bajo el imperio del sincero latiguillo “es lo que hay”. Quien mejor representa el espíritu televisivo argentino es el humor de Guillermo Francella, el hombre que siempre demuestra que todo es un decorado que está a punto de caerse.

Algo de ferocidad, sin embargo, se filtra en la mirada que sobre la televisión ensaya Los exitosos Pell$, producida y dirigida por Sebastián y Luis Ortega, con guión de Esther Feldman y Alejandro Maci, y protagonizada por Mike Amigorena y Carla Peterson. Comedia de eterno cielo celeste y pasillos de canal, de cinismo, exterior cool y sonrisas dentífricas. Aquí, el mundo de la tele es pura maldad, falta de límites, ambición feroz, falta total de escrúpulos, ejercicio despiadado del poder. Se le opone, como una isla utópica pero carente de libido, el teatro under, de donde proviene el personaje 1 de Amigorena, Gonzalo. Pero Los exitosos Pell$ es tan consecuentemente una comedia, que no parece intentar la más mínima construcción de un verosímil. Esta TV es feroz porque esta comedia es el imperio del trazo grueso. No por grosera sino por trabajar gruesamente con los estereotipos.

Donde sí parece asomar el atisbo de una cierta “teoría” sobre la televisión es en el incesante juego de espejos e identidades que propone el guión y sus vericuetos infinitos, que giran como el hámster en la rueda alrededor de si Pell$ cultivará la bisexualidad o qué hará con ese dualismo entre Diego Ramos (el hijo del dueño del canal) y la falsa esposa, Carla Peterson. La idea es que no hay grandes diferencias entre vida pública y vida privada. La televisión, de alguna manera, vació las mentes y los corazones de los personajes, así que todo parece transcurrir en una superficie resbaladiza. Gonzalo, por provenir del mundo del teatro under, todavía siente algún latido de la conciencia y el sentimiento, aunque cada vez menos. Los gays televisivos están muy bien diseñados: son huecos y queribles. ¿Qué debe provocar un gay en tevé? Risa y un poco de compasión. Los malos –el Franco de Hugo Arana, su asistente Amanda (Andrea Bonelli), el trepador Walter Quiroz– no están menos vaciados de sentido porque su maldad es una vez más impuesta por las circunstancias, por sus roles. Ahí van todos, buenos y malos, en fila a cumplir mecánicamente con los rituales de lo que suponemos es una gran cadena de televisión: una picadora de carne sin valores y sin residuos sentimentales. En este juego de espejos que propone la comedia entre la TV real y la TV del espectáculo, son notables los momentos en que pantalla real y pantalla de Mega News se funden en nuestros televisores hogareños, como se lucen Amigorena, Peterson y Quiroz en las escenas en las que están “en el aire”.

Pero –¡amigos!– a no ponerse tristes. Efectivamente, Los exitosos Pell$ es una comedia brillante y sus leyes no deben estar regidas por otra cosa que no sea la lógica interna de dar la vida por un gag o un pase de comedia. Todo se subordina a esa lógica y a un lenguaje audiovisual cromado y satinado, que embellece las pantallas fatigadas de tantas vedetongas y tanta pelea inventada. No se sabe bien si los Pell$ son efectivamente Mónica y César o Guillermo y Karin. O si, más razonablemente, no existen en el país real. Pero sus vidas despiadadas, exitosas y lujuriosas transcurren en un mundo tan irreal que sospechosamente empieza a parecerse a un set de televisión.

Los exitosos Pell$ va de martes a viernes después de las 22, por Telefé.

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