Hace siete semanas, el ex jefe de la policÃa provincial Hugo Tognoli, amplió su declaración indagatoria ante el juez federal Marcelo Bailaque y el fiscal Juan Patricio Murray. Asà repitió que no podÃa controlar las consultas al Registro Automotor, que habÃa encomendado investigar al narco Carlos Ascaini, y que habÃa desplazado de su cargo al jefe antinarcóticos de Venado Tuerto por las quejas de una fiscal. Desde entonces desfilaron siete testigos que desmintieron la mayorÃa de las afirmaciones de quien se considera "preso polÃtico". Rosario/12 accedió a esas declaraciones y revela su contenido.
El eje de la defensa de Tognoli fue desplegado la primera semana de agosto de 2013. Entonces, dijo que no podÃa chequear cada consulta realizada al Registro y pidió que se citara al comisario Luis Oliva, jefe de Informática, para corroborarlo. Sin embargo, Oliva le dijo a la justicia que si hubiese querido chequearlas, podrÃa haberlo hecho. PodrÃa haber revisado la cantidad y ver el contenido que habÃan revisado cada uno de los responsables de las claves. Lo que queda claro después de leer la declaración de Oliva es que Tognoli era el responsable administrativo y podÃa hacerlo, ya que contaba con un explicativo que lo habilitaba.
El comisario Néstor Armúa, por su parte, declaró ante la justicia que lo desplazaron de su cargo al frente de la sección antinarcóticos de Venado Tuerto por investigarlo al narco Carlos Ascaini.
En cambio, en su ampliación indagatoria Tognoli aseguró que desplazó de su cargo al comisario Armúa por las quejas sobre su desempeño vertidas por la ex fiscal federal Liliana Bettiolo sobre un operativo realizado en tierras cordobesas, contra un hombre de apellido Giaspone. Sin embargo, ante el juez Bailaque, Bettiolo negó haber cuestionado a Armúa, quien además pasó a saludarla la misma mañana que Tognoli se entrevistó con la funcionaria en su propio despacho, una reunión de la que también participó el jefe de inteligencia de drogas del sur santafesino Gustavo Spoletti. Este jefe policial, que estuvo en la misma oficina con Tognoli y Bettiolo, dijo que "no pudo escuchar" el contenido de la charla entre ambos, asà que no podÃa dar fe de las quejas federales.
En su testimonio, Bettiolo consideró "extraño" que Spoletti no haya escuchado la conversación, en una oficina pequeña de dos metros por uno y medio, pero que jamás se habÃa quejado de Armúa. Y remarcó que, entre otras cuestiones, los procedimientos señalados por Tognoli habÃa ocurrido en el marco de otra causa --que mencionó como Galucci--, y un año antes.
La otra declaración que se evalúa de cerca en el fuero federal es la del ministro de Seguridad Leandro Corti. De su testimonio se desprende claramente que hasta su llegada al cargo no habÃa ninguna directiva de la Dirección Provincial de Control de Adicciones ni de la Jefatura de policÃa de Santa Fe para reccionar ante la queja de intendentes y vecinos del sur santafesino, quienes señalaban AscaÃni y a Aldo Totola Orozco como narcotraficantes. Esto lo reseñan claramente Armúa, Alberto Moreyra y el actual jefe antinarcóticos Alejandro Druetta.
Esto recién se revirtió con la llegada de Corti, quien prestó oÃdos y decidió cambiar la forma de trabajo. Es importante el contraste que se puede leer entre la indagatoria de Tognoli y la descripción de Corti. El ex jefe policial aseguró que habÃa emprendido acciones varias contra AscaÃni y similares del sur santafesino. Corti recordó que en mayo de 2012 decidió que la Dirección General pasara directamente al control del Ministerio de Seguridad y lo sacó de la policÃa por el desorden que habÃa en la Dirección General de Control de Adicciones. De la que Tognoli habÃa sido jefe, para luego ser ascendido a máxima autoridad de la fuerza en la provincia.
"En mayo de 2012 se tomó la medida polÃtica de pasar a tres áreas como las Tropas de Operaciones Especiales, Trata de Personas y la ex Drogas Peligrosas a depender directamente del Ministerio de Seguridad. A partir de ahà se comenzó a trabajar en la formulación de criterios polÃticos de intervención de esas áreas con el fin de robustecer la autoridad polÃtica sobre esas áreas, para reducir lo que era un problema serio en ese entonces, que era la autonomización en términos policiales. Desde esa decisión polÃtica se pretendió que existiera mayor injerencia de la autoridad polÃtica, de los criterios de intervención que se tenÃan que desplegar en esas áreas", planteó Corti.
"El área de drogas la percibÃa como la más compleja y problemática, y habÃa una diversidad de problemas, habÃa una escasa confiabilidad del área en el fuero federal y en la jurisdicción en general, habÃa un problema muy serio de falta de confiabilidad de la justicia con el servicio policial, lo que obturaba el buen funcionamiento. Uno pretendÃa empezar a trabajar sobre la estadÃstica criminal y ver cuál era la tasa de esclarecimiento, que era baja", agregó el ex ministro.
"Otro problema que detectamos es que muchas veces se introducÃan partes investigativos en relación a determinados sujetos por la ley 23.737 (ley de estupefacientes) y que las investigaciones se eternizaban sin obtener resultados", fue el último de los planteos de Corti, que reseñó de ese modo la forma en que habÃa trabajado el anterior jefe de drogas, que no era otro que el propio Tognoli.
Pero esas declaraciones que dejaban al descubierto sus falencias no fueron los únicos sinsabores para el autodenominado preso polÃtico. El comisario Alberto Moreyra, jefe la BOD Venado Tuerto, negó haber recibido directiva alguna o lÃnea de investigación determinada por su superior, el comisario Hugo Tognoli. En buen romance, negó que Tognoli le hubiese dado orden alguna de investigar a AscaÃni, tal como lo habÃa asegurado en su ampliación.
Tognoli tuvo la oportunidad de hacer su descargo defensivo, pero ante el nuevo juez, Bailaque, tras la separación de Carlos Vera Barros del trámite, por decisión de la Cámara de Apelaciones. Los argumentos del acusado volvieron a centrarse en los que mantiene desde el mismo dÃa de su detención: que la clave otorgada por el Registro Nacional de la Propiedad Automotor para averiguar la pertenencia de los vehÃculos que seguÃan a AscaÃni sólo le servÃa al usuario (el comisario Fernández), quien era responsable de la misma; que él no podÃa ingresar a ese sistema por carecer de clave y que sólo respondÃa ante el Registro por la cantidad de consultas realizadas pero no por el contenido de las mismas; que nunca conoció a AscaÃni por lo que no pudo favorecerlo; y, entre otras cosas, que quien avisó a AscaÃni de quiénes lo seguÃan fueron los efectivos de la comisarÃa de Villa Cañás (el cabo Quintana) donde trabajaba también un cuñado del supuesto narco.
Trató de tirar la pelota afuera, pero sus propios ex compañeros de la fureza no lo dejaron.
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