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La sede del Juzgado Federal de Reconquista amaneció ayer con una mancha de pintura negra en el frente, similar al impacto de una bomba de alquitrán. El vandalismo fue interpretado como un atentado intimidatorio ante el avance de una causa que investiga el circuito represivo de la dictadura en el norte santafesino. "Más allá del daño, hay una intencionalidad porque es el único edificio afectado en la zona", dijo el juez Aldo Alurralde. La Liga Argentina por los Derechos del Hombre se solidarizó con el magistrado y su secretario de Derechos Humanos, Julio César Perricone, y asoció el ataque a una serie de hechos ocurridos en Reconquista en los últimos años para "amedrentar a víctimas de crímenes de lesa humanidad, testigos, querellantes, profesionales y funcionarios del Juzgado", señaló.
"Hoy se ha cometido un nuevo atentado que va más allá del daño material. La intención es agraviar la imagen de la justicia federal y a sus representantes", dijo la Liga. Y recordó lo que el juez Alurralde dijo a la prensa de Reconquista tras el ataque a su Juzgado, donde "se tramitan importantes causas y entre ellas mencionó a la causa 050/06 que investiga a policías y militares detenidos por delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura en la zona norte de la Santa Fe".
"Desde el inicio de la causa a 050 y a partir de la detención de los represores se produjeron y aún producen una serie de hechos, al que se suma el de hoy (por ayer), tendientes a amedrentar a las víctimas, testigos, querellantes, profesionales y funcionarios del Juzgado", agregó la Liga. Y expresó su apoyo "sin concesiones ni claudicaciones, al personal y funcionarios del Juzgado Federal de Reconquista, y en especial del juez Alurralde y al secretario de Derechos Humanos, doctor Perricone".
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