En el juicio por delitos de lesa humanidad en el cordón industrial del Gran Rosario, ayer fue el turno de las declaraciones indagatorias de los tres acusados por el secuestro y torturas de Manuel Casado, el 25 de marzo de 1977, en la ciudad de San Lorenzo. Pedro Pili RodrÃguez se abstuvo de declarar, y por eso se incorporaron por lectura sus expresiones en la etapa de instrucción, en las que habló de un complot polÃtico en su contra. En cambio, el ex jefe del Batallón de Arsenales de Fray Luis Beltrán, Rubén Cervera y su ladero, Horacio Maderna sà hicieron uso de su derecho a declarar. La ley no obliga a los imputados a decir la verdad. Tal vez por eso, Maderna se permitió aseverar que "Manuel Casado nunca estuvo secuestrado y mucho menos fue torturado". Más tarde, la fiscal Mabel Colalongo le preguntó cómo podÃa asegurarlo y el represor expresó: "No hay nadie en San Lorenzo que lo atestigüe". Sin embargo, existen cuatro testigos presenciales de la privación ilegal de la libertad. Maderna llegó a acusar a los integrantes del Espacio Memoria, Verdad y Justicia del cordón industrial de "cobardes y fascistas". En la jornada de ayer los jueces Otmar Paulucci, MarÃa Ivon Vella y José MarÃa Escobar Cello escucharon al primer testigo, Luis Vivas, quien fuera intendente constitucional de San Lorenzo hasta el 24 de marzo de 1976.
Si bien RodrÃguez se negó a declarar, el secretario del Tribunal, Osvaldo Facciano leyó las indagatorias que brindó en etapa de instrucción, una del año 2004 y otra de 2008. En las dos se refirió a un complot polÃtico destinado a impedir su triunfo en las elecciones para intendente de San Lorenzo en septiembre de 2004. Como partÃcipes de esa conspiración mencionó a los denunciantes y a periodistas. También admitió, en la segunda indagatoria, que habÃa iniciado dos querellas por calumnias e injurias a sus denunciantes, pero éstas habÃan terminado en sobreseimiento.
La indagatoria de Cervera fue por demás de escueta, y no aceptó preguntas. "Deseo manifestar que soy totalmente ajeno a los hechos de que se me acusa. Nunca detuve ilegalmente ni torturé al señor Manuel Casado, al que conocà 28 años después, en un careo que pedÃ", dijo el ex jefe del Batallón de Arsenales.
Maderna se extendió mucho más. "Desde que se inició esta causa he manifestado que soy totalmente ajeno a lo denunciado. Casado no fue secuestrado ni mucho menos torturado. Este individuo miente deliberadamente", dijo y aseguró que no figura "en ninguna lista de represores". Más tarde, la fiscal le preguntó cómo podÃa afirmar que Casado no habÃa sido vÃctima de secuestro. Y su respuesta fue "en San Lorenzo no hubo, hay ni habrá nadie que diga que a Casado lo secuestraron". Los testigos previstos en el juicio podrán desmentirlo.
El ex ladero de Cervera, que actualmente vive en San Lorenzo, calificó como "cobardes y fascistas" a los integrantes del Espacio Memoria, Verdad y Justicia de esa localidad que le hicieron un escrache. Incluso, el imputado denunció a Colalongo por considerar que les habÃa facilitado una foto suya a los manifestantes. Una de las referentes de ese espacio, presente ayer en el juicio, Soledad ChiodÃn, adelantó ayer que denunciarán a Maderna por esos dichos. "Nosotros le hicimos el escrache y la foto la conseguimos por nuestro trabajo de investigación, no porque nos la haya dado alguien", apuntó la militante.
El militar retirado también relató cómo irrumpieron en la Municipalidad de San Lorenzo el 24 de marzo de 1976, cuando Cervera fue designado intendente interventor y Maderna secretario de Gobierno. "Les dijimos a los empleados que no tenÃamos nada que ver", dijo Maderna. Más tarde, el abogado querellante Gustavo Feldman le preguntó cómo habÃan ido vestidos a la intendencia. Y Maderna admitió que lo hicieron con uniforme de fajina del Ejército. Feldman indagó si habÃan ido acompañados de otros militares, y Maderna asintió. El abogado le preguntó con qué vehÃculo habÃan llegado al municipio. "En una F100 del Ejército", contestó. "¿Iban armados?", requirió Feldman. La respuesta fue afirmativa. Tras este ping pong, el abogado de Casado quiso saber: "¿Por qué le dijeron a los funcionarios del gobierno constitucional que no tenÃan nada que ver?". La respuesta de Maderna: "Fue una cuestión circunstancial". Hubo un murmullo en la sala. "No tengo más preguntas", cortó Feldman.
El primer testigo del juicio fue Luis Vivas, intendente constitucional de San Lorenzo hasta marzo de 1976. Relató que Cervera y Maderna fueron a buscarlo el mismo 24 de marzo, a la madrugada, a su casa, para llevarlo a la intendencia. Le describieron la situación polÃtica como transitoria, pero Vivas preguntó por las autoridades nacionales y provinciales, como asà también por las legislaturas. "Les dije que no se trataba de una situación transitoria sino de un golpe de estado", rememoró Vivas, quien rechazó la oferta de los militares para continuar en la intendencia. Arguyó que era un gobernante democrático, elegido por el pueblo. Al dÃa siguiente, fuerzas del terrorismo de estado fueron a buscarlo a su casa para secuestrarlo y torturarlo. Nunca hizo la denuncia penal por los delitos de los que fue vÃctima.
Ayer, Vivas recordó que los funcionarios de su gobierno habÃan renunciado con él tras el golpe, a excepción de RodrÃguez (que ya era Director de Asuntos JurÃdicos de la Municipalidad y siguió siéndolo en el gobierno de facto). Vivas lo calificó de traidor y expresó que allà radican sus diferencias con el imputado, "que se quedó a colaborar con la dictadura" cÃvico militar. El intendente constitucional depuesto también relató que conocÃa a Casado, que era dirigente del Sindicato de Trabajadores Municipales de San Lorenzo.
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