Eugenio Zitelli -ex capellán policial durante la última dictadura- se presentó ayer ante el juez federal Marcelo Bailaque, quien lo imputó por "haber intervenido en carácter de capellán del Servicio de Informaciones y de la AlcaidÃa de la jefatura de policÃa de Rosario en la privación ilegÃtima de la libertad, mediando violencia y amenazas de Patricio Downes, Tomasa Verdum, José Raúl Villarreal, MarÃa del Rosario Ortiz de Villarreal y Miguel Angel López". El fiscal federal Gonzalo Stara no tuvo oportunidad de interrogar al imputado ya que por asesoramiento de su abogado defensor Oscar Romera, Zitelli se abstuvo de declarar.
A pesar de que todavÃa está pendiente la resolución de la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario en relación al primer procesamiento de Zitelli, por otros nueve casos similares, el juez Bailaque volvió a indagar al ex capellán.
Para Stara "Zitelli representa la autorÃa directa de la iglesia en la represión ilegal en Rosario. El ejercicio de su capellanÃa fue parte fundamental de la implementación del plan sistemático. La importancia de la prueba colectada, ha provocado nuevas imputaciones antes de pronunciarse los camaristas. Las responsabilidades eclesiásticas pendientes son muchas. El accionar de Zitelli es solo el emergente".
El fiscal destacó la importancia de la jornada judicial donde se logró indagar al ex capellán en relación a nuevos casos, materializándose asà las denuncias que desde los primeros dÃas de la democracia formalizaron los sobrevivientes del SI.
La medida concretada ayer por el juez Bailaque, esto es haber prestado ampliación de indagatoria, repercute indefectiblemente en la decisión que tomará la Cámara Federal al momento de revisar el procesamiento de Zitelli respecto de los 9 casos de privaciones ilegales de la libertad agravada y asociación ilÃcita.
Para Stara "de la prueba que se fue recolectando, queda acreditado, como no podÃa ser de otra manera, una sistemática actuación del imputado en los distintos sectores del SI; sectores no menores, sino todo lo contrario; eran el CCD mismo, como lo era el pasillo distribuidor que justamente comunicaba a las salas de tortura, el 'Boulevard Perdiste' como lo llamaban los sobrevivientes a dicho lugar y que pudimos escuchar a cientos de ellos en el juicio 'DÃaz Bessone'; o el sector llamado 'favela', donde eran alojados los condenados a muerte o quienes iban a seguir siendo interrogado porque aún no se habÃa decidido su suerte. Y también fue visto, en el llamado 'sótano'".
Para el fiscal del caso "la presencia de Zitelli, resulta innegable y los testigos asà lo acreditan".
Por todo esto para el representante del Ministerio Público "además de los testimonios mencionados y los casos atribuidos en la indagatoria, se refuerza el cuadro probatorio, quedando claramente acreditada -nuevamente la función de Zitelli en el CCD que funcionó en el SI. El imputado no solo cumplÃa funciones tendientes a obtener información de las personas que se encontraban en el SI, sino también funciones relativas a la contención espiritual de quienes estaban a cargo de los interrogatorios, entre otros. De ello da cuenta Tomasa Verdun de Ortiz cuando declara que ve a Zitelli hablando con quienes acababan de torturarla en la propia sala de torturas" destacó el funcionario.
Con este llamado a prestar ampliación indagatoria, se corrobora que Zitelli fue una pieza insustituible dentro del grupo que operó en el SI y que era conducido por Feced. Los contactos entre el imputado y familiares de detenidos, algunos desaparecidos, como es el caso de Braccacini, asà lo demuestran. El imputado, por supuesto, se reunÃa con los familiares con el consabido fin de acallar los reclamos de éstos. Los testigos y los casos por los cuales se encuentra procesado asà como indagado, asà lo acreditan.
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