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Domingo, 11 de junio de 2006
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UNA MUJER DE SANTA FE SE NIEGA A HACERSE UN ADN Y PODRIA SER HIJA DE DESAPARECIDOS

Piden que el caso se resuelva como el de La Plata

Tomando muestras de cabellos y saliva ordenadas por un juez, las Abuelas
pudieron recuperar la identidad de la nieta número 83. Ahora en Santa Fe se presentó un caso similar de negativa a un estudio de ADN. Pero aquí la justicia rechazó el procedimiento que se hizo en La Plata. Resuelve la Cámara de Rosario.

Por Juan Carlos Tizziani
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La fiscal Tessio sostuvo que "el argumento de que no le interesa conocer su origen no parece válido".

Desde Santa Fe

Fue el amanecer del 21 de agosto de 1976, en plena dictadura. Eran casi las seis de la mañana, cuando tres hombres que se movilizaban en un Ford Falcon estacionaron el vehículo en el barrio Sur. Uno de ellos bajó con una beba de cinco días en sus brazos y la dejó en el living de una casa, con una carta. "Esto es para usted", le dijo a los dueños de casa. Treinta años después, la justicia federal de Santa Fe investiga la identidad de aquella recién nacida -que hoy es una joven madura- ante la sospecha que podría ser hija de desaparecidos, pero tropezó con una negativa: Ella no quiere hacerse la prueba de extracción de sangre para comprobar su origen biológico, a pesar de que la familia que la recibió aquel invierno del '76 la adoptó de buena fe. La fiscal federal Griselda Tessio propuso entonces obtener las muestras de ADN "de un modo no violento", por ejemplo, de los cabellos que pueden quedar en los objetos personales de la joven. Un método alternativo que el Banco Nacional de Datos Genéticos ya utilizó con éxito en un caso similar en La Plata y cuyos resultados se conocieron esta semana con la identificación de la nieta número 83 de las Abuelas de Plaza de Mayo. Sin embargo, el juez federal Nº 1, Reinaldo Rodríguez -que instruye la causa- también rechazó esa posibilidad, por lo que Tessio apeló el fallo del magistrado ante la Cámara Federal de Rosario que ahora deberá resolver el incidente. "El argumento de la víctima que no le interesa conocer su origen no parece válido ante los derechos de terceros como los de familiares que buscan desesperadamente a sus nietos y se van muriendo sin haberlos encontrados", dijo la fiscal.

La investigación se inició hace dos años, el 7 de mayo de 2004, por una denuncia del abogado Jorge Pedraza, quien relató otros detalles de la entrega de la bebita, esa madrugada del 21 de agosto de 1976, a quienes luego fueron sus adoptantes. "Uno de los individuos del Ford Falcon portaba un arma con la que amenazó a un vecino que estaba en la vereda de su casa para que se metiera adentro", explicó Pedraza. El testigo falleció hace unos años.

"Para la fecha de la entrega de la niña se producía en todo el país y en nuestra provincia el pico máximo de los operativos de cacería llamados 'antisubversivos', donde eran secuestrados hombres y mujeres que hoy están desaparecidos y se sustraían a cientos de niños. También es cierto que la verdadera dimensión de lo que ocurrió en esa época se tuvo recién bastante tiempo después", dijo Pedraza. Y ensayó una hipótesis : "El 2 de agosto de 1976 fueron secuestrados los esposos Ricardo Horacio Klotzman y Cecilia Beatriz Barral, que estaba embarazada a término con fecha presunta de parto para el 6 de agosto de 1976. El hijo por nacer también permanece desaparecido".

El 23 de agosto del año pasado, cuando la fiscal Tessio localizó otro centro clandestino de detención de la dictadura: la Quinta Operacional de Fisherton, en la zona oeste de Rosario, el único sobreviviente que identificó el lugar, Fernando Brarda, dijo que durante su cautiverio pudo reconocer también a otros secuestrados, entre ellos a Klotzman y a la esposa de éste, Cecilia Barral, "con un embarazo avanzado".

En su primer dictamen, la fiscal Tessio consideró que si bien el matrimonio Klotzman-Barral fue secuestrado en Rosario y visto en el centro clandestino de Fisherton, el juez competente para investigar el caso era Rodríguez porque "no existe certeza" que la niña entregada en el Falcon sea la hija de aquella pareja. "La única certeza es que la joven fue abandonada por personas sospechosas en un domicilio de Santa Fe y por lo tanto si ha sido víctima de un hecho ilícito, el juez competente para investigarlo y determinar el verdadero origen es el de Santa Fe", agregó.

Sin embargo, el 11 de agosto de 2004, el juez Rodríguez se declaró incompetente y giró el expediente a uno de sus colegas de Rosario. Tessio apeló entonces ante la Cámara Federal con el mismo argumento que había planteado en su dictamen. "Existen más de 500 casos de niños nacidos en cautiverio o secuestrados con sus padres durante la dictadura, por lo tanto no se puede afirmar, mientras no se realicen las pruebas genéticas a qué grupo familiar pertenece la joven, si es hija de desaparecidos por el accionar del terrorismo de estado. Aunque es posible que así sea, sería irresponsable crear falsas expectativas, tanto en las familias Klotzman y Barral como en la de la joven, sobre una identidad que no se ha comprobado", afirmó la fiscal. La Cámara le dio la razón y la causa volvió a Santa Fe.

En junio del año pasado, y entre varias medidas, la fiscal propuso invitar a la joven que hoy tiene 30 años a una de prueba de extracción de sangre para que el Banco Nacional de Datos Genéticos pueda precisar su origen biológico. El 3 de agosto de 2005, la mujer compareció ante el juez Rodríguez pero no prestó su consentimiento para que se hagan los estudios. Tessio propuso entonces un método alternativo: obtener las muestras de ADN "de un modo no violento", por ejemplo, de los cabellos que pueda haber en los objetos personales de la joven. Pero el juez Rodríguez también rechazó esa posibilidad al considerar que prevalecen los derechos constitucionales de la joven -y su negativa a conocer su identidad biológica- a los de la sociedad o de las familias que buscan a sus hijos desaparecidos. La cuestión es controvertida y en el país hay fallos a favor y en contra de los jóvenes que resisten las pruebas genéticas.

La fiscal apeló el fallo del juez Rodríguez, para que la Cámara Federal de Rosario ordene los estudios genéticos de la joven, pero sin someterla a la prueba de extracción de sangre. "Existe otro método alternativo que permite obtener las muestras de ADN de un modo no violento", por ejemplo, de cabellos que pueda haber en objetos personales, explicó Tessio. "El argumento de la víctima que no le interesa conocer su origen no parece válido ante los derechos de terceros como los de familiares que buscan desesperadamente a sus nietos y se van muriendo sin haberlos encontrados".

En este caso hay alguien que está buscando, hay alguien que está esperando por esa niña que hoy es una joven y puede decirse que la prueba hemática u otra alternativa, responde al objetivo buscado, cual es esclarecer si se ha cometido el delito de sustracción de un menor y determinar quiénes fueron sus autores y cómplices", concluyó la fiscal.

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