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Lunes, 20 de febrero de 2012
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Santa Fe apuntada por su alto índice de origen de proxenetas

Redes donde sobran cómplices

Laura Manzi, profesional del Centro de Asistencia a la Víctima de la Defensoría del Pueblo, presentó alarmantes informes de la Organización Integral para las Migraciones, y destacó la existencia de "contactos involucrados de gran peso".

Por Pablo Fornero
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Laura Manzi es profesional del Centro de Asistencia a la Víctima de la Defensoría del Pueblo.

"Santa Fe es una de las provincias donde hay mayor cantidad de origen de proxenetas". El dato fue precisado por Laura Manzi, profesional del Centro de Asistencia a la Víctima de la Defensoría del Pueblo, que desde hace cinco años trabaja en la prevención y asistencia de víctimas de redes de trata. En diálogo con Rosario/12, reclamó mayores esfuerzos al gobierno provincial, porque "falta muchísimo". "Deberían ser mucho mayores, sobre todo las decisiones políticas", pidió. El escenario es más preocupante en el centro y norte de la provincia, donde los gobiernos locales reciben "un aporte económico no reconocido" para que whiskerías y "centros nocturnos que encubren prostíbulos" continúen funcionando. "Las niñas comienzan cada vez más pequeñas porque se paga más por ellas y pueden ser explotadas durante más tiempo, y porque además permite que este proceso de captación psicológica, de despersonalización y de alienación sea realizado con mayores eficacias", describió la psicóloga.

Cuando la trata de personas estaba invisibilizada y traducida como problemática de prostitución, allá por el 2007, comenzaron a estudiarla en la Defensoría. No se le daba "la importancia, la gravedad" que merecía. "La estigmatización de la sociedad caracterizaba aquellos años, desde las conversaciones de la gente, en los barrios y desde la misma prensa". Pero desde entonces se produjeron "modificaciones sociales" que contribuyeron a la visibilización del problema. Uno de ellos, para Manzi, es la sanción de la ley nacional a mediados del año pasado, que concibe al tráfico de personas como un delito.

Pero como las víctimas de trata están sometidas a redes "complejas" en las que intervienen "gobiernos, justicia y policía", la solución a todo este entramado se dificulta y las provincias argentinas no están exentas a la hora de su resolución. Santa Fe, según informes de la Organización Integral para las Migraciones (OIM), "ha sido señalada como una de las provincias donde se capta, se da el tránsito, se lleva las niñas a otras provincias o pasan por aquí, por ejemplo desde Misiones o del NOA, y también de destino". "Pareciera ser que es una de las provincias donde hay mayor cantidad de origen de proxenetas", señaló Manzi. La mayoría de las víctimas son menores de edad y desde la Defensoría se trabaja en la prevención y asistencia de quienes hayan caído en redes de trata y también de sus familiares, ya que sufren un estado "de muchísima angustia y desesperación". También se articula con los organismos del Estado que puedan aportar información en relación a la búsqueda de las víctimas.

Fundamentalmente en el centro y norte de la provincia los municipios y comunas cumplen un papel de complicidad de los lugares que fomentan la trata. "Se paga para que se permita seguir funcionando", reveló Manzi, que también encontró una "resistencia fuerte" al cierre de whiskerías y centros nocturnos, con "escaso control de los gobiernos locales, salvo algunas excepciones", según narró la psicóloga. "Este problema existe porque es un gran negocio, pero también porque está sostenido por una serie de mitos, creencias y de prejuicios sociales que tienen que ver con poner al cuerpo de la mujer en este lugar de objeto para la satisfacción del hombre, naturalizada y visualizada como imposible de modificar", analizó.

Para combatir la trata, Manzi requirió mayores esfuerzos al gobierno provincial. "No hay programas, no hay presupuesto dedicado a la atención a víctimas que tenga que ver no solamente con la asistencia posterior a la aparición sino con la garantía de seguridad y, sobre todo, para la recuperación de las víctimas en una inclusión social que le permita sostener su bienestar y su salud mental no solamente en función de atenciones psicológicos sino de recursos sociales concretos. Eso no existe", aseguró la profesional de la Defensoría, que además destacó que solicitar alojamiento para una víctima "es todo un periplo, porque no hay lugares específicos, excepto las órdenes religiosas".

"Siempre podrían ser mayores los esfuerzos. Las redes son tan poderosas que cuando se pretende profundizar las investigaciones se encuentran cada vez más trabas", afirmó Manzi, que alude, en ese sentido, a "contactos involucrados de gran peso". "Muchas veces cuando aparece un caso particular que se empieza a investigar se corta la posibilidad de seguir tirando del hilo para conocer las conexiones de esa red, que a veces aparecen en su fase periférica", sostuvo la psicóloga.

La Defensoría le transmite "permanentemente" estos reclamos a funcionarias provinciales. "A medida que vamos haciendo, vamos señalando las dificultades y carencias", apuntó Manzi. Los plantean en jornadas, cursos y contactos que tienen con "todos los organismos del Estado". Asimismo, la entidad articula con muy buena respuesta con organismos nacionales, como Unidades Fiscales Especiales (Ufase), a cargo del fiscal Marcelo Colombo, con quien han logrado desbaratar casos de trata que se detectaron en Buenos Aires y poseían alguna conexión con Santa Fe.

El año pasado, la Justicia Federal realizó los primeros tres juicios por casos de trata en la provincia. En las tres sentencias los informes psicológicos que elaboró el Centro de Asistencia a la Víctima fueron citados. "Tenemos una Cámara Gesell en nuestra institución para entrevistar a las víctimas, los jueces se trasladaron en cada juicio. Permitió una articulación muy provechosa, gratificante, de sentir avances muy importantes", afirmó Manzi.

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