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Martes, 19 de marzo de 2013
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Tres agentes del Servicio Penitenciario procesados por "vejaciones calificadas"

Torturas a un joven en cárcel de Piñero

El detenido, de 23 años, recibió golpes, maltratos y manipulación sobre sus nalgas con un caño, mientras los guardiacárceles le manifestaban que lo accederían carnalmente. También procesaron a dos empleados penitenciarios por no denunciar el hecho.

Por Lorena Panzerini
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El muchacho fue sacado de su celda de Piñero y colgado a una reja del pabellón 15.

Tres agentes del Servicio Penitenciario fueron procesados por el delito de "vejaciones calificadas" contra un interno de 23 años, alojado en la cárcel de Piñero. El detenido recibió torturas, golpes, maltratos y "manipulación sobre sus nalgas con un caño, mientras (los guardiacárceles) le manifestaban que lo accederían carnalmente".

"Déjenme, déjenme, por favor", rogaba el joven, colgado de espaldas, con esposas en sus manos, en una pared ubicada afuera de su celda. Otros dos empleados con funciones en el penal fueron procesados por "omisión de deberes del oficio", al no denunciar las "vejaciones, severidades y apremios ilegales" que sufrió el interno. El fallo de la jueza de Instrucción Nº 14, María Laura Sabatier, fue apelado por la defensa de los acusados, quienes fueron pasados a disponibilidad a pocos días del suceso.

El caso fue publicado en Rosario/12 en agosto del año pasado, tras la denuncia que hizo la Coordinadora de Trabajo Carcelario (CTC). La abogada Carmen Maidagan y Lilian Echegoy lamentaron que las autoridades hicieran la denuncia penal una semana después; y exigieron "una profunda investigación" del caso que "no es el primero".

La situación dejó expuestos a los guardias luego de que el joven torturado relatara el hecho a la jueza de Ejecución Penal, Luciana Prunotto. También tomó intervención la Secretaría de Derechos Humanos, y el secretario de Asuntos Penitenciarios, Pablo Cococcioni, quien ordenó un sumario interno que terminó con el pase a disponibilidad de los tres efectivos, a los pocos días.

El hecho tuvo lugar la madrugada del 29 de julio de 2012, cuando aproximadamente a la una de la madrugada un joven celador, junto a otros empleados del Servicio Penitenciario de la Provincia de Santa Fe, obligaron a la fuerza que el detenido saliera de su celda, en el pabellón de Disciplina, para luego "conducirlo a otro sector de la unidad y colocarle esposas, golpearlo y manipular sobre sus nalgas un trozo de caño, mientras le manifestaban que lo accederían carnalmente", expresa la resolución judicial.

El joven reconoció a los agentes que lo agredieron en rueda de reconocimiento, y relató lo que le hicieron tras un principio de incendio en un sector cercano a la celda donde estaba el interno: "Me sacaron de la cama, me preguntaron si había sido yo, me arrastraron por el piso del pabellón. Frente a la reja de ingreso, me empezaron a pegar mientras yo estaba en el piso; me pisaron en las costillas, me levantaron y empezaron a decir `colgalo acá', se referían a una pared transversal a la reja de entrada al pabellón 15, ahí me esposaron con las manos cruzadas hacia arriba, estirado y colgando. Me decían `se te da por prender fuego...'; y había otro que con un palo me lo ponía por atrás. Era un palo con el que intentaban tocarme el ano. Mientras tanto me seguían pegando, y decían `dejá de gritar, parecés una nenita'. Un celador me bajó un poco el pantalón y uno de ojitos verdes me ponía el caño en los glúteos", expresa el fallo, sobre el estremecedor relato de la víctima.

Las agresiones finalizaron recién cuando otro agente se acercó. "Le dijo a uno: `basta loco, dejalo tranquilo' y se llevó al que me estaba pegando". Pese a ello, el chico seguía colgado, frente a las risas de los empleados. "El del caño me pegaba en el pene con el caño y me decía 'viste cómo llorás putita, más vale que te calmes'". Hasta que lo bajaron.

Tras tomar declaración a todos los guardias que estaban esa noche en el penal, a los médicos que revisaron a la víctima y a otros internos que fueron testigos del hecho, la jueza Sabatier procesó a quien oficiaba de jefe de Vigilancia, Alejandro Bock, de 25 años; a Juan Monzón, de 37; y a Hernán Garay, de 32. En tanto, otros dos empleados de 27 y 34 años --uno de los cuales tenía tareas médicas y omitió informar o denunciar las lesiones del interno--, fueron acusados de "omisión" en sus deberes.

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