Los testimonios de un ex suboficial y un médico de la PolicÃa santafesina complicaron ayer la situación del ex jefe de la comisarÃa 4ª, Mario Facino, en el juicio a los presos por delitos de lesa humanidad en Santa Fe. El ex suboficial Luis Enrique Monzón confirmó que en noviembre de 1975 auxilió al abogado Jorge Pedraza que estaba al borde de la muerte en uno de los calabozos de la 4ª. "Un dÃa llegué y escuché los gritos de una persona que pedÃa auxilio desde el fondo de la comisarÃa, pero como nadie hacÃa nada, saqué la llave y abrà la puerta del calabozo. Allà habÃa un joven que me dijo que se sentÃa muy mal y que, por favor, le diera un poco de agua. Lo llevé hasta una pileta. Caminaba muy despacio. Pero como no se podÃa agachar para tomar de la canilla, busqué un jarro en la cocina y le di agua", relató Monzón. Aquel muchacho de 21 años tirado en una de "Las tumbas" como llamaban a los calabozos era Pedraza, a quien Monzón volvió a ayudar tiempo después cuando llevó a la madre del abogado una esquela con noticias de su hijo. El jarro con agua y el mensaje a la familia Pedraza le costaron a Monzón su cargo en la PolicÃa y una condena a casi dos años de cárcel a disposición del Poder Ejecutivo Nacional, ya en la dictadura. "No me arrepiento de nada. No cometà ningún delito, hice lo que tenÃa que hacer. Yo puedo mirar a mis nietos a la cara", dijo Monzón.
El relato del ex policÃa conmovió a la sala de audiencias, al punto que cuando el hombre salió a la calle lo rodeó el aplauso de los militantes de organismos de derechos humanos que siguen el juicio en las afueras.
La audiencia arrancó con el testimonio del ex médico de la PolicÃa, José MarÃa Maciel, que reconoció su firma en un informe sobre los tormentos a Pedraza. Pero después no dijo nada más, se amparó en la desmemoria y el tiempo.
El segundo testigo fue Monzón, un correntino de 68 años, de respuestas precisas y contundentes, que es "capataz de obra" -pero que hoy está sin trabajo-, dijo cuando le preguntaron sobre su oficio. En noviembre de 1975, Monzón era suboficial de calle en la 4ª y Facino el jefe. "Un dÃa llego a la comisarÃa y escucho desde el fondo, donde estaban los calabozos, a una persona que pedÃa auxilio porque decÃa que se estaba muriendo", recordó. "Nadie hacÃa nada. Entonces, saqué la llave del calabozo y fui por el pasillo a preguntarle qué le pasaba. Era un pibe joven. Me dijo que se sentÃa muy mal, que lo habÃan picaneado y me pedÃa un poco de agua. Abrà la puerta y lo llevé hasta una pileta. Caminaba muy despacio. Pero como no se podÃa agachar para tomar de la canilla, busqué un jarro en la cocina y le di agua".
"Después, acompañé al detenido hasta la celda y devolvà la llave. Lo hice sin saber quién era. Y sin autorización del oficial de guardia. Hice lo que tenÃa que hacer", relató Monzón. Y se levantó para imitar ante el Tribunal los movimientos con los que habÃa ayudado a Pedraza hace 34 años. El gesto cambió el clima de la audiencia.
¿HabÃa otras pesonas que escucharon el pedido de auxilio? le preguntó el presidente del Tribunal, Roberto López Arango.
HabÃa una orden de los servicios especiales que no se podÃa ver a los detenidos.
¿Qué eran los servicios especiales? quiso saber el juez.
El personal del Area 212, andaban de civil, asà que no sé si eran del Ejército o de la PolicÃa contestó Monzón. El jefe del Area 212 en noviembre de 1975 era el coronel José MarÃa González, el mismo que copó la Casa de Gobierno la noche del golpe del 24 de marzo y asumió como el primer interventor de la dictadura en la provincia.
Unos dÃas después, Monzón entregó a la madre de Pedraza una esquela con noticias de su hijo. "Era un papelito que no leÃ", afirmó. El vaso de agua y el mensaje a la familia Pedraza le costaron quince dÃas de arresto en el cuartel de Bomberos Zapadores a pesar de que "nunca me hicieron ningún sumario".
Pero después del golpe, llegó la segunda represalia. "El 31 de marzo de 1976 me llaman y me dicen que estaba detenido a disposición del Area 212. Me leyeron un papel firmado por Videla, Agosti y Massera".
¿Cuánto tiempo estuvo a disposición del Poder Ejecutivo? volvió a preguntarle López Arango.
Veintiún meses contestó el correntino.
El fiscal MartÃn Suárez Faisal volvió a insistir si otros policÃas habÃan escuchado también los gritos de Pedraza, pero hicieron oÃdos sordos a los pedidos de auxilio. "Por supuesto que lo escucharon, todos los escuchábamos".
¿Estaba el jefe de la comisarÃa?
No lo sé, señor.
¿Y sus compañeros no advertÃan la situación?
-No lo sé. Yo soy una persona humana, si alguien pide un vaso con agua se lo doy porque está pidiendo por favor contestó Monzón. Y agregó: "Cuando yo estuve preso mis ex compañeros me negaron el agua. Era como si tuviera HIV".
¿Conoce otro caso de algún policÃa que haya auxiliado a un detenido?
No. Yo puedo mirar a mis nietos a la cara y de frente.
El 20 de octubre, el Tribunal hará un reconocimiento a la comisarÃa 4ª, "asà que hemos resuelto convocarlo a partir de las 9 de la mañana. Va a recibir la cédula de notificación, pero ya se lo anticipo", le dijo el juez López Arango. Monzón contestó: "Voy a ir, voy a estar en la puerta, señor".
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