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Martes, 19 de junio de 2007
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Operativos policiales para frenar la ola de crímenes en Santa Fe

La decisión de acuartelar las fuerzas policiales es una medida
extrema, que no tiene antecedentes en la capital. Fueron detenidos 90 mayores y 20 menores y se incautaron escopetas y pistolas.

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La policía incursionó en los barrios más conflictivos de la ciudad santafesina. Uno de los operativos se realizó en Villa Hipódromo, donde hubo detenciones.

Desde Santa Fe

La policía santafesina seguía ayer acuartelada y movilizada en un megaoperativo en barrios violentos y zonas rojas, en un intento casi desesperado por frenar la peor ola de crímenes en la historia reciente que este fin de semana le costó la vida a otras tres personas, entre ellas un joven comerciante de 32 años al que mataron de un tiro en la cabeza en plena calle cuando se topó con dos ladrones que venían de asaltar otro comercio. El junio ya fueron asesinadas 14 personas en Santa Fe: una cada 29 horas. La ejecución a sangre fría del comerciante Mario Laracca conmocionó a la ciudad y se convirtió en el homicidio número 60 en lo que va del año. "Hemos tenido que tomar medidas extremas y de excepción para generar una prevención ofensiva sobre el delito", dijo el jefe de Policía de la provincia, comisario Gabriel Leegstra.

El jefe de la Unidad Regional I, comisario Juan Faustino Ruiz decidió acuartelar las fuerzas bajo su mando el sábado al mediodía, tras el asesinato de Laracca. Una medida extrema, que no tiene antecedentes en Santa Fe, como tampoco la tiene la ola de violencia y crímenes en la capital. Precisamente, Ruiz había asumido su cargo el lunes, después de otro fin de semana violento en el que mataron a cinco personas. Así que si ayer no paraba la pesadilla, es probable que también lo hubieran despedido del cargo como le ocurrió a su antecesor, el comisario Juan Luis Hek.

La decisión de acuartelar la Policía implicó una disponibilidad extra de 250 efectivos más que no tuvieron francos ni descansos. Ruiz dijo que la mitad del personal de la Unidad Regional I había sido enviado a las calles de Santa Fe para reforzar los patrullajes y la vigilancia.

La cantidad de homicidios es alarmante en la capital de la provincia. Con los tres de este fin de semana, ya hubo 60 asesinatos en lo que va del año. Junio fue el mes más violento: 14 crímenes en 17 días, uno cada 29 horas, sin contar los suicidios. En enero mataron a 10 personas, en febrero a 13, en marzo a 5, en abril a 9 y en mayo a 11. Así que hasta ahora, junio es el mes de un récord terrible: 14 crímenes.

Ante semejante crisis, el comisario Ruiz se puso a la cabeza de un megaoperativo en el que participaron 210 policías y 31 patrulleros que incluyó la incursión de fuerzas policiales por los barrios más conflictivos, razzias, allanamientos, cacheos de transeúntes y requisas de vehículos.

El dispositivo apuntó a los barrios Centenario, San Lorenzo, Santa Rosa de Lima, Alto Verde, La Guardia, Yapeyú, San Agustín, Cabal, Villa Hipódromo y Las Flores, entre otros. En Villa Hipódromo y en los barrios más violentos, las patrullas fueron recibidas a pedradas como respuesta al malestar de los vecinos por el despliegue de fuerzas y la intimidación.

Como resultado de las incursiones fueron detenidos 90 mayores y 20 menores por averiguación de antecedentes y distintos delitos y se incautaron 9 armas de fuego de diversos calibres entre escopetas y pistolas.

El comisario Leegstra justificó las incursiones en los barrios. "Vamos a donde se ha manifestado un mayor índice de violencia suburbana", afirmó el jefe de Policía de la provincia. "Desde la semana pasada, veníamos hablando de aumentar las intervenciones barriales focalizadas sobre algunos sectores de la ciudad. Bueno, son medidas totalmente consensuadas con toda la plana mayor de la Policía, y con las autoridades del gobierno de la provincia", comentó a El Litoral.

Santa Fe es una ciudad que se puede comparar con una sábana corta. La concentración de fuerzas policiales en los barrios para frenar la ola de crímenes dejó desprotegido al macrocentro que se convirtió en escenario de otra ola de robos. Una banda asaltó la casa del concejal de la UCR, Carlos Pereira y otros desconocidos incursionaron por un edificio de departamentos en La Recoleta, en Junín al 2600, donde se alzaron con un importante botín en dinero y joyas.

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