La pasión crece desde chico

"En la Argentina es más reconocido el jugador de fútbol que el médico más importante, que el mejor profesor o el mejor escritor, y ahí tal vez haya un error". La frase pertenece a Adrián "Mono" Daniele, el nuevo coordinador de baby fútbol de Rosario Central. El Mono continúa y aclara su pensamiento. "Todos tenemos un jugador de fútbol adentro, es muy poca la gente que en un país con la idiosincrasia nuestra, te dice que el fútbol no le interesa y eso le crea presiones a los chicos".

El ex jugador, hermano del "Cuis" y ex ayudante de campo de Angel Tulio Zof, destaca que su trabajo tiene que partir desde lo lúdico. "Con los chiquitos no se puede hacer pretemporada porque físicamente no están aptos para hacer una gran exigencia física. Ellos deben entretenerse, divertirse y aprender jugando".

Las prácticas, comandadas por Daniele y con la colaboración de Hugo Galloni, empezarán en febrero, tanto en la Ciudad Deportiva de Granadero Baigorria, como en las instalaciones que el club tiene en zona sur (Mosconi y Acevedo). Los martes y jueves practicarán las categorías 2001, 2002 y 2003, desde las 18.30. Mientras que los miércoles y viernes, en el mismo horario, lo harán las categorías 2000, 1999 y 1998. En esos dos lugares, 350 chicos trabajarán con la misma metodología y competirán en la liga rosarina y en el campeonato de Arditi.

Daniele no se aparta de las metas comunes que se persiguen en su función. "Apuntamos a la formación, para que lleguen la mayor cantidad de chicos posibles a las inferiores del club y no se nos escapen más jugadores de la zona", pero explica que ese objetivo hoy no es tan fácil de cumplir. "Antes los clubes de Buenos Aires no venían a buscar jugadores y hoy los tenés a todos dando vueltas. Antes las inferiores de Ñuls y Central sacaban ventaja y hoy se ha emparejado".

En cuanto a la manera de conseguir que un chico de otro club se acerque a Central y continúe su aprendizaje allí, Daniele explica cuales son los pasos que generalmente se siguen. "La metodología es hablar con el club que tiene al chico y ofrecerles algo que le podamos dar, puede ser una clase, una capacitación o algún recurso que les haga falta. Por lo general el club acepta, pero siempre hay que preguntarle al chico si quiere venir". Daniele también aclara que con algunos clubes se hacen convenios por un porcentaje de una futura venta y que con otros, se intenta que Rosario Central sea la primera opción para acercar a los chicos.

En cuanto al nivel de competencia que pueden tener los chicos de Rosario y la zona, Daniele afirma que "en Buenos Aires tienen mejor competencia porque compiten entre ellos, nosotros, en cambio, lo hacemos con la escuela de Griffa, con Tiro Federal pero sino la competencia no es tan fuerte".

Sobre los trabajos que les plantean a los niños de 5 a 10 años, el Mono explica la metodología aplicada. "Dividimos los entrenamientos en tres estaciones con profesores de educación física que los coordinan, les enseñan a correr para que sus aptitudes físicas sean mejores. Mientras que en la segunda parte, el chico entra en contacto con la pelota a través de los juegos y en la tercera nos basamos en la técnica individual para que lleguen lo mejor posible a las inferiores".

Si bien la mayoría de los niños que practican y juegan en el baby auriazul quieren algún día ser jugadores profesionales, Daniele ensaya una explicación para hacer entender que el camino es muy difícil. "En Rosario debe haber 2000 chicos que juegan al baby. Todos los años en los clubes de Primera debutan 100 pibes, a razón de 5 por equipo. En Rosario serían 10 debutantes por año y empiezan 2000. El porcentaje de chicos que llega a jugar en la Primera División del fútbol argentino es bajísimo si lo comparamos con la cantidad que empieza. Si eso lo analizamos como éxito o fracaso, somos un país de fracasados. Por eso hay que ir tranquilos, sumando experiencias para estén bien preparados si les toca llegar a Primera".

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