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Domingo, 24 de marzo de 2013
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> El crecimiento de la superstición

El huevo de la serpiente fundamentalista

Los fundamentalistas se están reproduciendo a un ritmo más rápido que los moderados dentro de las principales sectas religiosas: sunnitas, chiítas, judíos, católicos, protestantes, mormones, amish.

Por Matt Ridley

Me preocupa la superstición. En realidad, me consternan los charlatanes que aprovechan la capacidad humana para la superstición y que instauran el pánico que impulsa a tomar decisiones estúpidas: prohibir alimentos genéticamente modificados, enseñar a los chicos que la Tierra tiene solo 6000 años de antigüedad, poner barreras a la inmigración, ese tipo de cosas.

La superstición puede ayudar al derrumbe de una civilización. Ya sea en el colapso de Roma o del Imperio Ming, el triunfo de la fe sobre la razón desempeñó un papel importante. Por fe, me refiero al argumento de autoridad.

Deberíamos preocuparnos sobre todo porque la superstición está en ascenso, básicamente por razones demográficas. Los fundamentalistas se están reproduciendo a un ritmo más rápido que los moderados dentro de las principales sectas religiosas: sunnitas, chiítas, judíos, católicos, protestantes, mormones, amish.

Por suerte, los chicos no siempre hacen lo que sus padres les ordenan. Millones de fundamentalistas no adoctrinados se rebelarán contra su fe y abrazarán la razón y la libertad, especialmente en la Era de Internet, la telefonía móvil y las redes sociales.

Pero no es solo la superstición que me molesta. La superstición científica también parece estar en aumento. La ciencia como una institución, en oposición a la filosofía, siempre ha tenido una tendencia a desviarse hacia la fe, al argumento de autoridad. Consideremos los ejemplos de la eugenesia en la primera mitad del siglo pasado, o del lysenkoísmo en la Unión Soviética (prácticas irracionales para mejorar el rendimiento de las cosechas), o el “freudianismo”, o la obsesión con las dietas. Los disidentes y los moderados son a menudo desplazados por los fundamentalistas cuando la ciencia se vuelve política. Por suerte, la ciencia tiene la tendencia a la autocorrección. Temamos el día en que la ciencia se vuelva una actividad centralizada.

Zoólogo inglés y escritor científico.

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