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Ambos son, de alguna manera, pintores sin manos. El australiano Tim Patch, por ejemplo, viaja por ferias eróticas de todo el mundo realizando retratos con su miembro como pincel. Oriundo de Brisbane, se hace llamar Pricasso —un juego de palabras entre Picasso y prick, pene en inglés— y comenzó a pintar mientras trabajaba como albañil, pero recién se acomodó en el mercado cuando comenzó con su particular técnica. En su site, pricasso.com, Patch asegura que varios artistas renombrados le han comentado que subiría el valor de sus obras si incluye un video testimoniando su particular realización. Del otro lado del mundo —más precisamente en Houston, Texas—, el último invento de la artista multimedia Natalie Irish es una técnica para pintar retratos utilizando sus labios. La entusiasta irlandesa, evidentemente experta en autopromoción, asegura en su biografía que ha venido creando obras de arte de toda clase prácticamente desde que estaba en el útero de su madre. En su página, natalieirish.com, se la puede ver, lápiz de labio en mano, beso a beso, completando retratos de famosos como Marilyn Monroe o Jimi Hendrix. No resulta difícil imaginar una colaboración entre ambos artistas. Aunque no exactamente a cuatro manos.
La pintura ya tiene quien la llore. Se llama Leandro Granato y desarrolla su arte acá nomás, en la ciudad de Buenos Aires. Asegura haber creado una técnica llamada Pintura Ocular que, según explica en leandrogranato.com.ar, “consiste en tomar pintura y pintar sus cuadros con lágrimas”. El site de Créalo o no, de Ripley (ripleybooks.com), explica mejor que el de Granato en qué consiste su técnica: aspirar la pintura y hacer que llegue a través de las cavidades nasales a los lagrimales de sus ojos. No se toma muy en serio a Granato la gente de Ripley, que agrega al final de la nota: “Leandro tiene suerte que la pintura no tome otro camino posible... ¡a través de sus orejas!”. A decir verdad, ni siquiera Leandro parece tomarse muy en serio. La presentación de su site, más allá de las efectivas imágenes, parece redactada para el programa de Capusotto. Bajo el lema “Si el arte entra por el ojo, ¡por qué no puede salir por el mismo?”, su tarjeta de presentación parece escrita por Pedro Saborido, el guionista de Peter Capusotto y sus videos: “Innovador, precursor, transgresor, extrovertido, creativo y loco. Así es Leandro Granato. La persona que hizo crecer una nueva rama del árbol del arte”. Sería lindo, igual, que se sume como voyeur al happening entre el australiano y la irlandesa del valedecir de arriba. Nunca se juntaron tantos pintores que no usan sus manos.
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