Gillespi El show era una bestialidad. Primero porque tocaban a un volumen que no se podĂa creer, pero sonaba cristalino. Cuando terminaban, la cabeza te quedaba como una pandereta. Otra cosa que me gustaba era la puesta de luces. Eran casi todas en contraluz, es decir que veĂas a las figuras recortadas de los mĂşsicos sobre la luminaria, que estaba detrás del escenario. Eso generaba un efecto, cuanto menos, psicodĂ©lico y narcĂłtico. Entre el volumen y que no veĂas un porongo, te mataban. El show empezaba acĂşstico. Luca llevaba una guitarra acĂşstica y tenĂa el pelo largo y marrĂłn. Cantaba una balada. DespuĂ©s se sacaba la peluca y ahĂ empezaba el rock`n`roll. Esa primera vez que vi a Sumo quedĂ© completamente magnetizado con la imagen de Luca. En el Ăşltimo de los temas, se sentĂł en el borde del escenario con las patitas colgando, dio el saltito y se metiĂł entre la gente, que estaba enfervorizada con los acordes finales de la canciĂłn. PasĂł caminando y yo automáticamente me fui caminando con Ă©l. No me quede viĂ©ndolo, una cosa muy extraña. TenĂa la necesidad de preguntarle cosas. Yo venĂa tocando hacĂa varios años con bandas, pero lo que habĂa experimentado era inĂ©dito. Cuando el show terminĂł, Luca saliĂł del lugar completamente solo, con una bolsa de supermercado en la mano, y afuera habĂa un grupito de gente. En la bolsa de nylon llevaba la peluca, el hueso ese que tenĂa y no sĂ© quĂ© más, y empezĂł a caminar por Corrientes, para el lado de Callao, y yo me puse a caminar detrás de Ă©l, a una distancia prudencial de diez metros. AsĂ hicimos varias cuadras y a mĂ me quedaba como el orto porque tenĂa que ir para la 9 de Julio. DoblĂł justo donde está el Opera, el bar que está en la esquina de Callao y Corrientes, hizo dos metros y se puso a esperar el 60 en la parada del colectivo. No me animĂ© a decirle nada porque Luca metĂa miedo. Me mirĂł, como midiĂ©ndome con cara de pendenciero, a los pocos minutos se subiĂł al 60 y se fue. Yo me quedĂ© en la parada como un boludo.
Germán Daffunchio Claudia... Claudia se suicidĂł, Âżno? Yo, personalmente, esto es algo muy mĂo, terminĂ© de entenderlo cuando vi la pelĂcula de Luca, porque nunca pude entender cuál era su dolor. Siempre atrás de una gran adicciĂłn, hasta atrás de una gran autodestrucciĂłn tiene que haber un dolor, algo detonante y para mĂ fue Claudia. Porque Ă©l fue quien le dio heroĂna por primera vez y ella se muriĂł heroinĂłmana. A mĂ nunca me hablĂł de Claudia. Hilvanando todo, me fui cayendo asĂ. “Tac”, dije. “Claro, fue eso” y Ă©l le dice a la hermana en ese tema, que Ă©l no iba a morir como ella, que Ă©l iba a morir brillando arriba o alto, no sĂ©, fijate la traducciĂłn de “Warm Mist”, quĂ© fue lo que pasĂł.
Silvia Ceriani A mĂ nunca me dijo que sintiera culpa por la muerte de Claudia. SĂ me dijo que su hermana tomaba heroĂna, como tambiĂ©n me contĂł que Ă©l la consumĂa. Debe haber sido algo muy doloroso para Ă©l, profundamente doloroso. Deduzco ahora esto ahora, porque Ă©l nunca me dijo: “Yo le dije a Claudia que tomara heroĂna”. Además son cosas que pasan, si no hubiera sido Ă©l seguramente se hubiera encontrado con la heroĂna por otro medio, no lo sabemos.
Stephanie Nutall Luca se sentĂa muy cercano a su hermana Claudia, y tal vez parte del problema que tenĂa era ver cĂłmo llenar el hueco que dejĂł ella en su vida.
