Creo que una de las ideas centrales del libro es la teorÃa del adicto a la heroÃna proyectada a cualquier otra adicción, más allá de las drogas. Por ejemplo, la homosexualidad, que Burroughs la piensa como un tipo de adicción, o la adicción tan norteamericana por los bienes materiales. El libro menciona muchas veces, también, la adicción al poder y al control de personas, y sobre todo el control sexual. El libro desnuda todas estas tramas. Y ya está en el tÃtulo: con El almuerzo desnudo se refiere a la desnudez de la mirada, a la posibilidad de ver con nitidez, más allá del velo, del disfraz. A partir de las adicciones se puede ver el control de la adicción, toda esa gente que está controlando y castigando a los que tiene alrededor. El analiza todo esto de un modo lacónico y satÃrico, y presenta evidencias de estas actividades en nuestra cultura moderna, con un estilo heredado de la ciencia-ficción, siempre proyectándose hacia el futuro.
También es muy importante la parte polÃtica del libro, allà donde imagina actuales o futuros partidos polÃticos, alucinantes. Están los Fácticos, que están en contra del estado de control y represión del futuro. Son los que adoptan una posición más decididamente anti-estado. Burroughs mismo se considera Fáctico, y es de los más radicales. Luego están los Liquefaccionistas, que tienen mucho que ver con el Fascismo. Quieren liquidar a toda la oposición, y a la larga todos serÃan liquidados salvo una sola persona que controlarÃa el mundo. El caso de los Divisionistas es distinto. Tienen a un solo hombre, Sendre, que va a inundar el mundo dividiéndose y haciendo réplicas de sà mismo. Se puede pensar que los Divisionistas son los homosexuales: Burroughs también los ataca. Todos estos partidos polÃticos son imaginarios, pero estoy seguro de que Burroughs dirÃa que son representativos de las mayores fuerzas que se mueven en el mundo de hoy. Eso puede ser cierto, sobre todo teniendo en cuenta que hay lugares en el mundo donde el estado es la policÃa.
El libro me ha influido profundamente, y lo he leÃdo una infinidad de veces. Esa forma de mosaico que construye es fascinante. Los logros literarios que inmediatamente hemos notado quienes lo leÃmos tienen que ver con el finÃsimo oÃdo para el habla popular, de modo que puede hacer hablar a un médico dando clase de medicina, a un chico comprando drogas, a dos oficiales de narcóticos discutiendo entre sÃ, un chico árabe en las calles del norte de Africa. Es un vasto mosaico de ritmos y dicciones que reproduce con exacta economÃa. Eso es lo que he intentado llevar a mi poesÃa.
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