Desde Santa Fe
El Senado aprobó anoche una reforma tributaria muy conversada entre los operadores del gobierno de Antonio Bonfatti y los senadores justicialistas, para aliviar las urgencias financieras de la Casa Gris con un aumento de la recaudación de 800 a 900 millones de pesos. Es una media sanción a medida del PJ: rechazó el revalúo de los inmuebles urbanos, apenas retoca el de los rurales con un 5 por ciento del valor de mercado (cuando el Poder Ejecutivo proponÃa llevarlo al 15 por ciento, en seis años), descarta gravar con ingresos brutos a las grandes industrias (como plantearon los senadores del Frente Progresista). Y arrima un segundo proyecto: un plan para regularizar deudas impositivas, que no alcanza a ser moratoria porque no hay quita del capital, pero sà reduce los intereses por mora. La otra iniciativa del paquete, un endeudamiento por 400 millones de dólares para obras públicas se tratará por separado: Bonfatti enviará un mensaje complementario en las próximas horas y los senadores del PJ se comprometieron a votarlo en agosto, a la vuelta del receso parlamentario que comenzó ayer.
Los cabildeos consumieron casi todo el dÃa. El Senado habitualmente sesiona a partir de las tres de la tarde, pero ayer las idas y vueltas lo demoraron hasta casi la medianoche. El pasillo que conecta los bloques partidarios resultó entonces el más transitado de la Legislatura. Primero, a medida que las dos bancadas del PJ acordaban un despacho común que se plasmó en la comisión de Presupuesto y Hacienda. Y después, cuando las negociaciones involucraron a los senadores del Frente Progresista.
El tironeo era por los números. Se estimó que el dictamen de comisión le permitirÃa al gobierno aumentar la recaudación tributaria en 1.000 millones de pesos este año. Pero el Frente Progresista plantó la duda y aseguró que no llegarÃa a 600 millones. Y ahà se estancó todo. "La propuesta del justicialismo no le sirve al gobierno porque no alcanza para equilibrar las cuentas", se quejó uno de los negociadores del bloque oficial.
El secretario de Ingresos Públicos, Sergio Beccari, ya se habÃa instalado en la oficina del socialista Miguel Lifschitz y en algún momento hasta se mudó al bloque del PJ, con una notebook en la mano. "Hay que achicar las diferencias", comentó uno de sus acompañantes. Se referÃa a la necesidad de retocar el despacho de Presupuesto y Hacienda para que el aumento de recaudación se estire a las urgencias del gobierno. Al rato, Beccari volvió al redil. Y los senadores del Frente Progresista marcharon hasta la Casa Gris, donde los recibió el ministro de Gobierno, Rubén Galassi. "Hicimos un análisis de la situación", apuntó uno de los participantes. Más tarde, otro explicó que la propuesta opositora era inaceptable si no garantizaba una recaudación de 800 a 900 millones de pesos.
La pulseada polÃtica derivó entonces en una intervención de los técnicos para acercar las posiciones del gobierno y del PJ. Eran casi las nueve de la noche cuando el presidente de la comisión de Presupuesto y Hacienda, Alcides Calvo y su colega de la comisión de EconomÃa, Rubén Pirola, entraron al bloque de la UCR con un texto corregido. La reunión resultó breve. "TodavÃa falta", dijo Calvo mientras esquivaba un piquete de periodistas en el pasillo. A esa altura, uno de los más activos en la mediación polÃtica era el vicegobernador Jorge Henn.
Más tarde, se reunió la comisión de Labor Parlamentaria para repasar la letra chica. Ya estaba definido que el paquete fiscal que proponÃa el gobierno serÃa desarmado como una caja china en tres leyes: la reforma tributaria, un plan de facilidades para regularizar deudas impositivas y un endeudamiento por 400 millones de dólares para obras públicas, que se discutirá en agosto, después del receso de invierno.
Ya en el recinto, el debate arrancó con un repaso del escenario. "Vivimos una situación difÃcil", dijo el senador de la UCR, Felipe Michlig, quien advirtió sobre el desequilibrio financiero que amenaza a otras provincias. "¿Por qué Santa Fe podrÃa escapar a este contexto que nos afecta a todos? La economÃa se ha desacelerado, la inflación golpea los bolsillos de los trabajadores. A partir de ahora habrá que ajustar gastos y aumentar los ingresos", planteó.
"Hubo muchos comentarios, sospechas y cosas tiradas al boleo. Pero yo felicito a todos los que han trabajado en este acuerdo, porque cada uno hizo su aporte para una reforma tributaria posible. La polÃtica es el arte de lo posible. Hubiéramos querido gravar a sectores consolidados de la economÃa, pero esta es la reforma posible. Un aporte a la gobernabilidad", concluyó Michlig.
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