Imprimir|Regresar a la nota
Domingo, 22 de marzo de 2009
logo rosario
Fútbol. Central empató anoche con Velez en un encuentro repartido.

El equipo de Merlo no pierde

Mostaza y sus dirigidos siguen sumando. Incluso ante un Velez que impuso sus reglas y que, por momentos, logró desplegar lo que parecía una clara supremacía. Pero los canayas reformularon a tiempo el libreto y rescataron un valioso punto.

/fotos/rosario/20090322/notas_o/08a.jpg
Caraglio saca el disparo cerca del área contraria. Desequilibró y volvió a convertir.

1 Central: Broun; Alvarez, Braghieri, Burdisso, Jorge Núñez; Moreno y Fabianesi, Zarif, Escobar, Méndez; Zelaya, Caraglio. DT: Reinaldo Merlo

1 Vélez: Montoya; Cubero, Domínguez, Otamendi, Papa; Ocampo, Razzotti, Zapata; Moralez; Hernán López, Larrivey. DT: Ricardo Gareca

Goles: PT: 16m Larrivey (V). ST: 23m Caraglio (C).

Cambios: ST: Desde el inicio Ezequiel González por Zarif (C), 21m Nanni por Rodrigo López y Coronel por Ocampo (V), 32m Vizcarra por Zelaya, 33, Choy González por Méndez (C) y 37m Martínez por Moralez (V).

Arbitro: Pablo Lunati

Cancha: Central

No jugó como quiso: al contragolpe. Pero ante un rival que impuso condiciones dentro de la cancha, Central supo reformular sus intenciones de juego, incluso superando limitaciones propias, y rescató un punto en un partido donde Vélez lució con ventajas deportivas que parecían encaminarlo al triunfo. Lo que sucedió es que el canaya reaccionó en el segundo tiempo, llegó al empate y hasta se animó a ir por los tres puntos. El reparte de puntos fue lo más justo, para una noche de fútbol donde los dirigidos por Gareca mostraron, en el primer tiempo, algunas de sus cartas para sostener en la pelea grande. Y como ante Arsenal, el goleador auriazul volvió a ser Milton Caraglio.

Al simpatizante de Central lo moviliza la esperanza. No aquella que se promueve en televisión en horario para noctámbulos, sino las que desparramó Reinaldo Merlo, con su inesperado arribo victorioso en Arroyito. Casi 40 mil personas, algunas de ellas con caretas del carismático Mostaza, se acercaron al estadio para alentar el equipo. Todo lo que pasó antes de que comience a rodar la pelota tuvo aires festivos. Una vez escuchado el primer pitazo de Lunati lo que cobró importancia fue la urgencia estadística de Central en la tabla del promedio, con su consecuente necesidad de encontrar un nuevo triunfo.

Junto a esa obligación, además, el canaya chocó ante un rival con ideas y ambiciones claras, que se manifestaban en los generosos recursos que volcaba el equipo de Gareca cuando atacaba. Lo que incomodó al auriazul era el orden del rival, que a pesar de su vocación por ir a la búsqueda del gol no se descompezó nunca en defensa.

Por ello, Central jamás pudo sacar un contragolpe. Entonces sus avances más peligrosos se sostenían en algún que otro tiro libre, pero todos ellos mal resueltos. La movilidad de Larrivey abría grietas en el fondo canaya. En una de sus apariciones quedó sólo por izquierda ante Broun, pero el uno ganó el desafío. Lo que no pudo Central es corregir aquel descuido, porque el ex Huracán siguió sorprendiendo, hasta llegar al gol: bochazo frontal de Zapata, Larrivey la bajó con el pecho entre los centrales, se acomodó y definió bajo al lugar donde no había ido el arquero.

A Central no le faltaron ganas para reaccionar, lo que ocurrió fue que la sobriedad táctica de Vélez se impuso, con lo cual todo pasó por los pies del equipo rival, incluso las acciones de gol: Papa disparó alto, Rodrigo López la tiró por arriba al quedar frente al arco y luego Burdisso le quitó la pelota a Larrivey cuando se prestaba a definir dentro del área. Se fue el primer tiempo y Central, que se preparó para jugar de contragolpe, careció de sorpresa en sus avances.

El ingreso de Ezequiel González para el segundo tiempo no repercutió en la construcción de juego de Central, pero sí sirvió para mermar la intensidad ofensiva del rival, que ya en la segunda parte no llegaba seguido a Broun. Ese fue el primer paso que dio Central: alejar a Vélez de su terreno. La segunda virtud de Central estuvo en el pie izquierdo de Caraglio, que se encontró con un rechazo imperfecto de Otamendi y sacó una tijera en el área chica que se clavó, tras un pique, en el ángulo izquierdo de Montoya.

Desde entonces el juego se abrió, por las aspiraciones compartidas de triunfar, apareciendo jugadas de riesgo en las áreas, aunque todas ellas conjuradas por los arqueros o bien mal resueltas en el último toque. El final se disputó con mucha intensidad, con Vélez tan cerca del triunfo como Central, pero sin que alguna acertara en el remate. Por eso el Arroyito el balance fue alentador: se evitó la derrota y ante un rival candidato al título. El Central de Merlo no ganó, pero volvió a sumar.

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.