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Domingo, 9 de agosto de 2015
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Castaño y un testigo de identidad reservada van a declarar en el juicio a Tognoli

El ex comisario en una hora clave

Es el ex jefe de policía de Santa Fe, procesado y detenido por encubrir a un narcotraficante y por amenazas coactivas contra Norma Castaño de Madres Solidarias, que en su momento lo denunció. El juicio arrancará el próximo 14 de septiembre.

Por Juan Carlos Tizziani
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Tognoli podría quedar muy comprometido por lo que diga el testigo de identidad reservada.

La líder de Madres Solidarias Norma Castaño y un testigo de identidad reservada deberán declarar en el juicio al ex jefe de Policía de la provincia, Hugo Tognoli y a otros cuatro imputados, entre ellos el comisario José Luis Baella, que arrancará el 14 de setiembre próximo, según la audiencia preliminar entre las partes que se realizó esta semana en el Tribunal Oral de Santa Fe. El fiscal Martín Suárez Faisal propuso que la prueba testimonial se incorpore por lectura para abreviar el debate, pero los abogados de Tognoli y de Baella se opusieron en dos casos. Andrés Rabinovich insistió que se cite a Castaño. Y su colega Claudio Torres del Sel que se convoque al testigo protegido "en las condiciones dispuestas" en la causa, lo que significa que deberá declarar por video conferencia, de espaldas a la cámara y se le distorsionará la voz. Su nombre sólo lo conocerán los abogados defensores, pero con carácter "confidencial" y la "prohibición" de no revelarlo a terceros, según las reglas de Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional.

Castaño es la que denunció a Tognoli y su supuesta "connivencia" con un preso por narcotráfico, Daniel "Tuerto" Mendoza. Y el testigo de identidad reservada, un "arrepentido" que acusó a Baella y a otros policías de transportar droga "en autos oficiales", afirmó que tenían "carta blanca" para operar y que -según Baella- "el jefe era Tognoli".

El debate ventilará dos investigaciones que fueron acumuladas por el Tribunal. En una están imputados Tognoli, Baella, un tercer policía de Drogas Peligrosas Mauricio Otaduy y Mendoza (los dos primeros, por el presunto "encubrimiento" a Mendoza y los cuatro, por la operación contra Castaño). Y en la otra, el propio Mendoza por el hallazgo de 13,6 kilos de cocaína y una cocina de estupefacientes en su casa de Colastiné Norte, el 12 de julio de 2012 y el remisero Fernando Torres, que el día anterior pasó por esa quinta y fue detenido en la Terminal de Ómnibus de Santa Fe con casi dos kilos de la misma sustancia.

Esta semana, el presidente del Tribunal, José María Escobar Cello, citó a una audiencia preliminar para "resolver sobre la admisibilidad de la prueba", según la acordada Nº 01/12 de la Cámara Federal de Casación Penal en causas complejas. La regla cuarta habilita a acordar las cuestiones operativas del juicio. Por lo que el juez invitó a las partes "a limitar la prueba ofrecida a aquella que resulta de imprescindible producción en el debate o que sea relevante o dirimente y evitar la reiteración de las efectuadas para la acreditación de hechos notorios no controvertidos", dijo.

El fiscal Suárez Faisal desistió de cuatro testigos y propuso que los otros siete que ya habían declarado en la instrucción no sean citados al juicio, sino que sus testimonios se incorporen por lectura, entre ellos los relatos de Castaño y del testigo protegido. El defensor oficial Martín Gesino aceptó la propuesta, pero los abogados de Tognoli y de Baella se opusieron en dos casos. Rabinovich insistió en su "interés que se cite al debate a Castaño" y Torres del Sel reiteró que se convoque al "testigo de identidad reservada en las condiciones dispuestas" en la causa.

Ya en setiembre de 2014 al admitir la prueba, el Tribunal había resuelto las "condiciones" en la que debería declarar el testigo protegido, "mediante un sistema de video conferencia, sin revelarse su rostro y su voz". "No obstante, para garantizar el debido control de la prueba, se informará a las partes la identidad" del declarante, pero "con carácter confidencial y la prohibición de no divulgar esa información a terceros", explicó el Tribunal.

El testigo protegido relató que a principios de 2010, Mendoza y otros le habían ofrecido "negociar con drogas, tranquilos, porque teníamos todas las garantías de que nadie nos iba a molestar... La misma policía de Drogas nos iba a proteger", afirmó. "Un domingo a la noche apareció a las dos de la madrugada Baella junto con otro (...). Ellos nos propusieron trabajar, (...) hacían traer la droga y el trabajo nuestro era recibirla, repartirla y cobrarla y ellos nos daban carta blanca para que nadie" los molestara en la Policía.

"Estos policías traían la droga en los mismos autos oficiales, siempre custodiados por otros vehículos de ellos". La traían en cajas, la llevaban a lo de (...) Mendoza. Estos últimos la recibían y la repartían, por las dudas, en los domicilios de otros vecinos, para no tener tanta droga en la casa... La droga guardada no permanecía más de tres días, era como pan caliente, es decir, era repartida inmediatamente. Yo la retiraba de la casa de Mendoza y la repartíamos en los kioscos de venta de drogas".

El testigo reveló que Baella le llegó a decir que estaban "autorizados por la corona porque si la corona no los autoriza, vamos a perder todos". "¿Quién es la corona?", le preguntó. Y Baella le contestó: "El jefe, Tognoli".

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