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Lunes, 19 de octubre de 2015
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El fiscal Suárez Faisal reveló cómo Tognoli y Baella engañaron a un juez durante meses

El truco de simular una investigación

El representante del Ministerio Público relató cómo durante cinco meses los dos comisarios hoy imputados por encubrimiento engañaron al juez federal Miño con una supuesta pesquisa a Daniel "Tuerto" Mendoza, otro de los acusados.

Por Juan Carlos Tizziani

Desde Santa Fe.

El Ministerio Público reveló en el juicio a Hugo Tognoli y José Luis Baella cómo ambos comisarios engañaron al juez federal Francisco Miño durante más de cinco meses con una supuesta pesquisa a otro de los imputados en la causa, Daniel "Tuerto" Mendoza. "Una investigación apócrifa con el único fin de proveerle" a éste "un blindaje policial y judicial para las actividades de tráfico que realizaba con otras personas y los altos mandos de la Dirección de Drogas", dijo el fiscal Martín Suárez Faisal en su alegato. Y pidió a los jueces del Tribunal Oral que condenen a los tres: a Tognoli y Baella a 8 y 7 años de prisión por "encubrimiento agravado" a Mendoza y "coacciones" a la denunciante Norma Castaño y al protegido a 8 años de cárcel por narcotráfico.

Tognoli y Baella están acusados por una presunta protección a Mendoza en distintos períodos. El primero, entre el 3 de marzo y el 25 de agosto de 2011. Y el segundo, el 3 de marzo de 2012, cuando dos investigadores de Asuntos Internos vieron a Baella pasar a buscar a Mendoza por su quinta de Colastiné, ese sábado a la noche y lo ratificaron en el juicio.

"¿Por qué la investigación es absolutamente falsa?", se preguntó Suárez Faisal. La respuesta fue el relato de los hechos:

*3 de marzo de 2011. Baella informó al juez Miño que investigaba a Mendoza. Le mandó un "parte informativo" y "descaradamente" -dijo el fiscal- agregó "una foto del domicilio de Mendoza en avenida Galicia como si la hubiera tomado él en 2011, cuando la imagen era de 2009, la había sacado otro comisario (Carlos Pagano)" y Mendoza ya se había mudado a una quinta de Colastiné, en noviembre de 2010. "Baella encontró la foto en alguna computadora de Drogas Peligrosas o quizá la guardaba él mismo o se la dio otro policía. Pero todos sabían que Mendoza ya vivía en Colastiné. Lo dijo en el juicio el propio Pagano, que no entendía cómo una foto que él sacó en 2009 apareció en otra causa que Baella inició dos años después", explicó Suárez Faisal.

*22 de marzo. Es el supuesto seguimiento de Baella a Mendoza que termina frente a la casa de Castaño y el video que filma otro de los imputados en el juicio, Mauricio Otaduy, que vive enfrente. "Esto también forma parte del universo de actuaciones fraguadas por Baella", señaló el fiscal. "Una puesta en escena entre Baella y Mendoza, quien ya tenía organizado previamente el encuentro con Castaño. Otaduy sabía lo que debía filmar"."Un plan pergeñado por Tognoli y sus cómplices", agregó. "La forma en que fue filmado ese video es una evidente vulneración a la dignidad de la víctima" y "su condición de mujer".

*20 de mayo. Asuntos Internos pide informes sobre Mendoza y Tognoli responde con "datos de otras personas con el mismo apellido", a pesar de que aquel había sido investigado en 2009, Baella le abrió otro sumario dos meses antes y Castaño denunció "sus actividades vinculadas con el narcotráfico". "Una respuesta de buena fe dirigida al organismo de control de la policía, con el que se supone que toda la fuerza debe colaborar, debió incluir una referencia al Daniel Mendoza por el que se estaba preguntando". "El hecho de que Tognoli omitiera informar los datos de Mendoza a Asuntos Internos demuestra -junto con las demás pruebas e indicios de la causa- su intención de protegerlo".

*30 de mayo. "Baella volvió a mentirle al juez Miño", dijo el fiscal. Le mandó otro "parte preventivo" con el número del celular de Mendoza que -según él- obtuvo "a través de un artilugio" al aprovechar la devolución de un vehículo cuatro días antes. El hecho ocurrió el 26 de mayo, cuando Mendoza retiró un Ford Galaxy incautado en otra causa que le entregó el oficial Daniel Mathier, quien "desmintió" a Baella. Mathier dijo en el juicio que él le devolvió el auto a Mendoza y "en ningún momento obtuvo su número de teléfono. Es evidente que el supuesto número de teléfono era un dato que Baella ya tenía por sus vínculos clandestinos con Mendoza" y "otra cortina de humo para hacer creer al juez Miño que buscaba pruebas para la causa", agregó el fiscal.

*2 de junio de 2011. Miño intimó a Baella a "profundizar" la investigación a Mendoza y aportar elementos "concretos, objetivos y suficientes" que "respalden las sospechas que dieran origen" a la causa, "bajo apercibimiento de proceder al archivo de lo actuado". "Es evidente que el juez sospechaba sobre alguna una maniobra de encubrimiento, de iniciar una investigación policial para impedir que se moleste judicialmente a un delincuente. Es por eso que lo intima", dijo el fiscal. "El juez no se dio cuenta porque no podía saberlo, como ahora lo sabemos nosotros, que todos los datos que aportó Baella era falsos", precisó Suárez Faisal.

"El modo elegido" por Baella "para proteger a Mendoza era simular una investigación que él podía controlar". Y así, "le presentó al juez Miño un escenario engañoso durante más de cinco meses, sin resultados positivos. Se ve que en este caso, Tognoli no exigió resultados, como dicen que siempre hacía. Por lo que se desprende la clara intención de Baella, con la concertación de Tognoli, para beneficiar a Mendoza y que éste pueda seguir comercializando estupefacientes libremente".

El fiscal cerró con el episodio del 3 de marzo de 2012, cuando dos agentes de Asuntos Internos fueron testigos de una cita entre Baella y Mendoza, en Colastiné. "Este hecho desbarata cualquier intento de sostener la inocencia de Baella", cerró el fiscal.

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