Desde Santa Fe
El intendente José Corral declaró ayer la "emergencia hÃdrica" y el "cese de actividades" por un diluvio de 132 milÃmetros que volvió a paralizar la ciudad capital y convirtió a la zona norte (el 75 por ciento de la planta urbana) en una inmensa laguna imposible de transitar. Desde el temporal del miércoles pasado ya llovieron casi 400 milÃmetros en seis dÃas, que saturaron suelos y complicaron los drenajes porque el rÃo Salado está alto. En los barrios afectados, ya se sabe que después del agua queda el barrial. Sin transporte público, ni clases en escuelas y universidades, la mayorÃa de los comercios cerrados y pocos bancos, el parate se extendió al Estado provincial y Tribunales. "Habrá que acostumbrarse", se resignó Corral al comparar las cÃclicas inundaciones de Santa Fe con "nevadas extraordinarias" que paralizan a otras ciudades en el mundo. Mientras que su secretaria de prensa, Andrea Valsagna, completó: "La recomendación es no circular por la ciudad y a la gente que es de afuera que tampoco venga a Santa Fe". Al cierre, habÃa 150 personas evacuadas.
Más allá de la sugerencia de Valsagna de no venir a Santa Fe, tampoco es fácil llegar. La ciudad está prácticamente aislada. En el sur, el arroyo Colastiné cortó la autopista a Rosario en cercanÃas de Coronda, asà que sólo se puede transitar por un desvÃo por la ruta 11, entre Coronda y Arocena, que sólo se habilitó para vehÃculos livianos. En el norte, la situación es más complicada: hay otro corte total en la ruta 11 por agua en la calzada a la altura de Nelson, Recreo y Llambà Campbell. Y en el oeste, la ruta 70 a Esperanza y Rafaela está intransitable, cortada por una masa hÃdrica gigante, desde Recreo hasta Nuevo Torino.
En el área metropolitana, la situación se repetÃa. El agua inundó Recreo y habÃa más de 100 evacuados y en San José del Rincón, se multiplicaron las calles anegadas. En Santo Tomé, todavÃa no llegó lo peor: la masa lÃquida por lluvias en el departamento Las Colonias que busca el Salado.
Como ocurrió con la tormenta del miércoles, los barrios de Santa Fe más complicados eran los del norte. La laguna bordea la Esquina Encendida, como llama el gobierno al campo universitario, en el cruce de las avenidas Estanislao Zeballos y Facundo ZuvirÃa. Desde allà hacia el norte sólo se ve agua, con alturas variables que pueden superar las rodillas o llegar hasta la cintura. En las calles del barrio Don Bosco sólo era posible moverse en kayac o en bote. Y de este a oeste, estaban cortadas las avenidas Galicia, Gorriti y Peñaloza, donde los mismos vecinos hacÃan barricadas para impedir el tránsito de vehÃculos y el oleaje adentro de sus viviendas. "La recomendación del municipio es no circular por la ciudad", dijo Valsagna. "Y la gente que es de afuera que no venga a Santa Fe, es un dÃa de emergencia y por lo tanto, hay que evitar el tránsito. No hay ninguna actividad, no se pueden realizar trámites, las escuelas y universidades están cerradas", suplicó.
El otro problema fueron los apagones. Los cortes de energÃa en varias zonas de la ciudad por anegamientos, pero también los que dispuso la EPE en barriadas inundadas y vulnerables, como prevención de accidentes eléctricos. La empresa suspendió el abastecimiento de electricidad en unas 30 manzanas a pedido de la Dirección de Protección Civil. Y lo mismo hizo en cuatro barrios de Recreo, por sugerencia del municipio. Los santafesinos del norte se preparaban entonces para pasar otra noche sin luz.
Valsagna defendió la decisión de Corral de declarar la "emergencia" y "suspender las actividades" en la ciudad. "Es una facultad del intendente", dijo. "Es como si viviéramos en una ciudad donde cae nieve. Cuando vemos por televisión esas nevadas terribles que tapan la ciudad, no hay actividades. Bueno, lo mismo ocurre en Santa Fe con el agua. Lo mejor es suspender las actividades porque eso genera mayor ordenamiento y menos riesgos y permite que el sistema de desagües funcione a pleno y que los servicios de emergencia actúen de manera más rápida en los barrios donde tenemos problemas", explicó.
Ayer, Santa Fe amaneció con tormenta eléctrica y cortina de agua, pero a la tarde siguió una llovizna leve que hacÃa alentar mejoras en el tiempo. Corral intentó desdramatizar la situación. "Habrá que acostumbrarse", dijo al asociar el colapso de Santa Fe por la inundación con "fenómenos climáticos extraordinarios" que padecen otras ciudades. Es que la capital de la provincia está bordeada por rÃos y gran parte se construyó en el valle de inundación o en zona de riesgo hÃdrico. El gobierno municipal habilitó seis refugios para evacuados. Hasta anoche, eran 22 familias, unas 150 personas de La Tablada, Schneider, Ciudadela y Yapeyú, todos de la zona norte. "Hay gente que tiene agua en la casa y eso es grave", admitió Corral. Los equipos de la TV local tuvieron que improvisar sus móviles en embarcaciones para filmar la inundación y uno de los vecinos les dio la nota del dÃa. "Me parece que voy a tener hacer que lo mismo, cambiar mi camioneta por un bote", ironizó.
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