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Domingo, 1 de junio de 2014
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Alvaro Ruiz sobre la Ley de Contrato de Trabajo para Empleadas de Casas Particulares

"No hay raz贸n para no regularizar"

El Secretario de Relaciones Laborales del Ministerio de Trabajo de la Naci贸n, estuvo esta semana en Rosario para difundir los alcances de la ley que acaba de ser reglamentada. "En la franja de mayor horario, la contribuci贸n patronal es de 35 pesos", dijo.

Por Sonia Tessa
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Para Ruiz m谩s que nada se trata de "un cambio cultural" en esta patronal tan particular.

Eran las 煤ltimas de la fila, como defini贸 el periodista Jos茅 Natanson. Casi todas mujeres, muchas de ellas migrantes, trabajaron toda la vida sin derechos laborales. "Nunca supe lo que era un aguinaldo o vacaciones hasta que llegu茅 a la casa de mi actual patrona, y ella me quiso blanquear", cont贸 Martina, de 56 a帽os. Para el cuidado de sus propios hijos, deben recurrir a la solidaridad de amigas, vecinas y familiares. Por eso, la ley de contrato de trabajo para empleadas de casas particulares reglamentada en abril supone un cambio copernicano. El Secretario de Relaciones Laborales del Ministerio de Trabajo de la Naci贸n, Alvaro Ruiz, indic贸 que en la Argentina hay 400 mil trabajadoras dom茅sticas regularizadas, y se estima que en total existen entre 1,1 mill贸n y 1,2 mill贸n de trabajadoras (el 98 por ciento son mujeres) en ese sector.

El funcionario nacional estuvo el jueves en Rosario para difundir del nuevo r茅gimen. "En realidad, no es costoso tener regularizada a una trabajadora de casa particular. Hoy, en la franja de mayor horario, que son hasta 36 horas semanales, la contribuci贸n patronal es de 35 pesos. No hay una raz贸n econ贸mica que impida regularizar a las trabajadoras. Hay m谩s una cuesti贸n cultural", consider贸 Ruiz.

Por eso, el jueves dio una charla explicativa junto a Francisco Frenna, secretario general de la Asociaci贸n de Trabajadores de Casas Particulares de la Argentina (ATACP), en el Consejo Profesional de Ciencias Econ贸micas. All铆, derribaron algunos mitos.

"El nuevo r茅gimen es en realidad la consagraci贸n de un nuevo paradigma para el trabajo remunerado en las casas. Porque en realidad se trata de un tema que ha estado invisibilizado pol铆ticamente durante m谩s de 60 a帽os, desde 1956, cuando la dictadura de entonces sancion贸 un decreto ley que regulaba ese sector", rememor贸 el funcionario nacional, y aprovech贸 para hacer historia. "Hay una vieja an茅cdota que tiene que ver con un pedido que las trabajadoras del sector le hicieron a Eva Per贸n, a partir del avance que hab铆an logrado con el trabajo rural. Evita hab铆a comprometido que 茅se ser铆a el sector que iban a priorizar despu茅s del rural. En realidad, despu茅s no pudo cumplirse, y la presidenta Cristina Fern谩ndez dijo se estaba cumpliendo un sue帽o de Evita, o terminando de cumplir un compromiso pol铆tico del peronismo con las trabajadoras de este sector".

Hay quienes comparan el r茅gimen de trabajo de trabajadoras de casas particulares con el estatuto del pe贸n rural, que impuls贸 el entonces coronel Juan Per贸n en 1944 y la ley del cosechero, que se aprob贸 en 1947, con el peronismo en el gobierno. "Hay una diferencia importante, porque en el caso del trabajo rural est谩 ligado a un empresariado que ha sido prebendario en relaci贸n a la hegemon铆a econ贸mica en la Argentina. En el caso del trabajo dom茅stico, participa tambi茅n de alg煤n modo en relaci贸n al trabajo rural en una cuesti贸n at谩vica, cultural, de sumisi贸n, de ver m谩s servicios personales que trabajo. La diferencia es que los empleadores somos todos nosotros", expres贸 Ruiz, en una apelaci贸n directa a la responsabilidad social de quienes tienen empleadas en sus hogares.

Desde la asunci贸n del kirchnerismo, hubo una pol铆tica de regularizaci贸n de empleadas dom茅sticas v铆a facilidades de Afip y eso redujo la informalidad en el sector, que superaba el 90 por ciento. "Se ha ido reduciendo pero no en relaci贸n a los esfuerzos que se han hecho y los costos que tiene para los empleadores, que son los principales responsables de lograr esa formalizaci贸n. Hoy tenemos 400 mil trabajadoras registradas en un universo que seg煤n las estimaciones puede estar entre 1,1 mill贸n y 1,2 mill贸n trabajadoras. Y est谩 bien que hablemos de trabajadoras en este caso porque el 98,5 por ciento de las personas que se ocupan en este sector son mujeres".

El funcionario considera que el nuevo r茅gimen "no s贸lo tiene que ver con la reivindicaci贸n de un sector social, sino tambi茅n con una reivindicaci贸n de g茅nero. Porque el trabajo dom茅stico remunerado ha padecido una invisibilidad similar al no remunerado. Siempre se ha dicho que ah铆 no hay producci贸n, no hay valor econ贸mico. Y esto es falso. Mucho m谩s cuando es remunerado, pero en el caso de no serlo, el trabajo de las amas de casa, tiene un valor econ贸mico directo. Es lo que permite que alguien salga a trabajar mientras otro cubre necesidades fundamentales que hacen a la estructura de cualquier persona que trabaja: cuidar su casa, la ropa, los chicos".

Otra vez, Ruiz apel贸 a la responsabilidad. "Tampoco se explica desde el punto de vista de una racionalidad social elemental que les neguemos derechos a quienes les confiamos valores fundamentales de cada uno de nosotros, que pueden ser los bienes materiales o inmateriales de gran valor afectivo, como son nuestros hijos. Es necesario vencer no s贸lo estas barreras culturales ostensibles sino tambi茅n otros mitos", subray贸 el funcionario.

La primera falacia tiene que ver con "una resistencia de las trabajadoras a registrarse porque pierden beneficios o planes sociales. Esto es falso. En primer lugar porque el plan social m谩s importante que hoy tienen en la Argentina aquellos que no tienen un trabajo o est谩n en la informalidad es la asignaci贸n universal por hijo, y este es un sector que espec铆ficamente no la pierde aunque tenga un empleo regularizado o cobre m谩s all谩 del salario m铆nimo y vital. Tambi茅n eso esconde a veces alguna deliberada desinformaci贸n de quienes deber铆an ayudar que son los propios empleadores". Y analiz贸 que en otros pa铆ses del mundo, tener una empleada en casa es un lujo, pero en la Argentina "tambi茅n hay un acostumbramiento a que algo me salga muy barato".

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