Con los votos del PJ, Bassó y Erbetta van a la Corte Suprema

Los operadores políticos de Jorge Obeid aseguraron ayer que el PJ impondrá su mayoría automática para aprobar en la Asamblea Legislativa de hoy las designaciones del camarista Agustín Bassó y del abogado Daniel Erbetta como procurador y ministro de la Corte Suprema de la provincia. "Si no hay ninguna sorpresa, los dos pliegos van a ser aprobados", anunció el presidente de la comisión de Acuerdos, Mario Esquivel. A pesar de que hasta el propio Obeid se arrepintió en público por no haber promovido en Santa Fe un mecanismo similar al que instauró el presidente Néstor Krichner para renovar la Corte Suprema de la Nación, antes de enviar los pliegos a la Legislatura. O la lluvia de pedidos para que el gobernador frene los nombramientos. Erbetta, por su parte, cumplió el último trámite en la Legislatura: pasó por la comisión de Acuerdos para una entrevista a puertas cerradas, donde "dejó muy buena impresión", dijo el legislador del PJ. Pero la ausencia de los diputados del ARI y del socialismo -para no convalidar el simulacro- aumentó la tensión política.

"Siguen ensuciando el método para las designaciones", dijo el diputado Aldo Strada. Y recordó el arrepentimiento público de Obeid por no haber "hecho lo mismo que hizo Kirchner para renovar la Corte" antes de proponer a Bassó y Erbetta y la estocada de otro diputado del PJ, Danilo Kilibarda, que cuestionó a Obeid por "un manejo imprudente del poder" al enviar los pliegos de los dos postulantes a la Corte sin consultar con el gobernador electo Hermes Binner y sin atender al resultado electoral del 2 de setiembre.

"La Asamblea Legislativa debe hacer lo que nunca se hizo en un gobierno con mayoría automática: devolverle los pliegos a Obeid para que las designaciones se hagan con el consenso de las ONG, colegios profesionales y la sociedad civil. Los santafesinos votaron un cambio y eso significa también cambiar la forma de designaciones en la Corte Suprema de la provincia", planteó Strada.

-Pero Esquivel ya anunció que el PJ tiene los votos para aprobar los pliegos.

-Bueno, si la Asamblea Legislativa sigue abusando de la mayoría automática es por la situación a la que ha llegado el gobierno del PJ. Y eso se demostró el 2 de setiembre -ironizó Strada.

Antes de pasar por la comisión de Acuerdos, Erbetta aceptó una ronda de prensa, donde defendió su ascenso a la Corte con una metáfora. "Mi pliego es individual. Yo no tengo hermano, soy hijo único", dijo. Y la dejó picando, como una alusión a Bassó, el otro propuesto. "Los pliegos se tratan por separado, por lo tanto si hay impugnaciones, hay que hacerlas a cada uno en particular y con base fundamentada".

-Pero se cuestiona la oportunidad política de enviar los pliegos -le planteó un colega.

-No es cierto. Los cuestionamientos son metodológicos y esto parte de una falsedad que es negar, ignorar u ocultarle a la gente cuál es el procedimiento en Santa Fe. Y los de oportunidad política yo no los he visto porque sería un absurdo de un gobierno electo extender su mandato -dijo Erbetta.

-Pero hubo cuestionamientos públicos.

-Lo de la oportunidad política no hay un constitucionalista en la Argentina que pudiera avalar esa posición. Eso implicaría que el mandato del gobernador electo se prolongó de facto -se molestó el abogado.

Otra periodista le preguntó sobre su relación con el ex subsecretario de Seguridad Pública y ahora candidato a diputado nacional, Alejandro Rossi. "¿Usted fue abogado de Rossi?", le planteó.

-La impugnación tiene que ver con una circunstancia nefasta que es cuestionar el derecho de defensa, cuestionar el libre ejercicio de la profesión y cuestionar que yo haya defendido a un amigo personal que es Alejandro Rossi. Un amigo personal, no un amigo de la política porque yo no tengo nada que ver con el PJ, soy afiliado a la UCR. Yo defiendo a quien quiero. El límite ético para tomar una defensa es la posibilidad que pueda dañar a un defendido. Jamás defendería a un genocida. Pero sí defiendo a un amigo, y antes que lo hiciera, el ingeniero Obeid en un gesto que respeté porque no soy amigo personal del gobernador, me ofreció el Ministerio de Derechos Humanos, un año antes que Rossi tuviera su problema. Entonces esta especulación de que yo defendí a Rossi, mire con ese criterio yo tendría una interdicción para ocupar cualquier cargo en la justicia porque también he defendido y he asesorado a encumbrados dirigentes del Partido Socialista.

-¿A Binner?

-He hecho dictámenes para legisladores de la UCR, el socialismo y de otros partidos -dijo Erbetta y mencionó al senador Rubén Giustiniani.

-¿Defendió a otros funcionario o ex funcionario del gobierno? -preguntó Rosario/12.

-He defendido a funcionarios radicales y justicialistas -se enojó Erbetta. "Tengo 30 años de abogado penalista, imagínese que si yo hubiera cometido algún problema cuántos clientes ya tendrían que haber aparecido después de la mediatización de mi nombre. Yo no puedo dar nombres de las personas que he defendido por una razón obvia: hay una confusión cultural que parte de suponer que una persona que tiene un proceso penal es un culpable. Lamentablemente, tenemos asociada la posibilidad del sometimiento al proceso con la ruptura del principio de inocencia. Entonces, no se le puede pedir a un abogado penalista que de un listado de sus clientes. Yo le diría una cosa, porque me fastidia muchísimo: en la época del proceso se identificaba al abogado con el cliente y en la época del nuevo enemigo que era la droga se identificaba al abogado con el cliente. Eso es un razonamiento propio del fascismo. Y a los fascistas hay que denunciarlos y yo los denuncio públicamente. Cuestionar un derecho sagrado como el derecho de defensa en el marco del ejercicio lícito de una profesión es algo no sólo éticamente reprochable, sino es ideológicamente inaceptable.

-¿Quiénes son los fascistas que usted dice que se deben denunciar?

-No, no, no.... Yo digo para la gente que usted dice que cuestiona que yo he defendido gente del gobierno.

-Para usted, ¿una pregunta es un cuestionamiento?

-No, no, no -reculó Erbetta.

-Entonces, pongamos las cosas en su lugar -planteó este cronista.

-Usted me dice que hay cuestionamientos porque yo supuestamente he defendido dirigentes políticos.

-Yo le pregunté si usted defendió a otros funcionarios o ex funcionarios del gobierno.

-Yo le dije que he defendido funcionarios del PJ, la UCR y de otros partidos porque soy abogado defensor, trabajo de eso -contestó Erbetta.

-Pero usted habla de fascismo y de fascistas. Por favor, identifíquelos porque es una palabra muy fuerte. ¿Quiénes son los fascistas que lo cuestionan?

-Yo no califico a nadie de fascista. Digo que el razonamiento por el cual se cuestiona que un abogado ejerza el derecho de defensa es un razonamiento que no tiene nada que ver con las convicciones y compromisos democráticos y es propio de épocas muy tristes para la Argentina. Digo, el razonamiento. Después, si alguien lo hace, yo no sé quién es con nombre y apellido, al que le quepa el sayo que se lo ponga, pero no me pida a mi que haga nombres -volvió a recular Erbetta. Y se fue.

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