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Jueves, 17 de septiembre de 2015
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Norma Castaño denunció que quisieron chocar intencionalmente a su hija

Mensaje mafioso en la calle

La referente de Madres Solidarias denunció el "acto intimidatorio" que sufrió su hija de 21 años en una calle de tierra, oscura y ancha, donde una camioneta intentó atropellarla. "Esto es grave", alertó la mujer que denunció a Tognoli.

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Norma Castaño denunció a Tognoli en la causa por la que enfrenta un juicio oral y público.

Desde Santa Fe

Norma Castaño interpretó ayer el "acto intimidatorio" que sufrió su hija de 21 años y su yerno como una "maniobra" para quebrarla a ella, que es denunciante y testigo clave en el juicio al ex jefe de Policía de la provincia, Hugo Tognoli, que se inició el lunes en el Tribunal Oral de Santa Fe. El hecho ocurrió el martes a la noche, después de la segunda audiencia, cuando una camioneta 4 por 4 gris con vidrios polarizados y luces apagadas rozó el auto en el que iban Belén Castaño y su esposo, que terminó en un zanjón. "Esto es grave, no es una cosa menor", dijo la líder de Madres Solidarias. La justicia federal ya investiga otras maniobras con testigos de esta causa que seguramente saldrán a la luz en el debate. Tognoli y el ex comisario de Drogas Peligrosas, José Luis Baella, son juzgado por presunto "encubrimiento agravado" a un preso por narcotráfico, Daniel "Tuerto" Mendoza y los tres, más el sargento Mauricio Otaduy, por presuntas "coacciones" a Castaño, quien denunció la trama en dos cartas al ex gobernador Hermes Binner el 7 y el 9 de febrero de 2011 y luego las presentó en la justicia.

La hija de Castaño y su yerno tienen un Corsa chico. El lunes a la noche transitaban la zona norte por Peñaloza, un callejón desolado de tierra, muy ancho, con pocas casas y menos luz. "Sentimos un ruido", dijo Belén. Ella se dio vuelta y vio una camioneta a velocidad que se les acercaba con los faros apagados. Siguió un fogonazo de luces que encandiló a su esposo, que pegó el volantazo y el autito cayó a la cuneta. "La camioneta rozó el auto y escapó hacia el norte a gran velocidad. Mi yerno me dijo que si él no hubiera pegado el volantazo, los hacen pedazos", relató Castaño, quien ya presentó la denuncia en la comisaría de su barrio.

Ayer, Castaño le pidió al gobierno de Antonio Bonfatti que garantice la "seguridad de su familia". Dijo que ella ya tiene custodia policial, pero su hija no. Y reveló otro hecho que calificó como "una campaña de la Policía, que en una página de Facebook, donde son todos policías, publicaron que mi hija trabajaba en una heladería, que entraba y salía a tal hora. Por eso pedí que la custodia vaya a proteger a mi hija", agregó.

Castaño cree que el incidente que sufrió su hija fue un "acto intimidatorio" y un mensaje para ella. "Lo asocio al juicio. Yo sabía que algo iba a pasar", dijo. El lunes a la mañana, cuando dos tráffic del Servicio Penitenciario de la provincia trasladaron a Mendoza y a Tognoli desde la cárcel de Las Flores hasta el Tribunal Oral, las Madres Solidarias los recibieron en la vereda. Mendoza tiene a un hijo internado por un accidente y cuando llegó al Tribunal, la hija de Castaño le gritó: "¡Mendoza, ¿que se siente tener un hijo enfermo?! ¡Lo mismo que estás sintiendo ahora vos, es lo que sienten las madres que le envenenaron los hijos! Castaño cree que "eso le llegó" a Mendoza y pensó: "Esto no va a quedar así".

--Entonces, esto ¿tiene que ver Mendoza? --le preguntaron.

--Totalmente. O son muy tontos o se creen con mucha impunidad. Mendoza se cree con mucha impunidad --contestó.

Ese lunes, en las puertas del Tribunal, las manifestantes eran unas pocas Madres Solidarias, que colgaron sus banderas y recibieron a Tognoli y a Mendoza al grito de "justicia". A la tarde, cuando regresaron a sus barrios "los narcos le gritaron de todo". "Hay madres amenazadas", reveló Castaño.

"Vi a mi hija con miedo" por lo que le sucedió el martes a la noche, dijo Norma. "Llegó pálida a mi casa y después me contó lo que había ocurrido". "No dormí durante toda la noche pensando qué hubiera pasado si esa camioneta los chocaba. Hoy tendría que estar buscando testigos porque es una calle donde no hay casas, ni luz". Esa parte del callejón Peñaloza es muy ancho, "pasan cuatro vehículos", por lo que el hecho genera más interrogantes.

"Estoy cansada", admitió Castaño. "Pensé que yo podía soportar todo esto, pero ya no aguanto más". "En el juicio, somos dos o tres madres con carteles. Los abogados defensores se nos ríen en la cara. Tognoli y Mendoza se nos burlan. Volví a poner en riesgo a mi familia, ¿para qué?", se preguntó.

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