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La potencia arrolladora de “Enter Sandman” marca, desde el inicio mismo, el tono del llamado “Album negro”: algo similar a ser transportado por un camión o un tractor gigante a la velocidad de un Fórmula 1 en una ruta de tierra. En su quinto disco, Metallica reinventa el sonido del trash metal y alcanza un pico de masividad con piezas de artillería pesada y baladas zeppelineanas como “The Unforgiven” y “Nothing Else Matters”. En la era pre-Napster, Metallica debutó como número uno en diez países y obtuvo 15 discos de platino en Estados Unidos.
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