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Martes, 29 de mayo de 2007
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ENTREVISTA AL SECRETARIO DE MEDIO AMBIENTE DE SANTA FE

"No estamos ocultando información"

Terenzio aclaró a Rosario/12 que Celulosa Argentina va hacia "una mejora ambiental continua en los procesos industriales".

Por José Maggi
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Celulosa Argentina tiene que hacer una planta de dióxido de cloro. La construcción estará a cargo de Kemira que pasará a ser proveedor de Celulosa.

"Nosotros no estábamos ocultando nada, porque hace más de un año dijimos que íbamos hacia un proceso de salida del uso del cloro elemental. Y estos cronogramas han sido puestos a disposición de quienes lo requirieron, como en el caso de los pedidos de informes de la Legislatura. (Gabriel) Moguilner (director de Medio Ambiente de Entre Ríos) seguro sabía que íbamos hacia un esquema de utilización de dióxido de cloro (en la planta de Celulosa en Capitán Bermúdez)". Con esta contundencia poco usual respondió ayer el secretario de Medio Ambiente santafesino, Marcelo Terenzio, al ser consultado por Rosario/12 sobre la polémica por la instalación de una planta productora de dióxido de cloro en el Gran Rosario.

Para Terenzio "acá ha habido desinformación en el planteo: no es que Kemira se instale en Capitán Bermúdez, sino que la empresa Celulosa invierte en el marco del proceso de reconversión de su planta que está monitoreada por la Secretaría a mi cargo y en ese marco uno de los grandes objetivos es dejar de utilizar cloro elemental para blanquear la pasta de papel. Ahora Celulosa debe ir hacia un sistema libre de este producto para lo cual tiene que hacer una planta de dióxido de cloro, que adquirió a una de las dos licenciatarias mundiales que es canadiense, quien la va a construir y la va a operar es la firma Kemira que pasará a ser proveedor de Celulosa", explicó.

-Desde la asamblea ambiental de Gualeguaychú se objetó que se le abriera la puerta en Santa Fe a una empresa repudiada por trabajar con la pastera Botnia en el Uruguay.

-La información inicial que manejaron algunos asambleístas de Gualeguaychú, que están sensibles, los llevó a pensar en obstaculizar el desarrollo de este proveedor de las pasteras, que por otra parte son comunes a todos, porque son pocos. No me parece antiético que se instale un proveedor de Botnia en esta provincia. Lo que me parece antiético es que los funcionarios no nos sentemos a pensar una mejora ambiental continua en los procesos industriales. Después, a quienes contraten es una decisión empresarial, no nuestra.

-Pero el propio gobernador Jorge Busti lo objetó en una carta.

-Bueno, lo que está objetado es Botnia. Pero de todos modos hay que decirlo: el gran error que comete Botnia es no considerar en sus estudios de impacto ambiental el impacto social, porque seguramente hay una efecto social uruguayo positivo porque tendrán puestos de trabajo, pero no consideraron que del otro lado del río hay 80 mil personas, que ha pensado el desarrollo de su región sin una pastera cerca.

-¿Quiénes son los propietarios de Celulosa Argentina?

-Es la firma Farapel, de capitales uruguayos, una sociedad anómima que oferta en Bolsa. También tienen una planta en Uruguay.

-Justamente sobre esto ha trascendido que en esa planta se utilizaría una sistema de producción totalmente libre de cloro. ¿Usted lo podría confirmar?

-Lo que sé es que Farapel produce otro tipo de productos distintos al que hace Celulosa aquí en Bermúdez que es el papel obra, que es blanco blanco. Y el 95 por ciento de las plantas en el mundo que producen este tipo de papeles usan dióxido de cloro. Ahora bien hubo una discusión inicial cuando Greenpeace proponía el uso del ozono, que fue dejado de usar en la década del 90.

-¿Qué significa el cambio de tecnología en Celulosa, porque otra de las objeciones es que si bien el dióxido de claro contamina menos se iba a aumentar la producción de pasta de papel con lo cual el impacto ambiental no se atenuaba demasiado?

-No puedo decir con precisión si se va a duplicar la producción de pasta como se dice, pero técnicamente el cambio es mejor porque la gran crítica era el uso del cloro elemental que se dejó de usar dos décadas atrás en el mundo, así que esta empresa tuvo que reconvertirse en los últimos años. Hoy están usando oxígeno, perióxido de hidrógeno y un porcentaje de cloro elemental, que es de un 30 por ciento, que va a desaparecer totalmente a fin de año. Básicamente el uso del cloro provocan dioxinas y furanos, que para que se entienda es lo mismo que se produce cuando se queman por ejemplo los basurales. Quiero remarcar que Celulosa en Bermúdez va a producir entre 120 y 130 mil toneladas anuales, que es solo una parte de las 600 mil que produce el país. Mientras solo Botnia va a producir un millón de toneladas, con dióxido de cloro.

-¿Entonces Moguilner no se tendría que haber sorprendido?

-No me gustaría entrar en una contrapunto porque estamos en contacto permanente, pero si es seguro que lo se está planteando en la Argentina es la reconversión de la planta. Por eso, la Secretaria de Medio Ambiente de la Nación, Romina Piccolotti, está interesada en firmar convenios con provincias y empresas por este tema.

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