Desde Santa Fe
En el primer d铆a del juicio por el asesinato de Silvia Suppo, los dos presos por el crimen admitieron ayer ante el Tribunal Oral de Santa Fe que los juzga que el objetivo del ataque era el robo, pero no el homicidio. Rodrigo Sosa ("Sosita") y su primo Rodolfo C贸ceres aceptaron una indagatoria sin preguntas sobre aquella ma帽ana aciaga del lunes 29 de marzo de 2010, cuando ingresaron al negocio de Silvia, en el centro de Rafaela, mientras ella estaba sola e indefensa. "Fuimos a robar y eso fue lo que pas贸", dijo Sosa. "Fuimos a buscar la plata, no a quitarle la vida a nadie. Todo se nos fue de control", repiti贸 al rato C贸ceres. Y ah铆 termin贸 la indagatoria. Despu茅s, arranc贸 la ronda de testigos con dos polic铆as de Rafaela que se desmintieron entre s铆: una suboficial que oper贸 como secretaria de actuaciones, Lorena Lovaiza, que en la etapa de instrucci贸n dijo que hab铆a ingresado al local y ayer se contradijo al afirmar que no atraves贸 el umbral de la puerta y desde all铆 pudo ver una mancha de sangre que estaba en el fondo del local, a casi diez metros. Su ex jefe, el subocomisario Ricardo Cabrera, la desminti贸: "Eso es imposible". Lo que significa que ya comienzan a quedar a la vista los puntos oscuros de la trama.
A la ma帽ana, tras la lectura del requerimiento de elevaci贸n a juicio, la querella y la defensa impugnaron el debate. Los abogados de Hijos, Lucila Puyol y Guillermo Munn茅 y su colega de la Secretar铆a de Derechos Humanos de la Naci贸n pidieron la suspensi贸n del juicio porque a煤n hay recursos pendientes ante la C谩mara de Casaci贸n Penal y la Corte Suprema de Justicia. Mientras que el defensor p煤blico Mart铆n Gesino, impugn贸 tres procedimientos policiales que podr铆an hacer caer la causa: la declaraci贸n de Sosa y C贸ceres en sede policial en la que se autoincriminaron y "nunca se le leyeron sus derechos" y un allanamiento en la casa de la familia de Sosa que "no se sabe de d贸nde surgi贸" y el testimonio de la ex concubina de C贸ceres que fue detenida y le tomaron una declaraci贸n para involucrar a su ex pareja, cuando eso no se puede hacer. El Tribunal rechaz贸 los planteos de la querella, pero posterg贸 una resoluci贸n sobre las nulidades que interpuso la defensa hasta el momento de dictar sentencia, en febrero del a帽o que viene.
A la tarde, el Tribunal indag贸 Sosa y C贸ceres. La jueza Mar铆a Iv贸n Vella, que preside el juicio, tard贸 m谩s de veinte minutos en completar los datos personales de los imputados. Sosa no sabe ni su n煤mero de documento de identidad. C贸ceres le dijo que lo hab铆a perdido en una comisar铆a. Los dos est谩n contra la pared, con un custodio al lado y otro en el medio de ambos, que les aprietan las esposas apenas se levantan.
驴Van a declarar?", les propuso ayer la jueza. Los dos le contestaron que s铆.
"Tengo dos palabras para decir", manifest贸 Sosa. "Fuimos a robar y eso fue lo que pas贸", dijo.
驴Es es lo que quiere decir? -le pregunt贸 Vella.
S铆.
驴Va a contestar preguntas?
No- cerr贸 Sosa.
C贸ceres hab铆a sido retirado de la sala, as铆 que apenas declar贸 su primo, lo volvieron a traer al juicio. "Voy a decir un par de palabras. Fuimos a buscar la plata, no a quitarle la vida a nadie. Todo se nos fue de control", afirm贸.
驴Eso qu茅 significa? -quiso saber otro de los jueces del Tribunal, Jos茅 Mar铆a Escobar Cello. C贸ceres repiti贸 el libreto: "Fuimos a robar y eso fue lo que pas贸", insisti贸. Las mismas palabras que hab铆a dicho Sosa, a quien no hab铆a escuchado. Munn茅 pidi贸 entonces que las declaraciones se transcriban en forma textual en el acta, pero con la aclaraci贸n de lo que uno de ellos hab铆a deslizado, que eran "por indicaci贸n de su abogado", el doctor Gesino. "Las audiencias est谩n grabadas", le record贸 Vella.
La primera testigo ten铆a que ser una vecina de Silvia, que tambi茅n fue la primera en auxiliarla despu茅s del ataque, pero falt贸 por un problema de salud. Siguieron entonces dos polic铆as de Rafaela que redactaron el primer informe del hecho, confeccionaron el croquis y hasta participaron en un allanamiento a la casa de la familia de Sosa. Ayer se desmintieron entre s铆. La suboficial Lovaiza oper贸 como "secretaria de actuaciones" en las horas siguientes del crimen, en la instrucci贸n dijo que ingres贸 al local de Suppo, pero ayer declar贸 que s贸lo se hab铆a quedado en la puerta a mirar desde afuera. Un secretario del Tribunal le exhibi贸 su testimonio en primera instancia para refrescarle la memoria. "No lo recordaba, pasaron cuatro a帽os", se excus贸. Antes hab铆a dicho que vio "manchas de sangre" que seg煤n su ex jefe, el subcomisario Cabrera, estaban en el fondo de local. "驴Las manchas se pod铆an ver desde la puerta?", le preguntaron. "Es imposible", contest贸 Cabrera.
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