Domingo, 23 de febrero de 2003
La vida est谩 en otra parte
C贸mo funciona el zool贸gico invisible
Por D. L.
鈥淟os jardines zool贸gicos son, por definici贸n, parques p煤blicos en los que se exhiben animales cautivos, principalmente para recreaci贸n y educaci贸n. El cautiverio de animales salvajes data de la antig眉edad. Hace 3000 a帽os, el emperador chino Wen Wang hizo construir un gran Parque de la Sabidur铆a, donde exhib铆a rinocerontes, tigres, ciervos, ant铆lopes, aves y serpientes鈥, cuentan Juan J. Morrone y Adri谩n Fortino de la Universidad Nacional de La Plata. En todos los lugares del mundo, tan pronto como abandonaron la vida n贸mada, los pueblos organizaron alguna forma de jard铆n zool贸gico. En la Am茅rica prehisp谩nica, Moctezuma Xocoyotzin, hijo de Azcayatl y nieto de Moctezuma Ichuicamina, en la Gran Tenochtitl谩n, mand贸 construir el primer zool贸gico de Am茅rica y uno de los primeros del mundo. Esa Casa de las Fieras, para solaz del emperador y su corte, contaba con una gran cantidad de especies silvestres, organizadas en cuatro departamentos: cuadr煤pedos feroces de Anahuac (lobos, coyotes, jaguares), aves de rapi帽a, serpientes y otros reptiles, y anfibios. Hab铆a adem谩s estanques para aves acu谩ticas y recintos para ciervos y ant铆lopes y una espl茅ndida colecci贸n de p谩jaros de Am茅rica Central (quetzales, cardenales, chachalacas, codornices). En 1519, los espa帽oles descubren el gran Palacio de Moctezuma, que arrasar谩n sin piedad poco despu茅s.
El oro de los tigres
Creados en principio como monumentos que celebran la victoria humana sobre la Naturaleza, los jardines zool贸gicos se han transformado en los 煤ltimos treinta a帽os en instituciones educativas donde la gente aprende rudimentos de correcci贸n pol铆tica: lo que hoy sabemos es que la victoria sobre la Naturaleza se traduce en la inminente aniquilaci贸n de la diversidad de lo viviente, y esa victoria p铆rrica es el signo de los zool贸gicos contempor谩neos, cuya mayor preocupaci贸n es precisamente garantizar la reproducci贸n de las especies (y formar grupos reproductivos antes que completar la colecci贸n).
Si antes pod铆a pensarse que los zool贸gicos eran un s铆mbolo del poder del hombre sobre las bestias, o de las metr贸polis sobre sus colonias (y abominar, por lo tanto, de ellos), hoy funcionan primordialmente como centros de conservaci贸n de fauna en peligro de extinci贸n. Y salvo el caso de los animales que funcionan como materia prima, herramientas o mascotas (o los que se convierten en plagas), en peligro de extinci贸n est谩 toda la fauna silvestre del planeta. Como gustan de recordarnos los bi贸logos: 鈥淐ada tres minutos una especie silvestre desaparece del planeta y seis hect谩reas de selva tropical se desmontan para uso humano鈥.
El c贸ndor pasa
Llevado lo viviente a un umbral de transformaci贸n sin precedentes, los zool贸gicos son la 煤nica herramienta que las culturas modernas tienen a su alcance para preservar algo del desastre que la misma modernidad ha desencadenado. 鈥淟a importancia de un zool贸gico se mide hoy no tanto por la cantidad de especies y ejemplares que albergue sino por la cantidad de proyectos de conservaci贸n que desarrolle鈥, se帽ala Adri谩n Sestelo, bi贸logo del zool贸gico palermitano.
El Zoo de Buenos Aires, el Zool贸gico de La Plata y la Fundaci贸n Temaik茅n, por ejemplo, coordinan sus esfuerzos en el Proyecto C贸ndor Andino, uno de cuyos objetivos es asistir a la reproducci贸n y conservaci贸n del c贸ndor en Sudam茅rica. Vanesa Astore es una de las bi贸logas que trabajan en el Zoo de Buenos Aires y, adem谩s, una conservacionista fan谩tica (fundadora de la Fundaci贸n BioAndina Argentina). 鈥淪铆 鈥揷onfiesa cuando se le pide que repita alg煤n dato鈥, a veces la gente me pregunta en una fiesta qu茅 hago y yo no puedo parar de hablar.鈥 Lo que ella hace junto con su equipo es asistir a la reproducci贸n de c贸ndores, criarlos en cautiverio (con diversos dispositivos que involucran el uso de t铆teres, para que ese carro帽ero de los Andes no se acostumbre a ver personas) y luego reinsertarlos en su h谩bitat natural. El procedimiento parece tan sencillo como criar gallinas, pero no lo es. En gran parte de Sudam茅rica el c贸ndor se ha extinguido por completo, de modo que adem谩s de conseguir material gen茅tico e inducir patrones de comportamiento, los bi贸logos deben realizar un seguimiento del vuelo de cada c贸ndor liberado para asegurarse de su supervivencia. Y como los c贸ndores tienen la peculiaridad de volar a alturas de jet, lo que les permite atravesar la cordillera, no hay transmisor de radio que permita seguirlos. Por eso, la NASA participa del Proyecto C贸ndor Andino, suministrando las lecturas satelitales de los dispositivos que las aves llevan de aqu铆 para all谩. La informaci贸n se vuelca en mapas, lo que informa no s贸lo d贸nde est谩 el c贸ndor sino tambi茅n qu茅 est谩 haciendo. Liberado en su h谩bitat natural, la fiera alada depende, sin embargo, de la tecnolog铆a de punta para su supervivencia. Entre los muchos m茅ritos del Proyecto C贸ndor Andino se cuentan la liberaci贸n de ejemplares en Catamarca, en Chile (pero el animalito cruz贸 la cordillera y volvi贸 a suelo argentino) y en Venezuela, donde no quedaba un solo ejemplar. Con el tiempo, se entusiasman los bi贸logos, podr谩 restituirse el c贸ndor incluso en el litoral patag贸nico, de donde se extingui贸 hace tiempo.