PilTrafa No existĂan bandas como Sumo en la Argentina. Los Violadores Ă©ramos una banda punk. Ellos tambiĂ©n, pero de una manera distinta. Ese dĂa en Estudiantes creo que cerraba Baglietto y nadie les dio pelota, igual que a nosotros. La gente jodĂa todo el tiempo con Pappo. Tocabas cualquier acorde y te gritaban: “Pappo, Pappo, Pappo”.
Germán Daffunchio Las frases que tiraba en vivo, las cosas que decĂa... Ese festival fue tremendo porque al final se quedaron todos callados. En un momento, cuando todos decĂan “¡Pappo, Pappo, Pappo!”, Luca tirĂł: “¡Fuckin’ Pappo!”. Me acuerdo de haber pensado: “Listo, acá nos matan”. DecĂa: “Fuckin’ Pappo, ¡Fuck you con Pappo! ¡A Pappo le corro una carrera a Rosario tomando vodka”. Imaginate a los monos. El tano era desafiante, un hijo de puta. Eran Ă©pocas especiales.
Germán Daffunchio En el Ăşltimo disco yo estaba sentado, escuchando, medio que me ocupĂ© de la producciĂłn. En realidad todos querĂamos ser productores, de alguna manera. Yo me consideraba con derecho a serlo porque sabĂa cĂłmo sonaba Sumo. Pero Roberto pensaba lo mismo y Ricardo tambiĂ©n. Era una locura. No tenĂamos experiencia, pero es parte de la historia. Lo cierto es que Luca se me acercaba y me decĂa: “Hey, Germán, esto es Sumo”. “Esto no es Sumo”. Siempre tenĂamos la discusiĂłn de quĂ© era o no era Sumo. Porque Sumo es un espĂritu.
Claudio Kleiman Luca empieza a depositar la música en los otros, que eran los que le armaban las bases. Lo que pasa es que él era brillante de cualquier manera, porque sobre las bases te armaba `Mañana en el Abasto’”
Diego Arnedo Lo insĂłlito era que en la revista Canta Rock aparecĂa el cancionero nacional, escrito con el cifrado americano todo bien, y el pasaje de cada tema de distintos autores. Luca lo miraba, y cuando entre todas estas canciones aparecĂa un tema, decĂa: “Mirá: E mayor y nada más”. Y se cagaba de risa de eso. “Eso es Sumo”, decĂa. TenĂa la capacidad de hacer melodĂas sobre un Ăşnico tono, pintaba la belleza de la melodĂa sobre cualquier cosa.
Rodrigo Espina En mi pelĂcula, Andrea dice: “El primer pacto de Luca con la muerte fue seguramente cuando estuvo en el Gordonstoun”. Yo lo tenĂa escrito desde el segundo guiĂłn. El que se filmĂł fue el quinto, y era una de las primeras cosas que dije. Cerca del Gordonstoun habĂa un castillo en ruinas, donde yo imaginaba que hacĂan ciertos rituales, ciertas cosas, porque era en las ruinas de un castillo abandonado, como si fuera en el patio del Gordonstoun. Si uno se escapa del colegio, seguramente va ahĂ. Si buceás en las letras vas a ver un montĂłn de eso. En los cuadernos de Luca hay un dibujo en el que hay una cabeza, con un dragĂłn que sale de ahĂ. Es un dragĂłn, no es una gallina.
Timmy MacKern Cuando Luca se escapĂł de Gordonstoun fue una revoluciĂłn, porque nadie se habĂa animado a hacerlo de esa manera.
