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Miércoles, 26 de octubre de 2011
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En 15 horas colapsó la ciudad y dejó decenas de barrios anegados

Santa Fe tuvo una lluvia histórica

Entre las cinco de la tarde del lunes y las 9 de la mañana del martes, hubo registros extraordinarios. 200 evacuados.

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El anegamiento fue inevitable tras una lluvia extraordinaria.

Desde Santa Fe

Los santafesinos volvieron a vivir su peor pesadilla. Un diluvio de casi 270 milímetros en quince horas colapsó la ciudad y dejó decenas de barrios anegados en el cordón oeste y en la zona norte, donde un mar de agua sucia avanzó sobre casas y pertenencias y obligó a pasar la noche en vela. Ya se sabe que Santa Fe "es un plato hondo con muchos platitos adentro", según un metáfora que ayer volvió a utilizar el secretario de Obras Públicas de la Municipalidad, Roberto Porta. Pero el intendente Mario Barletta alertó que "ante una lluvia extraordinaria de semejante intensidad y volumen, el anegamiento es inevitable. La diferencia es que hace algunos años (en marzo de 2007), con una lluvia de menor intensidad tuvimos 30 mil evacuados y ahora sólo 200. Esta es la diferencia entre lo que sucedía en Santa Fe cuando los desagües estaban tapados, no había reservorios y las bombas no funcionaban. Eso es lo que tenemos que visualizar", se defendió Barletta.

La mejora del tiempo alivió la situación en los barrios aislados por el agua. Entre las cinco de la tarde del lunes y las 9 de la mañana del martes, hubo registros extraordinarios: 266 milímetros en el Jardín Botánico, 168 milímetros en Alto Verde y 146 milímetros en el Hospital de Niños, en el cordón oeste. "Es una lluvia histórica, no sólo por el volumen sino por la intensidad. Y se dieron ambas cosas en forma simultánea. El acumulado es de 266 milímetros, pero hemos tenido picos de 120 milímetros por hora", explicó Porta. "La zona de Monte Vera tiene el mismo registro de 240 milímetros y no hay que olvidar que tenemos un derrame importante de volumen que estimamos el 50 por ciento entre Monte Vera y Recreo que derrama hacia el norte de la ciudad de Santa Fe". Así se formó ese mar que ayer se trataba de evacuar del norte de la ciudad, donde en algunos barrios sólo se podía ingresar con el agua en las rodillas.

Porta explicó que el escurrimiento no será fácil ni rápido. "Las calles siguen anegadas porque la ciudad es un gran plato hondo con muchos platitos adentro. Durante la lluvia, el agua escurre hacia los reservorios (a la vera del río Salado) y después empiezan a escurrir todas esas pequeñas zonas bajas que tiene la ciudad. Por eso, el agua se va más lentamente en algunos barrios", aclaró. "El sistema de bombeo ha funcionado con normalidad. Por supuesto, las bombas han operado en forma progresiva, como siempre ocurre en estos casos, y han trabajado ha pleno y lo siguen haciendo".

Barletta intentó desdramatizar al comparar el diluvio de ayer con la inundación de marzo de 2007 que dejó en la picota a su antecesor, el ex intendente Martín Balbarrey. "Con una lluvia de esta intensidad (266 milímetros en quince horas) y en las actuales condiciones del plan de desagues, el anegamiento es inevitable", dijo el intendente. "Pero hace algunos años, con una lluvia de menor intensidad tuvimos 30 mil evacuados y ahora sólo 200 personas. Esta es la diferencia entre lo que sucedía en Santa Fe cuando los desag³es estaban tapados, no había reservorios y las bombas no funcionaban. Por lo tanto, esto es lo que tenemos que visualizar", pidió.

El intendente admitió que hay "obras importantes y necesarias en el norte de la ciudad que están pendientes, como los desagües troncales en Llerena y Larrea, incluso para generar un mayor aprovechamiento de los reservorios y estaciones de bombeo que tienen mayor capacidad de drenaje que la velocidad con que el agua se desplaza desde la ciudad hasta los reservorios. Por lo tanto, tenemos una dimensión importante para sacar el agua de los reservorios, pero el agua tarda en llegar. Las obras del plan de desagues son las que tienen que resolver estos problemas", señaló.

Hasta ayer, seguían evacuadas en un refugio en el ex Campo Universitario, unas 30 familias, alrededor de 200 personas, en su mayoría de Pompeya, que reciben asistencia, alimentos, frazadas y atención sanitaria. El resto de las familias que habían sido alojadas en La Tablada, un centro en Facundo Zuviría y la ex estación Mitre, pudieron retornar a sus hogares, informó el secretario de Desarrollo Social, Alejandro Boscarol. "Es cierto que hay muchas familias que tienen problemas y hemos tratado de atenderlas en forma personalizada, junto Defensa Civil y el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia", agregó. Uno de los grupos que no habían recibido asistencia -alrededor de cincuenta personas﷓ se autoevaluaron en el comedor Los Changuitos (Zavalla al 8300), en la zona norte, mientras que otro decidió armar un piquete y cortar las dos manos de la avenida Mar Argentino.

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