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El peronismo santafesino se encamina hacia una pelea de fondo que, a esta altura, parece inevitable. En esa dirección el líder del reutemismo residual, el senador Ricardo Spinozzi es quien ha dado el primer paso. Esta semana, en un acto en el Círculo Católico de Obreros de Rosario, organizado por el Mapen (el movimiento que encabeza Gabriel Monserrat, uno de los principales operadores del ex candidato Rafael Bielsa); se lanzó virtualmente como candidato a presidente del Partido Justicialista de la Provincia. Candidatura que será ratificada en otro acto, la semana próxima, en Santa Fe. En este sector se nuclean los partidarios de la oposición "bestial" a Hermes Binner. Del otro lado, Agustín Rossi espera para mover sus piezas pero su hombre más importante en la provincia, el presidente del bloque de Diputados del Frente para la Victoria, Luis Rubeo (h), confirmó a Rosario/12 que "estamos preparados para competir (en las internas cerradas de marzo)", y también que "la confrontación es inevitable". Dicho esto, desde el lado de quienes plantean una oposición "estratégica" al socialismo y una "reconstrucción en serio del partido".
Detrás del senador Spinozzi que le fue bien en las últimas elecciones y representa una de las "jóvenes promesas" del peronismo provincial, encontraron espacio otros no tan jóvenes, y con promesas vencidas. Entre ellos Alberto Monti y Jorge Lagna, cultores de diatribas tan floridas como ineficaces en contra del socialismo. Allí se suman también Darío Scataglini y Laura Venesia.
El ex senador y ahora diputado Monti (no Evaristo Giordano, aunque tan menemista como éste en su momento); había criticado duramente a Rossi y Rubeo, disparando por elevación al peronismo de Rosario en su conjunto. "Nosotros planteamos una visión diferente en lo que hace a la representatividad del peronismo en una derrota. En el marco de la victoria, a lo mejor esto pasaba desapercibido, pero en el marco de la derrota y en la necesidad de reconstruir un peronismo que sea capaz de recuperar la provincia, apostamos a trabajar sobre caras y pensamientos nuevos y sobre personas que tengan una base de sustentación real en cuanto a la representatividad y en cuanto a voto. No podemos reconstruir sobre bases de dirigentes que hace 24 años son oposición en Rosario y ya se han acostumbrado a eso. Nosotros queremos ser ganadores", desafió por los medios.
Rubeo quiso evitar la polémica personal, pero igual reveló: "Ellos nos putean por los medios, pero no sé quién es más cercano al oficialismo. Porque fueron ellos, no nosotros, a pedirle al presidente de la Cámara (Eduardo) Di Pollina que hable con nuestro sector para que le diéramos espacio en alguna comisión. Entonces, una cosa es lo que se dice para afuera y otra la que se hace para adentro", aseguró. Y dijo más aún. "En los últimos años muchos peronistas de esta provincia creyeron que desde Rosario se debía aportar lo necesario para que alcance para el triunfo general. Pero nadie estuvo preocupado por sacar más votos que los necesarios de parte del PJ rosarino, al contrario, muchos se sentían cómodos con esa situación".
-Ahora, frente al virtual lanzamiento de Spinozzi, ¿qué va a hacer Rossi? ¿Va a ser o no candidato a presidir el PJ santafesino en las elecciones de marzo?- preguntó este diario a Rubeo.
-Agustín (Rossi) lo está analizando. Hay muchas cuestiones a tener en cuenta. Su rol a nivel nacional, qué va hacer Néstor Kirchner en la reorganización del peronismo a nivel nacional. Mi posición es pública y yo se lo he pedido a Agustín: Tiene que disputar el partido y ser el presidente de un nuevo peronismo en Santa Fe. Pero de lo que no tiene que haber duda es que nuestro sector va a jugar sí o sí, vamos a dar la pelea y nos estamos preparando para eso.
-¿Qué cuestiones urgentes debería resolver un partido que empiece a reorganizarse?
-Bueno, son muchas. Pero entre las inmediatas hay que pensar en un partido más amplio y flexible, con poder contención y organismos más dinámicos. Por ejemplo, no puede ser que el Consejo Provincial del PJ tenga cien miembros, tiene que pasar a 20 con responsabilidades bien establecidas. Y así muchas otras cuestiones que le den organicidad y dinamismo porque acá hay que pensar en un proceso de recuperación profunda. Ahora ya no están (Carlos) Reutemann y (Jorge) Obeid, entonces la figura con mayor proyección que emerge es Agustín. De esto no hay dudas.
Si se mira bien, más profundamente en las turbulentas aguas del peronismo santafesino, se notará que el partido, la fuerza o movimiento -como quiera llamársele-, está en un punto de inflexión. O pasa a retiro a aquellos dirigentes que nunca (ni aún con Néstor Kirchner en el poder) confiaron demasiado en las prácticas kirchneristas de desarrollo del peronismo; o el partido en esta provincia quedará anclado a los `90 cuando la algarabía de la no política, daba espacio a casi cualquier cosa. Más gráfico lo dijo hace poco un dirigente en una reunión cerrada: "Acá (en Santa Fe) algunos se escandalizaban porque (Julio) Cobos iba en la fórmula con Cristina. Eran los mismos que ni se pusieron colorados cuando María Julia Alsogaray integraba un gobierno peronista".
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