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Domingo, 4 de noviembre de 2007
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Fútbol. ÑULS LO EMPATO AL FINAL DESPUES DE DEJARLE TODO EL PRIMER TIEMPO A COLON

Equipos comprometidos y parejos

Poco fútbol, mucho rose e infinidad de errores. Las características más sobresalientes del partido que anoche casi pierde Ñuls jugando de local ante Colón. El reflejo de dos equipos que necesitan mucho.

Por Eduardo Castilla
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Steinert en lucha con Falcon. Una postal que resume el trabado trámite del encuentro.

1 Ñuls: Gutiérrez (6); Mainguyague (5), Gaitán (5), Ré (6), Ansaldi (6); Pablo Pérez (4), Bernardello (6), Donnet (4), Vangioni (4); Steinert (6) y Salcedo (5). DT: Ricardo Lombardi.

1 Colón: Blazquez (6); Juan Fernández (5), Garcé (6), Goux (7), Rivarola (6); Grisales (7), Prediger (6), Falcón (5), César González (6); Gandín (6) y Quinteros (5). DT: Leonardo Astrada.

Goles: ST 3' Garcé (C); 45' Lucero (N).

Cambios: ST inicio Lucero (6) por Vangioni (N); 11' Romero por César González (C); 15' Da Silva por Donnet (N); 25' Cardetti por Quinteros (C); 28' Capurro por Gandín (C); 38' Pablo Vázquez por Mainguyague (N).

Arbitro: Jorge Baliño.

Cancha: Ñuls.

Arte de lo impensado. Así definió al fútbol hace unas cuantas décadas, Dante Panzeri. Y vaya si le dieron la razón anoche Ñuls y Colón en el Parque de la Independencia, donde el juego pasó por todos los estados posibles. Con el partirdo volcado hacía uno de los exponentes durante la mayor parte del tiempo, indicios de goleada en ciertos pasajes, la sensación de un equipo que no iba a terminar con sus once jugadores, y el imprevisto final. Con un Ñuls que renació de sus errores. Que lo empató en base al musculo más importante del cuerpo humano: El corazón. Y que también lo pudo haber ganado durante los instantes previos al final de la partida, cuando todavía era posible pensar en los tres puntos tan necesarios para el equipo de Caruso Lombardi.

El partido enfrentaba a dos equipos comprometidos con la tabla de los promedios. Presagios de rudeza, pierna fuerte, pocos espacios, quedaron reflejados en el campo. Newell's equivocó el camino desde el inició. Cedió la pelota y el terreno para que su rival se acomodara, y desplegara su juego a través de Grisales.

Ñuls fue una sombra en la primera parte. Steinert no tuvo la compañía necesaria para dasarticular la línea que formaban en el fondo los conocidos de pelo largo, y Bernardello luchó siempre en inferioridad con César González, que jugó entre el volante, y la dupla de centrales rojinegros.

Arriba Gandín fue preocupación hasta que una contractura -así le dicen hasta que los estudios ratifican o rectifican un desgarro- le impidió a Colón martillar sobre el arco de Gutiérrez y, sobre todo, aguantar la pelota lejos de su arco para darle aire a los volantes sabaleros.

Promediando la primera mitad, Ñuls generó la única jugada colectiva con peligro hacía la valla de Blazquez: Steinert recuperó la pelota por la izquierda, cedió para Pablo Pérez, y tras una combinación de la que participó Salcedo, el Cachafaz quedó sólo ante el arco rival pero su remate fue contenido por el arquero santafesino.

El complemento fue mucho mejor. Colón festejó a la salida de vestuarios, tras un tiro libre que Rivarola puso en la cabeza de Garcé, que se aferró a la red frente la estirada inerte del uno rojinegro. La ventaja era merecida, aún en la pobreza, la visita era más que su oponente, y así lo reflejaba el marcador.

A partir de allí, Ñuls sacó a relucir lo pero de un equipo en desvenataja y presionado por los resultados: el juego brusco se multiplicó en sus todas las líneas, y sólo por la inoperancia de Jorge Baliño, un muy mal árbitro, terminó con todos sus hombres dentro del campo de juego.

Colón se fue desinflando, y malogrando chances claras de cerrar un partido que le era favorable. Incluso, Romero no podrá olvidar durante varios días la jugada que malogró para su equipo, luego de gambetear defensores y al arquero rival y tirarla afuera con el arco desnudo.

Tamaño desprecio por liquidar el pleito, se volvió en contra de Colón. Lucero aprovechó un rebote y tras pasar entre una decena de piernas la pelota terminó abrazada a la red.

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