Luca Prodan Para mĂ, fue una decisiĂłn momentánea e irrevocable. Dejar todo lo de la sociedad. Mi colegio era muy especial, te inculcaban cosas para ser una famosa e impresionante marioneta de la sociedad, no aquel obrero pobre... AhĂ era toda una manera de pensar, te hacĂan pensar de una manera que podrĂa estar acá ocho horas para decirte cĂłmo fue, pero un dĂa... Yo era muy rebelde en el colegio, pero era el primero de la clase y tuve una beca para Cambridge y usĂ© ese hecho de la beca porque salĂa despuĂ©s en la revista anual del colegio y los padres mandaban a sus hijos ahĂ porque decĂan: “Este año hubo tres becas para Cambridge”, como si fuera... Era todo un comercio y a mĂ me hicieron como un trato, porque yo me portaba mal pero tenĂa la beca: “Vos portate un poco mejor y no te echamos del colegio, y si querĂ©s no tenĂ©s que levantarte a las 6.30 de la mañana y correr semidesnudo”, cosa que hice durante seis años, todas las mañanas, a las siete y media. Me hicieron un trato comercial que no tenĂa nada que ver con el lado espiritual que te vendĂan en ese colegio, de ser un buen tipo, de decir la verdad, de todo eso. AhĂ me di cuenta de que era todo mentira y me escapĂ© y chau, me escapĂ© de todo. DejĂ© todo el lado normal de ser un ciudadano honorable.
Germán Daffunchio Al principio era informal, más que nada por el hecho de compartir y de aprender de un tipo que venĂa de Londres, que para nosotros era como ir a la escuela.
Ricardo Curtet En CĂłrdoba, tambiĂ©n venĂan otros a tocar un poco. Algunos tocaban folklore, pero Ă©l estaba con los discos que habĂa traĂdo, unos simples, un montĂłn de cosas. TenĂa discos en italiano, me acuerdo de Lucio Dalla, y tambiĂ©n tenĂa todos los discos de punk. Nosotros no entendĂamos un carajo. Yo tenĂa mis discos, que me habĂa llevado de Buenos Aires: Cream, Eric Clapton, Jimi Hendrix, Frank Zappa... Me gustaba mucho Zappa, y Luca te decĂa: “¡Uh! ¡Frank Zappa! SĂ, lo vi en vivo”. Estábamos muy impresionados con eso, Ă©l habĂa visto a King Crimson, a Zappa, a Pink Floyd. Nosotros no habĂamos visto nada. En esa Ă©poca, ÂżquiĂ©n viajaba? De pedo tenĂamos los discos importados que nos llegaban. La primera vez que vino Luca no tenĂa grabador. HabĂa traĂdo un equipito de mĂşsica y pasaba los discos de Timmy. Tampoco era un equipo muy bueno, porque la casa de Timmy era usada como casa de vacaciones.
Germán Daffunchio Luca representaba lo que todos querĂamos ser y no podĂamos. O no nos animábamos. Para el mĂşsico, era el rocker que venĂa de la cuna del rock y te decĂa: “No, yo estuve con Roger Waters y con Ă©ste y con Ă©ste otro. Un dĂa vi a Van der Graaf, vi a los Clash....” ¡Contame cĂłmo es la historia! Maestro, siĂ©ntese... Era como la punta de una flecha. Luca decĂa y hacĂa todo lo que a mĂ me hubiera gustado decir y hacer. Nosotros, como argentinos posmilitares, no nos dábamos cuenta de que vivĂamos completamente encerrados, reprimidos, todos vestiditos igual y tan duros, Âżno?
Timmy MacKern No sabĂamos nada del rock argentino, en verdad. El que acercĂł al grupo a eso fue Ricardo Mollo, que tocaba con Spinetta, con Mestre... No conocĂamos a nadie y nadie nos conocĂa a nosotros.
Claudio Kleiman Luca increpaba a todos, por distintos motivos. “¿No podĂ©s agarrar la guitarra y conmoverme? Aunque sea agarrá la guitarra y cantame un blues”. Era lo menos blusero que existĂa, pero te apuraba como diciendo: “QuĂ© va a conmoverme eso... Si sos un pelotudo que no puede hacer nada si no le arman la banda en escena”. Eso tenĂa que ver con el valor que Luca depositaba en la autenticidad, que era un valor que en los 80 no estaba muy de moda porque justamente se priorizaba el artificio.
