En una semana convulsionada para el Frente Progresista, el ministro de Gobierno de Santa Fe Antonio Bonfatti, habló con Rosario/12 de la marcha atrás en el nombramiento del ex comisario José Luis Giacometti como secretario de Seguridad; y de la salida de ese mismo cargo del radical Carlos Iparraguirre a quien su partido imaginaba al frente del ministerio del área donde finalmente recayó el abogado Alvaro Gaviola. "El Frente Progresista está muy bien", disparó el ministro como para alejar los fantasmas del descontento. Y lanzó un anuncio que los radicales frentistas ya venÃan reclamando: "Vamos a institucionalizar el Frente Progresista, con claros estatutos que indiquen cómo discutir las diferencias entre los distintos partidos que componen la coalición. A la manera del Frente Amplio en Uruguay o la Concertación en Chile", explicó. Bonfatti hizo también un balance de la marcha del gobierno, habló de la oposición que ejerce el peronismo, el presupuesto y la reforma tributaria que se debaten en este fin de año en la Legislatura. Dice que se imagina "a (Hermes) Binner presidente" y que él "tiene las aspiraciones de todo polÃtico", en referencia a una posible candidatura a intendente de Rosario o gobernador en 2011.
Para el ministro de Gobierno y Jefe de Gabinete, la seguridad "como cualquier polÃtica requiere de tres cuestiones: Tener proyecto, tener tiempo para desarrollarlo y encontrar alguien que lo tome con pasión al tema y lo lleve hacia adelante. Y bueno, lo de (Daniel) Cuenca estaba dentro de cálculo de posibilidades pero uno siempre piensa que no va a ocurrir hasta que ocurre. En ese sentido, nosotros ya tenÃamos un nombre para su reemplazo, alguien que viene trabajando con nosotros y que conoce el proyecto que es Alvaro Gaviola. Después habÃa que cubrir la secretarÃa de Seguridad y allà pensamos en el ex comisario Giacometti que después fue objetado. Pero ya vamos a cubrir esa secretarÃa, lo importante -insisto- es mantener las polÃticas de seguridad que nosotros ya hemos diseñado", explicó Bonfatti.
-Ahà hubo un corocircuito polÃtico con el radicalismo que impulsaba a Carlos Iparraguirre de secretario a ministro de Seguridad. ¿Qué pasó en esas negociaciones?
-En realidad, Iparraguirre ya habÃa manifestado hace dos otres meses atrás su voluntad de dejar el cargo por el desgaste que produce su función. HabÃa dicho que querÃa dar un paso al costado en algún momento y bueno, el momento oportuno llegó con la salida del ministro Cuenca con quién Carlos habÃa asumido. Asà fue.
-Pero, ¿se va a conocer por estas horas el nombre del flamante secretario de Seguridad?.
-Estamos trabajando en eso. Tampoco queremos apurarnos ahora. Ya tenemos al ministro y vamos a encontrar a la persona adecuada que lo secunde.
-Hubo una fuerte polémica con la Justicia que aún no termina, está pendiente la reforma tributaria, parece que es un año difÃcil de cerrar para el gobierno...
-Las dificultades aparecen porque cuando uno propicia cambios de fondo, éstos producen resistencia como en todos los órdenes de la vida, esto es natural. Pero no por malicia, sino porque se genera la costumbre de hacer las cosas de una determinada manera y todo cambio genera resistencias. Que nosotros tengamos una propuesta como la reforma judicial que ha sido explicitada en nuestro programa de gobierno, implica que la vamos a llevar adelante. Siempre hay que dar el debate, es necesario también que existan pensamientos divergentes porque también nos podemos equivocar y tenemos que aprender a escucharnos. Ahora, cuando la decisión se toma hay que ir hacia adelante.
-A partir de esto que pasó, ¿pensaron en el gobierno que tendrÃan que haber promovido la renovación de la Corte apenas asumieron, como hizo Néstor Kirchner en 2003?
-No, la verdad que no. Porque nosotros desde el inicio habÃamos decidido que Ãbamos a tomar una metodologÃa diferente a la que se utilizó para designar a los ministros de la Corte. Pero nadie renunció, ni tampoco se promovió ningún juicio polÃtico contra alguno de sus miembros, por lo tanto es imposible que haya un recambio de ministros hasta tanto eso no se dé.
-Pero el Colegio de Abogados de Rosario le dijo al gobernador Hermes Binner que -después de sus denuncias contra la Justicia- debÃa promover el juicio polÃtico contra quienes creÃa sospechosos.
-Pero no hay motivos para iniciar un juicio polÃtico. Si hubiese habido alguna razón ya lo hubiésemos promovido. Lo que hubo fue una interpretación en torno de un hecho (el caso Fraticelli) que creo que fue un antes y un después en la justicia santafesina, donde el gobernador expresó una razón ética y no algo que haya sido violatorio de alguna ley como para hacer un juicio polÃtico a un miembro de la Corte
-¿Qué pasa si no sale la reforma tributaria? ¿Qué puede pasar el año que viene?
-Y, vamos a tener un déficit financiero de 2.000 millones de pesos que tendrá que decirnos la Legislatura cómo lo financiamos. Porque los gastos del Estado son extremadamente rÃgidos, no hay gasto que esté por afuera del presupuesto. Por eso yo me rÃo cuando se dice que gastamos mucho. Se gasta en salud, en educación, en seguridad, en justicia, en coparticipación en municipios y comunas. El 93% de los gastos son extremadamente rÃgidos, por lo tanto no hay otra posibilidad que no sea incrementar los recursos. No hay otra posibilidad. Yo le hago cuentas simples a la gente: En julio un gimnasio costaba 70 pesos por mes, hoy paga 90. La nafta está cerca de cuatro pesos y a principios de año estaba en tres. En cambio, yo pago por Impuesto Inmobiliario por una casa confortable que tengo, 54 pesos por trimestre cuando el cable me sale 146 pesos por mes. Entonces, ahà se ve claramente que no hay una relación, en el marco de un Estado que tiene que dar todas estas prestaciones de las que estábamos hablando. Por eso, de no lograr esta armonización tributaria con Córdoba y Entre RÃos -que van por la segunda reforma-, la provincia tendrá serias dificultades para solventar los gastos cotidianos.