En las condoreras argentinas (cuya localizaci贸n precisa los bi贸logos guardan como un secreto de alta seguridad biol贸gica, y tienen raz贸n) hay m谩s animales que en el resto de Sudam茅rica y de ah铆 el papel rector que los zool贸gicos locales tienen en la preservaci贸n de la especie y el reconocimiento internacional que ha recibido el proyecto.
Pero es s贸lo una, y las que est谩n amenazadas son tantas que Vanesa Astore se desespera. A ella le gustar铆a poder trabajar tambi茅n en la conservaci贸n del oso de anteojos (parecido a un mapache, se lo puede ver en Temaik茅n) o el aguar谩 guaz煤 (como un perro, pero con las patas demasiado largas, que tiene recinto propio en el Zoo de Buenos Aires), especies ambas pr谩cticamente condenadas a la desaparici贸n. Cuando cae el sol, cuenta Vanesa, ella juega con el aguar谩 en su jaula (la noche y los d铆as de lluvia son los que el seudo perro, originario de los pantanos de la Mesopotamia, m谩s disfruta).
Cita con Rama
驴Y qu茅 animales de los que ahora carecen querr铆an tener los bi贸logos que trabajan en el Zoo? Porque, por ejemplo, oso anteojudo en Buenos Aires no hay. 鈥淪铆 que hay 鈥搒alta Luis J谩come, director general del proyecto ARCA (Asistencia a la Reproducci贸n y Conservaci贸n Animal)鈥, est谩 en los termos.鈥 Adem谩s del zool贸gico visible hay otro invisible, donde descansa el material gen茅tico de las especies en peligro de extinci贸n. 鈥淎 lo mejor dentro de ciento cincuenta a帽os se puede hacer algo para recuperarlos鈥, dice J谩come.
Suena a conspiraci贸n cient铆fica, suena a 鈥淐olotordoc鈥, pero lo cierto es que los bi贸logos del mundo, conscientes de que el diluvio ya fue y est谩 siendo (no bajo la forma de la lluvia sin fin, sino de la tala indiscriminada, la desertificaci贸n, las modificaciones clim谩ticas y las matanzas), se dedican a recolectar material gen茅tico de aqu铆 y de all铆 (los zool贸gicos trabajan en redes, responden a pautas globales, realizan diagn贸sticos y acciones en conjunto) y a enfriarlo con nitr贸geno l铆quido a la espera de... 驴de qu茅? 鈥淎 la espera de que cuando pase el `diluvio鈥 que hemos desatado, exista alguna forma de devolver las especies a la naturaleza鈥, dicen los cient铆ficos con total seriedad y confianza que tal vez muchos no compartan.
Para J谩come, 鈥渓a extinci贸n de especies animales y vegetales es uno de los s铆ntomas m谩s preocupantes del deterioro ambiental en el mundo, ya que constituye un proceso irreversible que nos priva para siempre de un material gen茅tico 煤nico e irreemplazable y pone en riesgo la supervivencia misma de la especie humana. Frente a este nuevo diluvio universal, el hombre debe ensayar soluciones y provocar cambios culturales que permitan asegurar la continuidad de la vida en la Tierra. En la actualidad los esfuerzos de conservaci贸n de vida silvestre se llevan a cabo, principalmente, a trav茅s de dos estrategias b谩sicas: la conservaci贸n in situ y la conservaci贸n ex situ. La primera involucra todas las acciones desarrolladas en ambientes naturales, basada principalmente en la creaci贸n y manejo de 谩reas protegidas, como son los parques y reservas naturales. En tanto que la conservaci贸n ex situ involucra todas las acciones que se pueden desarrollar para apoyar la supervivencia de las especies silvestres, fuera de su lugar de origen, principalmente a trav茅s de Zool贸gicos y criaderos鈥.
