
Kurosawa no sólo trasladó el ethos del western al Lejano Oriente con sus sagas de samuráis e inventó la pelÃcula de enfermedades terminales con Ikiru sino que, virtualmente, creó la buddy cop film sin ser plenamente consciente de ello. De tono usualmente grave, pero condimentada con pizcas de humor (marca registrada de la casa Kurosawa), El perro rabioso narra la historia de un policÃa novato (Toshiro Mifune) que pierde su arma reglamentaria y debe recorrer varios cÃrculos infernales para recuperarla. Claro que con la ayuda de un detective veterano y de amplia experiencia en el submundo del crimen (Takashi Shimura), introduciendo de esa manera el tópico de las personalidades enfrentadas de los protagonistas, una de las caracterÃsticas más sobresalientes del futuro género. Como dijo alguna vez un estudioso de ese universo, en estas pelÃculas hay siempre dos tensiones solapadas: la externa (el crimen o caso a resolver) y la interna (el conflicto entre los personajes centrales).

El film que redefinió y lanzó a la contemporaneidad las historias cinematográficas de parejas de policÃas fue dirigido por Walter Hill, durante su pico de creatividad artÃstica, y producido (por supuesto) por Joel Silver, virtual fundador del cruce de ese género con el cine de acción. Nick Nolte y Eddie Murphy (en su debut en la pantalla grande) encarnan, respectivamente, a un duro policÃa de San Francisco y a un reo con salida temporaria transformado por las circunstancias en detective. Hay, por supuesto, varios crÃmenes en el camino, además de una valija de dinero que pasa por unas cuantas manos hasta llegar a su dueño original. Persecuciones, tiroteos y una legendaria escena a las trompadas que serÃa imitada, homenajeada y reutilizada hasta el hartazgo son los rasgos definitorios de una pelÃcula hoy algo olvidada, pero donde está todo lo que tiene que estar. Y todo lo que luego serÃa clisé, aquà reluciente en su primer uso.

El modelo 48 horas reconvertido en clásico gracias a su gigantesco éxito de público. Nuevamente con elementos interraciales (Danny Glover es el experimentado detective; Mel Gibson el impulsivo y joven policÃa), la pelÃcula enciende los motores con una mujer semi desnuda cayendo al vacÃo desde un rascacielos, idea que su guionista Shane Black reutilizarÃa, con variantes, en el comienzo de Dos tipos peligrosos. La trama incluye una red de corrupción que vuelve al trauma de origen que todavÃa era Vietnam en los años 80 y cristalizó los tópicos, códigos y situaciones que atravesarÃan las decenas y decenas de relatos similares que comenzarÃan a inundar las salas de allà en más. El elemento de comedia parte del choque de personalidades entre los protagonistas, e incluye una ligera subtrama de celos paternales ante la evidente maduración fÃsica y emocional de una de sus hijas. Las secuelas llevarÃan el sentido del humor más lejos aún, con un pico en Leo Getz, el personaje interpretado con toda clase de excesos por Joe Pesci en Arma mortal 3.

La versión más degradada y grasosa y correosa de la buddy cop movie llegó de la mano de (¿cuándo no?) el realizador Michael Bay y el productor Jerry Bruckheimer, en una historia de acción policÃaca que es al cine lo que los pollos inyectados con hormonas a la alimentación. La protección de un testigo reservado y la investigación paralela de un caso de narcotráfico hacen que Will Smith y Martin Lawrence, dos detectives de Miami que además parecen ser mejores amigos, se lleven a las puteadas durante casi dos horas. El film toma bastantes ideas de pelÃculas anteriores, incluida la exitosa Un detective suelto en Hollywood, y serÃa la base de una secuela del año 2003, aún más grandota y chillona y extensa (¡147 minutos!) que la original, y de otra más en plena producción y fecha de estreno estimada para el año que viene.

El desembarco final de la súper estrella hongkonesa Jackie Chan a Hollywood llegó de la mano de Rush Hour, una comedia de policÃas desparejos coprotagonizada por Chris Tucker cuya excusa argumental incluye un difÃcil caso de secuestro a resolver. Uno de los eslóganes promocionales destacaba la acción (Chan) y la cháchara (Tucker), y lo cierto es que el gran artista marcial intentó con relativo éxito trasladar su estilo de escenas de riesgo a un contexto mucho más conservador en varios sentidos, como es el de Hollywood. En Hong Kong, el actor ya habÃa realizado varios largometrajes con el formato de pareja policial; uno de los más estimulantes, Police Story 3: Supercop, rebaja los niveles de testosterona de un universo eminentemente masculino haciendo que una de las patas pertenezca al género femenino. De más está decir que la actriz Michelle Yeoh no sólo estuvo a la altura de las circunstancias, sino que da una lección inolvidable a la hora de patear culos.

Las series de televisión aman a las parejas de policÃas o detectives desde tiempos inmemoriales. Durante los años 70, sin ir más lejos, producciones como Las calles de San Francisco o la inglesa The Sweeney se transformaron en enormes éxitos de audiencia alrededor del mundo. Y si bien el territorio solÃa ser bien distinto al de los films que llegarÃan en la década siguiente, con sus relatos más cercanos al whodunit tradicional y algo de Sherlock Holmes en el camino, lo cierto es que la saga de cuatro temporadas de Starsky y Hutch comparte algunas caracterÃsticas superficiales con sus hermanos mayores por nacer. David Soul y Paul Michael Glaser encarnan a la dupla de policÃas de la ficticia Bay City californiana y, montados en su Grand Torino rojo y blanco, intentan resolver un nuevo caso por capÃtulo, usualmente con mucho éxito. Hay algo de esa obsesión por los autos cool en Dos tipos peligrosos y, seguramente, no se trata de algo casual.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.