Domingo, 15 de junio de 2003
Niñito de dios, un fragmento del libreto
(Maldoror repara en la presencia de un niño, sentado entre las rocas.)
Maldoror: ¿Y este niño sentado que veo all� Me parece que no tiene ganas de jugar. Su carácter no es acorde a su edad. Dime, niño, qué es lo que te hace cavilar.
El niño: Yo pensaba en el cielo.
Maldoror: ¿Es que acaso ya estás tan cansado de vivir?
El niño: Todo el mundo me dice siempre que el cielo es el mejor lugar.
Maldoror: En el cielo, hijo mÃo, vas a encontrar, de seguro, los mismos males que aquÃ, porque la Tierra y el Cielo son del mismo autor. Cuando mueras, por ejemplo, ¿acaso crees que serás recompensado de acuerdo a tus méritos? No, claro que no, ja ja ja ja (rÃe sin expresión), pues si se cometen injusticias en esta tierra, no hay razón para que en la otra vida no se cometan más.
El niño: Pero...
Maldoror: Lo mejor que puedes hacer es no pensar en Dios, y hacerte justicia tú mismo. Si uno de tus compañeros te ofendiera, ¿no serÃas feliz matándolo?
El niño: SÃ, pero eso está prohibido.
Maldoror: No está tan prohibido como crees. Sólo se trata de no dejarse atrapar. El que triunfa sobre sus semejantes es el más astuto y el más fuerte. ¿No te gustarÃa, algún dÃa, dominar a tus semejantes?
El niño: (Se pone de pie) ¡SÃ, sÃ!
Maldoror: Tu edad no te permite todavÃa ser muy fuerte, pero como David cuando luchó contra Goliat, puedes afinar tu astucia. ¿Quieres riquezas, grandes palacios y gloria?
El niño: SÃ, claro, pero deseo adquirirlos honradamente.
Maldoror: No podrás. No conseguirás nada. Para vencer, es preciso derramar sangre. Sin los cadáveres y los miembros esparcidos que quedan en la llanura donde sabiamente se ha operado la carnicerÃa, no habrÃa guerra, y sin guerra no hay victoria. Debes aprender a sumergirte con gracia en los rÃos de sangre alimentados por la carne de cañón. El fin justifica los medios. Para ser célebre, hay que tener dinero. Ahora bien, como tú no tienes, deberÃas asesinar, para conseguirlo. Pero como te falta fuerzapara manejar el puñal, debes hacerte ladrón, en espera de que tus miembros se desarrollen. Y para que lo hagas más rápido, te aconsejo hacer mucha gimnasia todos los dÃas. Y empezarás ahora mismo, ¡vamos! (El niño empieza a hacer los ejercicios que Maldoror le marca, al ritmo de la música, de modo que la escena se transforma en una clase de gimnasia aeróbica.) Paso y junto, paso y junto, uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, agrego, arriba, abajo, brazos arriba, brazos abajo, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, agrego, brazos atrás y arriba, atrás y arriba, trabajamos trÃceps, sin flexionar codos, cinco, seis, siete, ocho, agrego pectorales, uno, dos, tres, cuatro, cinco, el codo a la altura del hombro, brazos sin flexionar, corrija postura del brazo, un poquito más rápido, no te me quedes, cinco, seis, siete, ocho, mantengo el paso en el lugar, ahora unimos los tres ejercicios, ¡vamos!, brazos arriba, brazos abajo, cinco, seis, siete, ocho, trÃceps atrás, tres, cuatro, cinco, seis, ahora pectorales, uno, dos, tres, cuatro, ¡muy bien!, ¡con fuerza! Quedo en el lugar, bueno, ahora vamos a separar piernas, elongamos abductores e isquiotibiales, bajamos al frente, hasta donde llegues, no importa si no tocas el piso. Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, arriba, llevo brazos arriba, inspiro, ahora bajamos el pie izquierdo, sin flexionar rodilla, inspiro, nuevamente arriba, bien derechito, no me saque la cola, y bajamos, el otro pie igual, estiro, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, sin doblar la rodillita, otra vez, arriba, inspiro, soltando el aire y empujando con el abdomen hacia muslos, subimos... estiro... muuuuuuuy bien.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.