Desde Santa Fe
"Si no interviene la policÃa, me matan". El senador Alberto Crosetti (PJ-Belgrano) aún está impactado por la feroz golpiza que sufrió hace una semana en un piquete de productores rurales, en el cruce de las rutas 9 y 178, en la zona de Armstrong. El hecho tuvo su repercusión polÃtica el jueves, cuando el Senado se solidarizó con el legislador y condenó la metodologÃa de la "violencia, el agravio y el escrache" que proliferó en el conflicto agropecuario y en los bloqueos a las rutas santafesinas que desabastecieron de alimentos y combustibles a las grandes ciudades. Crosetti lo puede contar porque por dos policÃas pusieron el cuerpo entre él y los agresores, aguantaron una lluvia de patadas y puñetazos y lo refugiaron a bordo de una camioneta patrullera, a la que turba atacante también intentó volcar. Uno de los policÃas terminó en el hospital.
Lo curioso es que Crosetti también es uno de los senadores del PJ que más defendió los intereses de las cámaras empresarias del campo en la Legislatura. "Yo soy parte del sector", llegó a decir.
Como lo hizo muchas veces en los 100 dÃas del lockout agropecuario, Crossetti llegó al piquete de Armstrong, el sábado a la tarde, con parte de su familia. Pero los ruralistas estaban tan enardecidos por la detención dirigente de la Federación Agraria de Gualeguaychú, Alfredo De Angeli, que comenzaron descargar su bronca contra él. Del insulto pasaron a la agresión directa. Y cuando uno de los atacantes amenazaba con golpearlo con una botella y otro con un ladrillo, intervinieron dos policÃas que lo condujeron hasta una camioneta, mientras llovÃan los puñetazos y las patadas. "Creo que si los policÃas no intervienen a tiempo hubieran terminado con mi vida", le dijo a Rosario/12.
"Lo que sucedió fue un acto de barbarie que nunca pensé que podrÃa vivir en este paÃs. Yo fui al piquete, como lo hice muchas veces, a compartir el reclamo de los productores agropecuarios, pero siempre con la salvedad, que tal vez pueda enojar, de que no compartÃa el corte de rutas. Lo dije desde un primer momento, el 13 de marzo, dos dÃas después del conflicto, que era parte del sector, pero jamás iba a compartir un corte de ruta. Ni el que hizo (Luis) D'ElÃa en su momento, ni el que hizo Castells cuando tomó algún lugar y tampoco el corte absoluto. Dije que compartÃa el estado de asamblea permanente, el corte de ruta simbólico de quince minutos, las sentadas que demoraran a los que transitan 15 o 20 minutos o una hora, pero jamás un corte que provoque desabastecimiento o impida la libre circulación de los ciudadanos de este paÃs. Esta postura la tuve a lo largo de los 100 dÃas de conflicto. Es más: el primer mes, no aparecà por ningún piquete porque tenÃa esa postura y debÃa ser consecuente con lo que pensaba. Si eso enojó a alguno, creo que estamos en un paÃs donde hay libertades, cada uno puede expresarse y creo que yo, como funcionario público, tengo la obligación de ser sincero y leal con mis convicciones", explicó Crosetti.
"El sábado, tres horas después de los incidentes en Gualeguaychú, se desató una violencia inusitada en Armstrong que yo no quiero se repita en el paÃs con ninguna persona. Me tocó a mÃ", agregó.
-¿Usted cree que lo podrÃan haber matado?
-Estoy convencido y denuncio eso. Por la agresividad con que atacaron también a los dos policÃas que me defendieron. A uno de ellos, lo empujaron y cayó al suelo. Y todos sabemos, lo que grave que pueden ser las patadas y los golpes a una persona que está en el suelo. Incluso, un policÃa le quitó a uno (de los agresores) una botella con la me iban a golpear en la cabeza y a otro un ladrillo. El subjefe de PolicÃa me protegió entonces hasta una camioneta, mientras nos pegaban patadas y puñetazos. Estoy seguro que si en un empujón me hacen caer, corrÃa la misma suerte del policÃa que cayó al suelo y que fue muy golpeado. Creo terminaban con mi vida. Porque habÃa ensañamiento criminal de gente que estaba anarquizada -relató.
-¿Cuantas personas habÃa en el piquete?
-Muchas. Alrededor de 300 personas. Un buen número que cuando se inflama la situación me parece que es para que alguien la pase mal. Y después que me subieron a la camioneta de la PolicÃa, los agresores hasta quisieron dar vuelta la pick up y prenderle fuego. Yo estaba arriba y la gente querÃa volcarla. Oà que gritaban: "Vamos a prenderle fuego". No me preocupé tanto por mà como por mi familia, que pudo salir del lugar en dirección contraria al móvil policial.
-¿Una turba?
-Yo creo que también hubo un aprovechamiento de las circunstancias polÃticas. Eran todos opositores y lograron que el resto de la gente se exaltara de tal manera que no midieron las consecuencias. Tal vez, la justicia del reclamo, en ese momento habÃan detenido a De Angeli, todo eso conspiró, pro nada justifica un estado de violencia de tal magnitud.
-Es paradójico porque usted comparte los reclamos del sector agropecuario.
-Por eso digo que fue utilizado ese momento por algunos pÃcaros para hacer politiquerÃa barata. O mejor dicho, actos criminales, porque yo lo enmarco en esos términos. Lamentablemente, existe esa miseria humana.
-¿Que pasó con los policÃas?.
-Uno estuvo internado y todavÃa tiene que ir a Rosario para hacerse unos estudios más de ecografÃa y tomografÃa por los golpes que recibió. Y el otro es el subjefe de Armstrong que también recibió golpes y patadas.
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