Conocer a Kapuscinski producÃa un gran impacto. No sólo por el tamaño de su figura como periodista, puesto que era uno de los más importantes del siglo, sino por la manera en que se desenvolvÃa y entendÃa el oficio como una sÃntesis de su persona. AsumÃa el periodismo como un apostolado en función de los otros. Eso no está desprendido de su bagaje personal de haber padecido el imperialismo soviético y la Segunda Guerra Mundial, junto a todos sus viajes en los que experimentaba con la otredad.
El taller de la FNPI en México, en el que también participaron Gabriel GarcÃa Márquez y Carlos Monsiváis, era el reencuentro de Kapuscinski con América latina luego de casi 20 años y todos tenÃamos muchas expectativas. Esperábamos que nos entregara algo asà como unas reglas escritas en mármol sobre el periodismo. En su lugar, nos encontramos con alguien a quien lo que más le importaba era escuchar la visión que tenÃamos sobre el hecho periodÃstico y cómo se acercaba cada uno a la realidad. El solÃa decir que habÃa que escuchar a la gente, que gran parte de los conflictos se basan en los malentendidos. Muchas veces las personas andaban tras lo mismo pero no podÃan entenderse. Entonces, el periodismo debÃa tratar el asunto y traducirlo para ambas partes.
Pasamos varios dÃas escuchándonos a nosotros mismos, sin que él abriera prácticamente la boca. De no haber sido por una emboscada que le tendimos, no hubiéramos entrado a su taller de escritor. Fue en ese momento cuando nos reveló la gran angustia que precedió la escritura de su libro seminal, El Emperador, y que, según su confesión –no es un vocablo exagerado–- casi lo llevó al suicidio. Por eso, me pareció que de los cinco sentidos del periodista, el oÃdo era el que más servÃa para entrar en el mundo de las personas sobre las que escribimos.
GarcÃa Márquez contó que cuando agarraba un libro de Kapuscinski lo daba vuelta como un guante para ver dónde estaba la magia. Afirmó que era el escritor que más lo habÃa marcado luego de William Faulkner, lo que demuestra la fascinación que un maestro le profesaba a otro maestro.
* Periodista e investigador.
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