"El policÃa volvió a cargar y le tiró, a no más de un metro y medio de distancia, y le dio en el centro del pecho". Con esas palabras el fiscal de San Lorenzo, Aquiles Balbis, pidió ayer la continuidad de la detención del policÃa Jonatan Puebla, acusado del brutal crimen de Roberto Arrieta, el 6 de septiembre pasado, perpetrado con un disparo de pistola antitumulto, en la puerta de la seccional 5ª de Puerto General San MartÃn. Ante ello, la Cámara Penal ordenó que siga preso hasta la acusación que la FiscalÃa deberá realizar antes de febrero próximo. Al salir de Tribunales, los hermanos, la novia y la madre del chico de 22 años, que habÃa ido a reclamar a la comisarÃa por el incidente de tránsito en el que la policÃa lo chocó, se estrecharon en abrazos y lágrimas. "Era lo que esperábamos", dijo Dante, uno de los hermanos.
El domingo 6 de setiembre pasado, Roberto festejaba su cumpleaños y en determinado momento salió en su moto a buscar alimentos, para continuar con el festejo. En el trayecto, fue interceptado por un control policial que intentó evadir, porque no tenÃa el casco puesto. Fue entonces que uno de los agentes del Grupo de Operaciones Complejas (GOC), apostados en el operativo, decidió perseguir al chico, lo que provocó un choque entre el móvil policial y la motocicleta, que terminó con la caÃda de Roberto. Fue entonces que llegó uno de los hermanos de Roberto y desde allÃ, fueron a la comisarÃa 5ª de Puerto General San MartÃn, donde ya estaban reunidos sus familiares, para protestar por el suceso.
Mientras Roberto estaba adentro de la seccional con su novia, intentando realizar la denuncia por lo sucedido según expresa la familia, el agente de la GOC, Jonatan Puebla, salió con una pistola que carga balas de goma. Al parecer, allà comenzaron los insultos y el policÃa habrÃa efectuado uno o dos (aún no está establecido) disparos al aire. En medio de las agresiones verbales, Puebla trastabilló al toparse con unas motos estacionadas. Fue entonces cuando Roberto salió de la seccional y le dijo que parara de tirar, que habÃa niños. Según la FiscalÃa, el suboficial "se reincorporó, luego de trastabillar, cargó el arma nuevamente y tiró a muy corta distancia de Arrieta", hiriéndolo de muerte. De hecho, ayer los fiscales Balbis y Karina Bartocci, de Violencia Institucional, aseguraron que "el cartucho (con balas de goma) ni siquiera alcanzó a abrirse".
Para la defensa del imputado, que ofreció una fianza de más de 100 mil pesos, al trastabillar, "el arma se le disparó" al suboficial, por lo que negaron que sea un hecho doloso (con intención). "No tuvo la voluntad de matar, solo debÃa disuadir el tumulto", dijo el abogado.
Por su parte, la familia fue clara: "Yo lo único que quiero es justicia por mi hijo, porque me lo mataron como a un perro", dijo Nely, con el rostro empapado en lágrimas. "Puebla asesino", pintaron los familiares en la puerta de ingreso al Tribunal, por calle Moreno.
En tanto, Ivaldi Artacho dispuso que antes de febrero de 2016 la FiscalÃa presente las conclusiones de la investigación.
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