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Una víctima de la dictadura, Amalia Ricotti, querellante en el primer juicio oral y público por delitos de lesa humanidad que se iniciará en la provincia el 7 de mayo ﷓en el que está imputado un ex agente civil del Destacamento de Inteligencia Militar 122, Horacio Barcos﷓, fue amenazada a plena luz del día en el microcentro santafesino por tres sujetos que actuaron a cara descubierta. Uno la empujó, otro le hizo el saludo militar, y el tercero sintentizó el mensaje: "¡Dejate de joder, te vamos a hacer cagar!". "Fue una grotesta intimidación represora", dijo la secretaria de Derechos Humanos de la provincia, Rosa Acosta, quien le garantizó a Ricotti que a partir de ahora tendrá custodia las 24 horas del día.

La encerrona a Ricotti se sumó a una ola de intimidaciones que se desató el 24 de marzo en Santa Fe, con un atentado a balazos contra el hijo de otro querellante en una causa que investiga el terrorismo de estado, Daniel García; amenazas a los diputados Antonio Riestra y Alicia Gutiérrez y la abogada de HIJOS, Lucila Puyol y la aparición de volantes golpistas ("Por otro 24 de marzo") en los lugares donde se repudió el golpe de 1976: el Panteón de la Memoria y la plaza de San José del Rincón. "Indudablemente no son casos, acá hay gente que está pensando en eso y actuando. Son bandas que todavía tienen algunos elementos que andan sueltos", reveló el ministro de Gobierno y Reforma del Estado, Antonio Bonfatti.

Ricotti fue abordada el jueves, alrededor de las 12, en la esquina de la peatonal San Martín y Tucumán, que a esa hora está poblada de gente, cuando venía del estudio del abogado Horacio Coutaz, que la representará en el juicio oral y público que comienza el 7 de mayo. Uno de los atacantes la empujó desde atrás y la hizo trastabillar. Otro le hizo la venia. Y el tercero le gritó: ?¡Dejate de joder, te vamos a hacer cagar! ¡Dame el celular!?.

Ya hace casi un año, el 15 de abril de 2008, Ricotti había tenido otro incidente en la zona de bulevar Pellegrini, en el macrocentro, cuando fue seguida varias cuadras e intimidada de cerca por un sujeto que más tarde resultó detenido e identificado por efectivos de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE), a quienes Ricotti llamó para que la socorrieran. La causa está a manos del juez de Instrucción de la 8ª nominación, Jorge Patrizi, ante quien Ricotti ratificó su denuncia.

La secretaria de Derechos Humanos de la provincia, Rosa Acosta, calificó el ataque a Ricotti como "grotesca intimidación represora. Ella fue abordada en pleno centro de la ciudad por tres personas. Pero gracias a que está bajo la tutela del Programa de Protección de Testigos en causas de la represión ilegal nos avisó. Fuimos al encuentro de ella y se la socorrió en forma rápida. También lo hicieron otros compañeros de ella. Así que ya estamos trabajando para descubrir quienes fueron los autores de este hecho", dijo Acosta por LT10. Y explicó que a través del Ministerio de Seguridad Pública se intentará identificar a los agresores. "Si bien fue un lugar público, hay muchas formas de realizar esa tarea", agregó.

Acosta dijo que la serie de atentados y amenazas intentan sembrar miedo. "Nosotros repudiamos este tipo de maniobras represivas agresivas que intentan intimidar a personas que van a declarar en las próximos semanas en los juicios por delitos de lesa humanidad. Por lo tanto, vamos a poner a disposición de los testigos, querellantes, abogados y familiares que quieran aceptarlo, como en el caso de Amalia, el Programa de Protección que incluye custodias que se modifican a requerimiento y un dispositivo de comunicación inmediata que es una de las cosas más importante".

En tanto, el ministro Bonfatti aseguró que Ricotti "ya tiene custodia las 24 horas del día, incluso en su domicilio. Obviamente, no vamos a dar detalles de cómo sigue el tema porque le estaríamos diciendo a estas bandas que todavía tienen algunos elementos que andan sueltos, cómo vamos a proceder con la custodia. Pero estamos trabajando y le vamos a dar toda la seguridad a los testigos", señaló.

Amenazaron a una víctima de la dictadura

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