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El ministro de Seguridad de Santa Fe, Raúl Lamberto aseguró ayer que la Policía Comunitaria -lanzada formalmente el viernes en la capital de la provincia-, "no es un cuerpo de elite", sino más bien "un cambio de perfil para la policía, que sea más cercana a la gente y mejore la imagen integral de la fuerza". Para el funcionario, muchas veces "nos concentramos en el delito complejo en el narcotráfico, porque es impactante, pero la realidad del vecino pasa por otro lado, por el arrebato y la inseguridad cotidiana". Con todo, para Lamberto la Policía Comunitaria, que en marzo empezará a funcionar en el barrio Las Flores en Rosario; no es el antecendente inmediato de una policía municipal. "Hay que dar pasos muy pensados en esta materia y saber que se avanza muy de a poco". Confió en que con "la decisión política del gobernador (Antonio Bonfatti) y el plan que hemos diseñado, vamos a ver una baja en la tasa de homicidios y en los índices delictivos en general".
Lamberto explicó que la nueva Policía Comunitaria es "un núcleo de 25 efectivos que tienen asignadas como máximo dos manzanas cada uno. Van a pie, tienen contacto directo con los vecinos, relación directa, intercambio de celulares, comunicaciones, conversan las realidades particulares y elaboran el panorama del barrio en diálogo con los vecinos".
En declaraciones a radio Continental Rosario, el ministro de Seguridad indicó que la experiencia que hay sobre el tema en otras ciudades del mundo son importantes. "Vengo de Washington donde premiaron el plan Vínculos (del gobierno de Santa Fe) y una de las cosas que más preguntaban era por la policía comunitaria. Forma parte de este plan de acciones hacia los barrios, modificar los índices de violencia, que el año pasado en diciembre se dio a conocer el plan de intervención integral en los barrios".
-Pero debe ser difícil pensar en estas acciones cuando por otro lado hay exigencias urgentes por la lucha contra la narcocriminalidad y los homicidios derivados de esa situación.
-Muchas veces uno hace eje en los hechos más trascendentes, vinculados al narcotráfico. Pero la realidad del ciudadano se maneja con lo más cotidiano, que no le roben, que no haya arrebatos, desplazarse con tranquilidad en su barrio. Ese perfil es el que intentamos recuperar y es lo que queremos recrear con la figura del el policía antiguo que ayudaba a una persona a cruzar la calle, a ver a los chicos cuando van a la escuela. Los tiempos cambiaron pero el concepto es similar. Necesitamos que la policía sea un servicio público, como cuando uno va al médico y quiere que lo atienda correctamente, que la enfermera no le ladre, lo mismo en la educación, la justicia.
El ministro explicó que este nuevo cuerpo de agentes "actuará en barrios donde hay violencia, por lo que también debemos tomar recaudos para que no afecte a ningún personal policial". En Rosario "tenemos catalogados tres barrios que tenemos definidos como necesarios con algun grado de crisis: Las Flores, Tablada, Ludueña, esos serían los objetivos para este año y estaríamos dando un paso adelante para luego dar una evaluación concreta y corregir mecanismos para mejorar. Sin duda que no se hace rápidamente y hay que preparar a los policías. El último curso fue de mediación de 60 horas. Están preparados para brindar un servicio diferente", dijo. Y advirtió que la policía comunitaria "no es un cuerpo de elite, sino que la idea due empezar a formar un perfil diferente de policía. Que el concepto de mediación, diálogo se vaya imprimiendo en toda la fuerza. Ahora vamos a poner un curso de mediadores para toda la policía de la provincia, ir logrando otro perfil que es lo que quiere la población".
-En esta experiencia de policía comunitaria, se puede vislumbrar el origen de una futura policía municipal?
-Hay una gran mirada a lo que es el plan Vinculos porque está destinado a los gobiernos locales, municipios y comunas. Hoy es impensable que las autoridades locales estén al margen de la policía y del plan de seguridad. Deben involucrarse. El mundo ha cambiado y va cada vez a una mayor cercanía, a un vinculo más cercano con la población. En general es un debate que debemos darnos con las particularidades que tiene Santa Fe. Tenemos 365 localidades y pensar en una policía atomizada no sería positivo. Habrá que ver qué se hace con Santa Fe y Rosario, las principales ciudades. En este tema tenemos que avanzar con prudencia, tenemos la obligación de elaborar un plan. Hace un año planteamos el plan de seguridad democrático todo estaba por hacerse, hoy ya tenemos pasos importantes, este año queremos empezar por las regiones y queremos tener jefaturas regionales.
-Respecto del premio en Washington, muchos lo vieron con ironía porque justo se dió en un momento crítico para la seguridad en Rosario.
-Bueno sí, pero hay que tener en cuenta que en el mundo hay gente que piensa más allá de la coyuntura y eso es lo que hace falta para superar el tema de la inseguridad. Cuando empezamos con este plan prácticamente éramos una provincia estigmatizada y algo utópico y hoy el plan es mirado, hay asesores que recomiendan para provincia de Buenos Aires este concepto de regionalización, de policía comunitaria, de policía de investigación que estamos llevando adelante. Somos los que dimos el puntapié inicial, producto de la realidad, no por mérito sino por la necesidad, necesitabamos hacer un cambio estructural en la policía. Lo pusimos en marcha y sabemos lo difícil que es. Trabajamos con la coyuntura, que es dramática. Cada paso que damos encontramos que siempre hay lugares de mucho fango, pero aún así hay que saber lo que se quiere ir y qué policía se quiere implementar. No tengo dudas que el resultado nos dará indices diferentes. Primero tener un plan, y luego formar diferentes estructuras policiales, y en tercer lugar decisión política, como Bonfatti que no le tiembla el pulso en marcar el rumbo en delitos complejos y marcar un plan de seguridad para los santafesinos- concluyó.
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