La Estrategia Mundial de la Conservaci贸n en Zool贸gicos, iniciativa de la Uni贸n Internacional de Directores de Parques (Iudzg), la Organizaci贸n Mundial de Zool贸gicos y el Grupo de Especialistas de Cr铆a en Cautiverio (CBSG) de la Uni贸n Mundial de la Conservaci贸n (IUCN), que son los organismos l铆deres de los que los zool贸gicos del mundo participan (La Plata, Buenos Aires y Temaik茅n siguen puntualmente sus recomendaciones) reconocen que el uso de las t茅cnicas para la reproducci贸n artificial puede mejorar el manejo ex situ de las poblaciones silvestres y puede ayudar a la retenci贸n de la m谩xima variabilidad gen茅tica.
En ese contexto, el Zoo de Buenos Aires cre贸 en 1996 el Proyecto Arca, cuyo m谩s espectacular desarrollo es el frozen zoo que guarda las especies a 195,8 grados cent铆grados bajo cero en estado de animaci贸n suspendida.
Miro a Vanesa Astore como si fuera un personaje de Jurassic Park y se lo digo. 鈥淧ara nada鈥, contesta, y agrega: 鈥淓l conservacionismo est谩 en contra de la clonaci贸n y la manipulaci贸n gen茅tica, dado que a los fines del Proyecto ARCA lo que interesa conservar es la diversidad gen茅tica original de las especies silvestres鈥.
De modo que en alg煤n lugar del Zoo de Buenos Aires y de otros zool贸gicos del mundo (tambi茅n por razones de seguridad los emplazamientos son secretos y la informaci贸n que coleccionan se duplica), los bi贸logos han comenzado a guardar en termos con nitr贸geno l铆quido un Banco de Recursos Gen茅ticos, tal como suced铆a en la fantas铆a futurista de Arthur Clarke, Cita con Rama (una nave-arca alien铆gena que atravesaba el espacio repleta de material gen茅tico en animaci贸n suspendida).
J谩come contin煤a explicando: 鈥淟as ventajas del Banco son evidentes, en 茅l es posible almacenar un alto n煤mero de c茅lulas reproductivas y som谩ticas, de variadas especies silvestres, que resultan significativas para asegurar la variabilidad gen茅tica de las mismas. Adem谩s, cada ejemplar, gen茅ticamente 煤nico e irrepetible, puede sobrevivir en el tiempo en formaindefinida, aumentando la cantidad de descendencia que 茅l mismo puede dar, a煤n despu茅s de muerto. As铆 mismo el Banco maximiza el uso del espacio, que siempre resulta ser una limitante importante en las acciones de conservaci贸n ex situ, dando cabida a un gran n煤mero de especies e individuos. Y por 煤ltimo, resulta m谩s pr谩ctico y seguro transportar el material reproductivo en termos de nitr贸geno, que a los ejemplares silvestres a trav茅s de grandes distancias para realizar intercambios gen茅ticos鈥.
Ya no hablamos de especies vivientes, hablamos de material gen茅tico, y es de su supervivencia de lo que se ocupan los zool贸gicos actuales. 鈥淎dem谩s 鈥揳grega Vanesa Astore鈥, en el caso de muchas especies el material gen茅tico est谩 tan deteriorado que no vale la pena continuar con esfuerzos de reproducci贸n. Es el caso del guepardo. La endogamia (todos los animales en cautiverio son m谩s o menos parientes) impide obtener material gen茅tico usable. Cuando examinamos los espermatozoides tienen tres cabezas o no tienen cola...鈥
M谩s que de conservaci贸n, hoy conviene hablar de crioconservaci贸n (laboratorio a cargo de Adri谩n Sestelo), y es por eso que el Zoo de Buenos Aires puede jactarse de tener en su colecci贸n hasta ejemplares de animales que no pueden mirarse: el venado de las pampas, el oso de anteojos, el yaguaret茅, el ciervo del Padre David (extinto en China, de donde es oriundo), el pud煤, el mono ara帽a negro, el mono caray谩, el mono ca铆, el tigre, el chimpanc茅, la cabra africana, el ciervo dama (en sus variedades albino, mel谩nico y pintado), la llama, la corzuela parda, el ciervo colorado, el ciervo japon茅s, el aru铆, el mufl贸n, el lince, el mono patas, el aguar谩 guaz煤, tucanes, iguanas, hienas.
Ya no hay vida silvestre y dentro de poco (por la resistencia o la incapacidad de las especies animales para reproducirse en cautiverio) tampoco quedar谩 m谩s vida en los zool贸gicos que la que guardan los tubos de ensayo. Una vida latente, en suspenso, hipot茅tica. Marx dec铆a que el capitalismo destruye la fuerza de trabajo. Hoy sabemos que es mucho m谩s siniestro porque destruye (porque ha destruido) las condiciones de posibilidad de lo viviente. Es probable que nuestra cultura no consiga sobrevivir como tal sin el enigma de la diferencia y la diversidad, dram谩ticamente encarnada en el espejo vac铆o que son los animales para nosotros. En el ara sacrificial del progreso hemos perdido la Naturaleza, los mitos y toda posibilidad no utilitaria de relacionarnos con los animales. La transformaci贸n actual de las Casas de Fieras en Laboratorios de Alta Tecnolog铆a Biol贸gica instala en otro nivel lo que ya hab铆a se帽alado John Berger: los animales siguen sin devolvernos la mirada, pero ahora ya ni siquiera podemos verlos.
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