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Domingo, 18 de enero de 2009
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El Patón Bauza en un diálogo a fondo con Rosario/12 después de un año de grandes logros.

"Tengo que pensar qué voy a hacer"

Campeón de la Libertadores con la Liga de Quito, subcampeón en la final con el Manchester, mejor técnico de Sudamérica; son algunos de los resultados que el DT rosarino tuvo este año. Obviamente, ahora le llueven propuestas.

Por Luciano Cámpora
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Bauza admite que sueña con la selección, pero reconoce que "para eso falta, aún estoy construyendo mi trayectoria".

En muy poco tiempo, el Patón Edgardo Bauza consiguió importantes logros deportivos que no muchos pueden obtener a lo largo de toda una carrera. Ganó la Copa Libertadores con la Liga de Quito, fue subcampeón del Mundial de Clubes en Japón, enfrentando al Manchester. Resultó elegido el mejor técnico de Sudamérica y en estos días la Federación Internacional de Historia y Estadística de fútbol (IFFHS), lo ubicó en el tercer puesto del ranking mundial de directores técnicos de clubes, dejando por debajo a grandes como Roberto Mancini y José Mourinho. A pesar de todas esas distinciones, el Patón no se marea y analiza el futuro con mucha serenidad. "Todo lo que me pasó me abre las puertas para poder aspirar a seguir creciendo", le confió a Rosario/12. Hoy tiene ofertas de varios países del mundo, entre las que se destaca una muy tentadora del fútbol de Arabia Saudita, pero todavía no tiene decidido su futuro.

Los brillos de la gloria no lo encandilan y le permiten ver la realidad de su querido Rosario Central. "Los centralistas debemos bajar un poco las expectativas y pensar que el equipo tiene que hacer una muy buena campaña". También, opina sobre las divisiones inferiores auriazules: "En los últimos tres años hicieron un desastre y la prueba está en el tiempo que hace que no salen dos o tres jugadores de jerarquía por año". Su vida en Ecuador, la experiencia en Japón, los sueños de selección nacional y los próximos desafíos, son analizados por un Patón que ya se ganó la admiración de todos y que va por más.

-¿Desde el punto de vista deportivo qué balance hacés del 2008?

-Fue realmente un año soñado porque coronamos un trabajo de muchos años. Fueron diez años de un cuerpo técnico que viene trabajando con una idea y una metodología que siempre estuve convencido que era la mejor, por lo menos desde lo que yo podría brindarle al jugador. En ese tiempo, había pasado por momentos muy buenos con Central, algunos muy malos, en algunas partes de Colón, en otros interrumpidos, como en Vélez pero iniciando todo un proceso en el club de transformación y después exitoso en Perú al salir campeón y coronado en Quito. Realmente fui sumando experiencia y arreglando algunas cosas para terminar el año que fue fabuloso. Realmente estoy muy satisfecho y esto me abre las puertas para poder aspirar a seguir creciendo.

-¿Te imaginaste en algún momento que con un equipo como Liga de Quito, que no es un equipo de tanta importancia a nivel mundial, sí en Ecuador, podías llegar a jugar una final contra el Manchester?

-No. Sería un hipócrita si te diría que lo pensé. Uno como técnico, siempre quiere ganar, quiere ganar todo lo que juega pero también como hombre de fútbol, sabe las limitaciones con las que tiene que convivir. La Liga de Quito más allá de ser uno de los tres equipos más grandes de Ecuador, su historia futbolística hacía que todo lo que se dio fuera impensando al principio del proceso. A medida que fuimos avanzando y ganando en la Libertadores todo se fue agigantando y cada escalón que teníamos que subir era muy dificultoso. Y todo el mundo decía que nos íbamos a caer. Eramos muy pocos los que confiábamos.

-Habiendo sido elegido el mejor técnico de América, ganando la Libertadores, siendo segundo en el Mundial de Clubes, ¿cuales son los próximos objetivos que tenés en mente?

-Estoy tratando de procesar todo lo que me pasó. Fue un año no solamente muy lindo en lo deportivo sino muy importante en cuanto a antecedentes para alimentar un poco más mi carrera. Lo que espero es tratar de no equivocarme en las elecciones que tengo que tomar en los próximos días porque hay posibilidades de hacer muchas cosas. Entonces lo que espero es no equivocarme y elegir la mejor.

-¿Hay alguna posibilidad de volver al fútbol argentino o todas las propuestas son a nivel internacional?

