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Domingo, 6 de diciembre de 2009
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DVD > Una perla: Dark Blue, un policial puro y duro

Por qué le habrán puesto Los Angeles

Hace siete años que Dark Blue da vueltas sin conseguir un estreno en el país. Con el gran Kurt Russell en uno de sus mejores papeles, con guión original de James LA Confidential Ellroy y ambientada en medio de la explosión social de Los Angeles tras la brutal golpiza a Rodney King, este policial duro y sin moralinas llega directo a DVD. Y no ha envejecido ni un día.

Por Alfredo García
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Las películas que llegan directo al DVD siempre dan sorpresas. Por ejemplo, está Dark Blue, un negrísimo policial con una de las mejores actuaciones de Kurt Russell, dirigida por Ron Shelton, por algún motivo congelada en el limbo de la distribución cinematográfica desde hace siete años.

Puede haber muchas razones para que un film quede congelado en este tipo de limbos del negocio del cine, y varias de estas razones coincidieron para que una buena película como Dark Blue en su momento original haya tenido mala prensa y mala comercialización, y para que finalmente sólo la podamos conocer en la Argentina tan tarde con el título El rostro oscuro de la ley y sin pasar por los cines.

Dirigida por Ron Shelton, el de El escándalo Blaze (Blaze, 1989) y La bella y el campeón (Bull Durham, 1988), interpretada por Kurt Russell, Brendan Gleeson, Ving Rhames y Lolita Davidovich, Dark Blue nació de un guión original del escritor James Ellroy, y de aquí surgen tanto las cualidades especiales como los conflictos relativos al proyecto. El autor de Los Angeles al desnudo (LA Confidential, Curtis Hanson, 1997) había escrito ocho años atrás un guión original llamado The Plague Season, una durísima historia sobre policías corruptos empeorando las ya de por sí crudas situaciones vividas durante la década de 1960 en los disturbios raciales de Watts.

Pero los años pasaron, el guión dormía el sueño de los justos o derivaba de un estudio a otro, y finalmente un productor aceptó hacerse cargo del proyecto si Ellroy aceptaba, por razones presupuestarias, alterar la ambientación de época y ubicar la acción en medio de otros disturbios raciales más contemporáneos, lo que el escritor aceptó en principio, ya que la elección de ubicar la trama en medio del recordado episodio del apaleamiento de Rodney King por policías de Los Angeles, luego declarados inocentes con la consecuente y esperable explosión social, podía incluso darle una vuelta de tuerca más audaz a la película a producir.

En todo caso, viendo la película terminada, no se puede decir que no sea terriblemente fuerte y audaz en su descripción de los resortes de la corrupción policial. La violencia gráfica del film llama la atención para un director como Shelton, no precisamente un experto en el género, y ya desde las primeras escenas, con un temible cuádruple homicidio perpetrado en un supermercado chino, que van marcando el clima de lo que vendrá. Kurt Rusell es un policía veterano, de vida personal casi destruida, y pésimo prontuario profesional, aunque libre para hacer cualquier cosa por la protección que le da su jefe, Brendan Gleeson, involucrado en todo tipo de negocios non sanctos. La historia empieza con Russell apañando a su compañero novato Scott Speedman (de la saga de Inframundo), indagado por el departamento de Asuntos Internos por uso excesivo de violencia al matar a un sospechoso. Está claro que el protagonista es el que en realidad tiene que ver con eso, y a medida que avanza la acción las cosas empeoran, subiendo de tono casi simultáneamente con la temperatura que van adquiriendo las calles de los barrios bajos. Esto culmina en un desenlace impactante donde a la violencia impuesta por estos policías, enfrentados a convictos sueltos expresamente para delinquir por encargo del jefe corrupto, se suma la furia generalizada que explota cuando los responsables de la paliza a Rodney King son declarados inocentes.

Kurt Russell es ese tipo de actor nunca tomado del todo en serio, en buena parte debido a que sus mejores papeles no se toman en serio a sí mismos. En el caso de Russell esto se aplicaría a sus antológicas películas junto a John Carpenter, que empezaron con la miniserie Elvis (una gran y olvidada actuación de 1979) y siguieron con The Thing (El enigma de otro mundo, 1982) y los dos memorables Fugas, primero de Nueva York, luego de Los Angeles (Escape From New York, 1981; Escape from LA, 1996) más el subestimado film de culto Rescate en el Barrio Chino (Big Trouble in Little China, 1986). Lo mismo se puede aplicar a su personaje de stunt driver sádicohomicida humillado por sus víctimas en la anteúltima película de Tarantino Death Proof (A prueba de muerte, 2007).

Por eso para Kurt Russell esto debe haber sido todo un reto, ya que su policía es un tipo deleznable a todo nivel, que sin embargo termina intentando algún tipo de redención, lo que obviamente es algo casi imposible. Su performance no tiene desperdicio, y quienes lo siguen de tantas películas de acción irónica y descerebrada seguramente apreciarán la intensidad de esta actuación a la altura de lo mejor de su carrera.

Probablemente con otro tipo de actor más fácil de asociar a asuntos menos políticamente incorrectos, o al menos más serios que Russell, una película como ésta, que va mas allá de lo policial hacia lo directamente social habría sido mejor recibida. O tal vez tampoco, ya que este tipo de historias con policías malos en medio de revueltas raciales no son muy fáciles de digerir en ninguna circunstancia, especialmente si, como ésta, no ofrecen desenlaces hipócritas conciliatorios.

Pero si además el escritor James Ellroy se aparta del proyecto asegurando que el guión no tiene nada que ver con su trabajo original, es fácil entender cómo un contundente policial como Dark Blue terminó congelado siete años antes de llegarnos directo al DVD.

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