-Uno de los cuestionamientos más fuertes que apareció contra la reforma tiene que ver con los Ingresos Brutos para la industria. Incluso se cuestiona la presión tributaria a ese sector que da mucho empleo, y no tanta presión hacia el campo que venÃa pagando muy poco de Inmobiliario Rural...
-Se lo carga al campo también en el proyecto de esta reforma. Todas las provincias argentinas tienen Ingresos Brutos a las industrias y no por eso se funden. Algunos de los que se han quejado por esto pagan registro e inspección en los municipios del 0,7 y nosotros estamos planteando del 0,5; no creo que esto genere ni inflación, ni ponga en riesgo a una empresa.
-El gobierno, ¿va a negociar esta reforma hasta último momento?
-SÃ, siempre y cuando las sugerencias que tenga la oposición no impliquen sugerir tapar los pies y dejar la cabeza destapada, para usar la imagen de la frazada corta. Acá hay que solucionar el problema de la provincia y de los municipios en forma conjunta.
-Cuando se habla de usted se dice "el hombre fuerte del gobierno de Binner". Y ya surgen las especulaciones en torno a una futura candidatura suya a intendente de Rosario o incluso a gobernador para 2011. ¿Qué responde frente a estas versiones?
-Que soy un militante que hace del año 1972 que le pone el hombro a estas cuestiones que me apasionan. Hoy cumpliendo una responsabilidad como ministro de Gobierno y jefe de Gabinete y no más que eso. Aunque lógicamente todo polÃtico tiene sus aspiraciones, es como si un músico le dijera que no le gustarÃa tocar un dÃa en el Colón. Bueno, acá es lo mismo, pero en mi caso yo voy a estar en el lugar que mi partido me necesite o decida. Y si me tengo que ir a mi casa, como muchas veces pasó, no tengo ningún problema en seguir trabajando como médico ya que estoy orgulloso de serlo y he ejercido la profesión en muchas oportunidades.
-Bueno, lo que usted dice pone por encima de los dirigentes a las ideas y a los partidos. Si es asà para los socialistas, ¿por qué se votó en contra de la reforma polÃtica a nivel nacional?
-Porque con la excusa de las primarias abiertas y obligatorias, se intentó asimilar a lo que pasa en la provincia de Santa Fe. Y esa fue nuestra primer lectura, que era favorable a lo que impulsaba el gobierno. Pero después vimos que se ponÃan cupos y porcentajes con los que prácticamente se va a un bipartidismo, es más, con las actuales reglas no más de cuatro partidos cumplirÃan con todos los requisitos, entre los que se encuentra el Partido Socialista. Por eso vimos que la reforma era una especie de freno para que otras expresiones minoritarias pudieran presentarse a elecciones.
-La reforma de la Constitución santafesina, ¿es una idea abandonada o postergada?
-Es una necesidad de la provincia de Santa Fe, pero sucede que hay que tener los dos tercios de los votos en ambas Cámaras para declarar la necesidad de la reforma, y hoy no hay anuencia del Partido Justicialista en votarla. Pero seguiremos insistiendo dando el debate público y haciendo docencia porque nosotros batallamos muchos años para derogar la ley de Lemas y ésta se derogó cuando la población asumió lo que significaba ese perverso sistema electoral. Bueno, con la Constitución pasará lo mismo.
-Para usted, el peronismo santafesino ¿ha hecho hasta ahora una oposición salvaje o racional?
-El año pasado pudimos sacar adelante el presupuesto, no fue posible la Reforma Tributaria y creo que eso fue una cerrazón porque ni siquiera se habilitó el tema. Pero pudimos sacar leyes importantes como las de la reforma judicial, las del comité de salud y seguridad laboral, en fin. No todo es negativo ni todo es lo positivo que uno quisiera, pero está abierto un espacio para seguir dialogando.
-¿El Frente Progresista está pasando por un buen momento o está en crisis en el entendimiento entre sus fuerzas?
-El Frente está muy bien. Es más, en las últimas reuniones hemos planteado la necesidad institucionalizar el Frente, un proceso al estilo del Frente Amplio de Uruguay o la Concertación Chilena. Con un estatuto o carta orgánica que explicite cómo se dirimen las diferencias, porque en las coincidencias es muy fácil avanzar. Y estos chispazos que a veces se ven en los medios sobre algunas cuestiones, son buenos porque nos obligan nuevamente a sentarnos, a discutir, a avanzar. Es parte de la vida democrática de los partidos y fundamentalmente de las coaliciones.
-¿Se lo imagina a Hermes Binner presidente de la Nación?
-Es un deseo. Porque creo que le harÃa muy bien a la Nación, pero de cualquier manera antes de pensar en quién va a ser el presidente debemos pensar en qué proyecto de paÃs queremos. No hay hombres salvadores ni hombres mágicos y no me lo imagino a Hermes Binner presidente de la Nación, sin haber consensuado previamente con muchÃsimos actores de la polÃtica, de las organizaciones sociales, de los sindicatos y de los sectores empresarios, de la intelectualidad, un proyecto de paÃs. Porque una sola persona no puede transformar nada si no hay un conjunto de acuerdos en polÃticas de Estado, a los que los argentinos tenemos que arribar de una vez por todas- concluyó Bonfatti.
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