-Las propuestas son de afuera y si bien he tenido ofertas de Argentina creo que todavía no es el momento de volver. Todavía tengo dos o tres años con posibilidades de trabajar afuera y seguir ganando experiencia y después si uno ya tiene posibilidades de pensar en volver al país para dirigir.

-¿Te gustaría hacer una escala en México o en otro país antes de llegar al fútbol europeo o sentís que hoy por hoy podes dirigir en el Viejo Continente?

-Tuve ofertas del fútbol mexicano que en su momento no quise aceptar. Ahora los equipos están todos con cuerpo técnico así que es un poco difícil. Es cuestión de tener paciencia y esperar hasta que aparezca una buena propuesta que mejore las que aparecieron. Y de Europa, hay dos o tres propuestas dando vueltas pero no quiero apresurarme en la elección.

-Algo ineludible en tu carrera es Rosario Central. ¿Cómo ves la actualidad del club y del equipo con estos cuatro refuerzos que se trajeron para el campeonato 2009 que va a ser difícil?

-Difícil por el pasado inmediato en cuanto a los puntos que lo condenan. Lo que deseo es que los refuerzos que han traído se adapten rápidamente. Creo que lo que debemos hacer todos los centralistas es bajar un poco las expectativas y pensar que el equipo tiene que hacer una muy buena campaña para tratar de salir de la zona en que está y pensar en reorganizar el fútbol. Desde lo institucional creo que el club está en marcha, pero desde lo futbolístico tiene que refundar y ese es el paso que a mi criterio se tendría que dar.

-Vos hablás de bajar las expectativas y el presidente Usandizaga dice que quiere salir campeón o subcampeón.

-Por ahí discrepo con el presidente. En este momento Central tiene que hacer una buena campaña y acomodarse en un mejor lugar. Volver a tener recambios en sus inferiores y después pensar en lo grande, como siempre lo fue Central y que su historia y su gente lo pide y lo reclama, pero para eso hay que prepararse desde sus inferiores hasta la primera, que es un proceso que te lleva como mínimo dos años de trabajo. Otro tema son las inferiores. Mañana (por hoy) empieza el campeonato Sudamericano Sub 20 y no hay un solo jugador de Central. Cuando antes la cantera canalla aportaba muchos chicos a esa categoría. Eso te habla a las claras de lo que pasó. Hace sólo diez años que yo me fui de las inferiores. Nosotros en cuatro años y medio, habíamos cambiado y reacomodado todo un proceso que inclusive le sirvió de mucho para todos los que vinieron en los siguientes tres o cuatro años, pero en los últimos tres hicieron un desastre y la prueba está en el tiempo que hace que no salen dos o tres jugadores de jerarquía por año, como salían históricamente en Central. Eso demuestra cómo hay que trabajar en las inferiores y cuales son las consecuencias de trabajar bien o mal.

-¿Cómo fue la experiencia de vida en Ecuador?

-En Quito realmente lo único que tengo es agradecimiento porque la gente me ha tratado siempre con mucho respeto, hasta en los momentos malos cuando en la cancha me insultaban y pedían que me vaya. Después no podía caminar por las calles por el agradecimiento de todos los hinchas y la gente de Ecuador que me lo manifestaron hasta el último día antes de irme. Y obviamente hice muchos amigos y ya me tocará volver para saludarlos.

-¿Será que en algún momento en Quito te dedicarán una estatua como le hicieron los hinchas de Racing a Mostaza Merlo?

-(Risas)...No, te digo la verdad, no. Inclusive no estoy interesado en eso, porque lo más importante es el recuerdo que ha quedado con la gente y eso no hay nadie que lo pueda tirar abajo ni construir.

-¿Y haber estado en Japón?

-Fue una experiencia maravillosa por lo que me tocó jugar, por la jerarquía que tiene el torneo y porque es lo máximo que un técnico puede aspirar a dirigir a nivel de clubes. No hay algo superior a eso. Haber llegado a lo máximo ha sido algo fabuloso como experiencia.

-¿Con la proyección que tenés soñás con ser el técnico de la selección?

-No, porque para estar en la selección, por la importancia que tiene Argentina y su fútbol, uno tiene que tener una historia más pesada todavía y yo la estoy construyendo. Quizás, si las cosas me siguen saliendo bien, pueda llegar a tener una chance. También soy conciente que la historia tiene mucho que ver con todo eso porque es un lugar muy alto. Sí me gustaría trabajar a nivel de selección. Eso es una ambición personal y un desafío que en algún momento me gustaría tener por el cambio que existe entre dirigir un equipo y una selección.

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