"Hay que evitar la visión de la seguridad simplista, que es la demagogia represiva para la cual la seguridad se reduce al orden en las calles. Se alienta asà la construcción del problema como si fuera una 'guerra' entre 'los delincuentes' y las instituciones de seguridad. En esta guerra, los derechos son percibidos como obstáculos a una supuesta solución 'simple', que es el incremento de la violencia estatal, y no como los bienes a proteger por las polÃticas de seguridad. Peor aún, en esta perspectiva nunca el incremento de la fuerza es suficiente: Cuando estas polÃticas fracasan, en lugar de admitir el error, se reclama más violencia, más armas y más presencia policial, en fin, más guerra y división. Se trata de enfrentar a la violencia con mayor violencia. Es en esta visión oculta, en perjuicio de vÃctimas y victimarios, que los delitos se relacionan con las economÃas delictivas, a las que debe abordarse. Este es el consejo más sano que puede recibir en términos de seguridad el próximo gobierno provincial". La frase pertenece al criminólogo Enrique Font, quien además suma la necesidad de desmilitarizar a la PolicÃa, rediseñar la institución en un escalafón único, producir datos propios, capacitarla y controlarla efectivamente.
-¿Qué es una economÃa delictiva?
-Se concibe como "economÃa delictiva" a los procesos de oferta y demanda de bienes o servicios ilegales o de bienes y servicios legales obtenidos ilegalmente. Bienes ilegales son las armas de guerra y un servicio ilegal es la "seguridad privada" prestada fuera de la reglamentación vigente por un policÃa de franco. Ejemplo de bienes legales obtenidos ilegalmente son las autopartes provenientes de vehÃculos robados. A tal punto la economÃa delictiva es un componente central, que no es infrecuente que la criminalización de la actividad en cuestión sea una variable de su rentabilidad o de su concentración, como es el caso del mercado de sustancias de consumo penalizado (mal llamadas "estupefacientes").
Font lleva adelante el proyecto "Violencia, policÃa y estado de derecho", que comenzó en el año 2004 y abarca entre 1996 y el 2006, en forma conjunta con el CELS, la UNL y la UNR. Este proyecto de investigación esta destinado a trabajar un diagnóstico cuantitativo y cualitativo del fenómeno del uso de la fuerza letal por la policÃa, en forma más amplia que los casos de gatillo fácil, es decir los casos en los que legÃtimamente pudo haber habido enfrentamientos con muertes civiles por uso de la fuerza policial ocurridos en la última década en Santa Fe y Buenos Aires, tanto capital como provincia.
"Abordamos la producción de información, mecanismos de control formales e informales, asuntos internos, defensorÃa del pueblo, familiares de victimas, comisiones investigadores es decir todos los mecanismos sociales informales. El trabajo termina con un análisis de la investigación, y con propuestas de polÃticas públicas".
-¿Cuál es el análisis que se hizo sobre la policÃa santafesina?
-Hoy lo que podrÃamos resaltar es que está acorde al marco de las transformaciones de las policÃas a nivel nacional, que es una tendencia hacia la desmilitarización. Esto quiere decir que se hace una transformación en los mecanismos de la formación de los cuadros policiales. Desde hace un año y medio, el Consejo de Seguridad Interior del Ministerio de Interior, ha adoptado una polÃtica de reformas en la formación junto con el Ministerio de Educación, con la participación de 22 provincias. Esta es la primera vez que el gobierno nacional toma una polÃtica sobre las policÃas provinciales. Esta iniciativa produjo información que no habÃa sobre la formación policial. Y propone tendencias, en las que las provincias adhieren, vinculados a la formación con acreditaciones a las carteras educativas con programas que tengan que ver con el rol de un policÃa en el siglo 21. Es decir vinculados a la protección del derecho, y resolución de conflictos y no tanto a la lógica del orden público y seguridad pública, sino como seguridad ciudadana. Y esto se logra sacando de los ámbitos policiales la formación. Hay modelos como Mendoza, en que se forma en la universidad, y hay otras similares a lo aprobado Santa Fe con el Instituto de Seguridad Pública. Este es un instituto autárquico, que forma a policÃas en seguridad pública pero con estandares propios de una tecnicatura. En eso podemos decir que Santa Fe esta alineándose la nación. Otra lÃnea para desmilitarizar es terminar con las estructuras organizacionales que es salir de las dos pirámides propias de una fuerza armada, con una base de ingreso único, es decir un escalafón único concentrándose fuerte en la formación inicial de los policÃas.
-¿Qué pasa en este punto con la provincia de Santa Fe?
-En esta provincia esta aprobado una nueva ley de personal, lo que pasa es que esa ley de alguna manera no es muy radicalizada en la transformación policial sino que ha sido una ley de compromiso, pero al menos transforma el escalafón único. Pero tiene un problema: esa ley no esta reglamentada. Creo que el próximo gobierno provincial tiene la posibilidad de afinar esa ley reglamentándola, y esto puede permitir bastante flexibilidad en un esquema deseado. Esta es una tarea pendiente: reglamentar la Ley de Personal. Esto lo hizo Neuquén, Mendoza y Buenos Aires, en las que habrÃa que mirar como han hecho para evitar los bolsones de resistencia en los sectores que están próximos a retirarse y en los mandos altos.
-¿En que otros puntos Santa Fe está en deuda?
-Una es una profesionalización y especificación técnica de las polÃticas de seguridad: Ya está claro que no se puede seguir improvisando. Tiene que haber equipos técnicos que sostengan las polÃticas de seguridad, que de otro modo están destinadas al fracaso. Esta provincia no ha generado capacidad técnica en más de veinte años, capaces de producir polÃticas que tengan sustento. Lo segundo es que el gobierno tiene que tener informes propios sobre el delito, muy detallado: dónde, cómo se produce, sobre qué economÃas delictivas se sustentan estas prácticas, quienes son los actores. Esto es importante porque hasta hoy esta producción de informes ha descansado sobre la policÃa, que la ha usado de manera extorsiva porque le otorga una autonomÃa que ninguna fuerza deberÃa tener. Si un ministro está esperando que la policÃa le diga cuál es el delito cometido es un rehén de la misma. Hoy hay experiencias en la Argentina de producción de información viable: Esta será una tarea que el gobierno de Hermes Binner podrá fundar de cero. En paralelo con esto es definir una polÃtica de capacidades de gerenciamiento policial. Esto es tener un acabado conocimiento del lugar donde está la policÃa, qué hace y cómo distribuye sus recursos- concluyó Font.
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