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Sábado, 21 de febrero de 2009
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Salcedo hizo el gol del empate ante Gimnasia de Jujuy

Ñuls resignó dos puntos

Tras su arranque avasallador en el torneo, se generó una expectativa que ayer los chicos no pudieron cubrir, superados por la ansiedad del entorno y la ausencia de claridad para ingresar jugando en el área jujeña.

Por Alejo Diz
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Salcedo volvió al Coloso y volvió a convertir.

1 Ñuls: Peratta (6); Pillud (5), Insaurralde (6), Schiavi (6), Quiroga (5); Bernardi (6), Bernardello (5); Sperdutti (5), Mauro Formica (5), Vangioni (5); Salcedo (5). DT: Roberto Sensini.

1 Gimnasia (J): Pezzutti (6); Rocco (6), Loeschbor (6), Desvaux (6); Busse (5), Montenegro (4), Iuvalé (5), Ramasco (4), Gómez (4); Ferradas (4), Calandria (5). DT: Omar Labruna

Goles: ST: 24m Arraya (G) y 30m Salcedo (Ñ).

Cambios: ST: 14m Ladino por Montenegro (G), 18m Arraya por Ferradas (G) y Armani por Bernardi (Ñ), 29m Leandro Torres por Mauro Formica (Ñ) y Cahais por Gómez (G) y 42m Cristaldo por Vangioni (Ñ).

Arbitro: Diego Abal

Cancha: Coloso del Parque


Las condiciones del juego no las puso Ñuls, y menos aún Gimnasia y Esgrima de Jujuy, que se armó para defender a Pezzutti. El árbitro, con sus desaciertos repartidos, tampoco trazó el desarrollo del juego. La esperanza de los leprosos descansaba en la posibilidad de que sus juveniles sean los que manden dentro del campo de juego, ayudados ellos por un Schiavi siempre sólido en defensa y un Salcedo ofreciendo referencia en el área rival. Pero en verdad el condicionante del partido fueron los números de Ñuls en la tabla, que tras su arranque avasallador generaron una expectativa que ayer los chicos no pudieron cubrir, superados por la ansiedad del entorno y la ausencia de claridad para ingresar jugando en el área jujeña.

Si el repaso del partido se hace de atrás para adelante, se podría destacar en la visita cierta ambición por dar con la victoria, llevando peligro en contragolpes claros, algunos mal resueltos por Arraya, otros conjurados por un juez de línea que advertía el fuera de juego, y el resto por Peratta y Schiavi, que cuando arriesgaron nunca perdieron.

Por el aquel entonces, cerca del epílogo, Ñuls estaba de apuros. Porque en la primera hora de juego no apareció el talento para jugar en equipo, y lograr quebrar a una línea defensiva de los jujeños que tenía como pilar a Loeschbor, y delante suyo a otros siete compañeros dispuestos a dejar todo esfuerzo en pos de sacar algún punto.

Pero si el análisis del encuentro comienzo en el minuto uno, entonces hubo un Ñuls dispuesto a dar la cantidad de pases necesarios para llegar al otro lado del campo de juego, luciendo una convicción por el juego sobre el césped que no se repite mucho en el fútbol argentino, pero que en el caso de ayer se diluía al llegar al área rival. Es que allí aparecía cierto perfil egoísta en los juveniles leprosos: Sperdutti desbordó por la derecha en tres ocasiones óptimas, buscando el arco en la mayoría de ellas sin puntería, y cuando optó por el centro atrás lo hizo sin levantar la vista antes. Del otro lado, Vangioni incurrió en lo mismo, con la diferencia que en dos ocasiones sus remates debieron exigir a Pezzutti.

Quien no estuvo al ritmo del resto fue Formica, de poco contacto con la pelota, disminuyendo así la participación de Salcedo, a quien nunca le llegó por abajo, y por arriba casi siempre perdió con Loeschbor. Cada vez más Ñuls acudía al centro de Sperdutti, Pillud (por el lateral derecho había muchas facilidades) y Quiroga, sin por eso lograr preocupación en el rival. Una pelota que Busse sacó en la línea, tras centro de Sperdutti, y otra acción similar disuadida por Desvaux hicieron saltar a Sensini. La visita, en la última de la primera parte, se arrimó a Peratta con pelotazo pasado de Gómez que encontró a Busse apareciendo sólo por el segundo palo, pero poniendo el pie sin precisión y la pelota se fue desviado.

Para el complemento a los juveniles la presión que bajaba de las tribunas le restó serenidad. Para complicarla aún más, Labruna sacó a Montenegro del medio para poner a Ladino, revalidando su apuesta por la marca. Como respuesta, Sensini se la jugó y fue por más, con el ingreso de Armani por Bernardi. Pero nada cambio, al menos en el área de Pezzutti. Porque en el terreno de Peratta hubo sorpresas: una salida de tiro libre encontró a Arraya, recién ingresado, con la pelota picando en el área grande y sacando un zapatazo que se desvió en alguna pierna e ingresó al fondo del arco leproso.

Quedaban por jugar menos de media hora, y en Ñuls las urgencias se habían duplicado. Leandro Torres no trajo soluciones a su ingreso. Pero cuando hubo tiempo para pensar cayó el empate, pero no de los pies de un juvenil: de tiro libre, Salcedo remató bajo al palo del arquero y señaló la merecida igualdad. Lo que vino después fue emotivo, porque los leprosos se volcaron sin tomar precauciones al ataque y los jujeños lo tuvieron de contra. Arraya quiso definir por sobre el arquero y la tiró deliberadamente afuera, y Armani esta vez no marcó por culpa del travesaño. El aplauso final fue el premio al esfuerzo. Esta vez a Ñuls no lo salvaron sus chicos. El equipo resignó puntos inesperados, pero Salcedo está de vuelta.

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