Marcelo Moura TenĂamos una amiga en comĂşn, Jackie; nos juntábamos en la casa de ella y nos divertĂamos mucho. DespuĂ©s de cagarse de risa conmigo durante una noche entera, salĂa a decir que Ă©ramos unos pelotudos. Soy una persona con mucho humor y a Ă©l eso le llamaba la atenciĂłn. Se reĂa mucho porque tengo un humor muy filoso, cero maleducado y eso le encantaba. Eran noches en las que estábamos seis o siete personas en un departamento, charlando, tomando algo y riĂ©ndonos toda la noche. Luca me decĂa “Sos muy graciosen...” DespuĂ©s le preguntaban quĂ© opinaba de Marcelo Moura y decĂa: “Es un puto”.
Lila Riquelme La primera vez que vi a Luca pelado fue en un asado. Mucho vino. MuchĂsimo. En esa Ă©poca yo no tomaba alcohol, pero Luca se agarraba unos pedos bárbaros. En un momento, ya a la noche, quedamos los tres, Ale, Ă©l y yo. Estábamos en la cocina de Timmy, Luca se miraba en el vidrio de una de las ventanas y decĂa: “Uh, yo no sĂ©, la verdad es que quiero cambiar, me gustarĂa pelarme”. Con Ale nos miramos y pensamos: “Esta es la nuestra”. Lo sentamos y le dijimos: “Ah, bueno, nosotros te pelamos”. “¿En serio?”. “SĂ”. Primero le cortamos el pelo que tenĂa atrás con la tijera. Luca estaba totalmente borracho. Ale y yo nos cagábamos de risa. DespuĂ©s le pusimos espuma de afeitar, le pasamos una máquina y se fue a dormir. Nosotros nos fuimos y a la mañana siguiente Luca no entendĂa quĂ© habĂa pasado, no sabĂa por quĂ© estaba pelado, no se acordaba de nada... Nos hemos reĂdo tanto con eso, Ale lloraba cuando lo vimos... Luca nos decĂa: “Ustedes dos, hijos de puta, lo que me hicieron....” “Vos nos dijiste que querĂas...” Llorábamos todos de la risa.
Alberto “Superman” Troglio Una vez tuvimos una reuniĂłn en la que Luca no estuvo. Nos juntamos para ver quĂ© hacĂamos, porque habĂamos frenado todo para que se cure. Levantamos los shows para que Ă©l tuviera tiempo de internarse en Entre RĂos. Pero cuando llegĂł el momento de ir empezĂł con que no querĂa y ahĂ se desataron las peleas. En esa reuniĂłn habĂa que decidir si nos hundĂamos con el barco o nos tirábamos antes. Pero, ÂżquĂ© era tirarse antes del barco? ÂżEcharlo a Luca o nos echamos nosotros mismos? ÂżDisolvemos? Resolvimos que serĂa al pedo tomar cualquier decisiĂłn y asĂ fue que seguimos hasta que el barco finalmente su hundiĂł.
Timmy MacKern Yo admiraba de Luca la falta de conciencia, especialmente en un lugar como la Argentina, donde ya habĂa pasado la cercanĂa de la muerte. El habĂa sobrevivido, vino acá, donde nadie iba a juzgarlo y no importaba si seguĂa viviendo o no. Realmente vino en un momento en el que estábamos todos medio cagados, todo el paĂs estaba igual, y Luca era un tipo al que no le importaba nada... TenĂa una libertad tan grande que era admirable. Era un tipo sin nada de miedo en un lugar donde vivĂamos asustados. Muy pocos se hubiesen atrevido a hacer lo que Ă©l hizo acá. De hecho no lo hizo nadie más.
Germán Daffunchio Estoy totalmente en paz con mi conciencia, porque las peleas fueron siempre para salvarlo. Una vez, cuando faltaba poco para que se muriera, me dijo: “¿QuĂ© te pasa?”. Estábamos solos en una pieza. Le respondĂ: “Te estás muriendo, boludo. No entiendo. Mirá, Luca, tenĂ©s mina, tenĂ©s todo, mirá dĂłnde llegamos, loco”. Me mirĂł y me contestĂł: “SĂ, tenĂ©s razĂłn. Pero es demasiado tarde”.
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