Central se hunde un poco más

2 Central: Galíndez (5); Chitzoff (4), Braghieri (5), Valentini (5), Santiago García (5); Zárate (4), Paglialunga (5), Núñez (6); Zelaya (4), Figueroa (5), Caraglio (5). DT: Ariel Cuffaro Russo.

3 Arsenal: Campestrini (5); Nervo (5), Peppino (5), Tula (6), Darío Espínola (5); Marcone (5), Sena (6), Poggi (6), Yacuzzi (7); Leguizamón (5), Obolo (6). DT: Jorge Burruchaga.

Goles: PT: 10m Caraglio (C), 16m Yacuzzi (A), 21m Obolo (A). ST: 16m Sena (A) y 33m Figueroa (C).

Cambios: ST: 21m Rivero por Zárate y De León por Chitzoff (C), 32m Facundo Silva por Leguizamón y Alvarez por Nervo (A), 39m Aguirre por Poggi (A).

Arbitro: Cristian Faraoni

Cancha: Central

Central tenía enfrente al equipo que más partidos perdió en las primeras seis fechas, cuatro caídas que llevaron a su técnico a prescindir de sus nombres más pesados, como Franco Jara, Aníbal Matellán y Diego Galván. Es decir que la obligación del canaya por ganar era incuestionable antes de comenzar el juego, e incluso una vez que la pelota empezó a rodar y el auriazul se encontró rápidamente con ventaja. Aunque todo lo que parecía no era tal: Arsenal se guardó algunos acciones ofensivas de envidiable precisión, lo dio vuelta en pocos minutos y a ello se añadió la impericia de Cristian Faraoni, que se encolumna en la lista de árbitros que se esfuerzan por hacer buena letra cuando de un lado está el conjunto de Don Julio.

Lo del árbitro, a la postre, pasó a ser una sospecha más de las que sobrevuelan en la AFA en cuanto a arbitrajes para con Arsenal se refiere. Lo padeció Ñuls el año pasado cuando los de Sarandí pasaron por el parque con el arbitraje de Lunati, y lo soportaron ayer los hinchas de Arroyito. Faraoni nunca se equivocó en favor de Central, mientras que nada se le escapó de lo que era en beneficio de la visita.

Pero no fue Faraoni un protagonista relevante. Ese papel quedó para los equipos, más incluso para Central, que por medio de Gervasio Núñez, transformado en el jugador más incisivo del equipo, encontró el camino al gol, con un centro al área chica que capturó Caraglio para cabecear ante Campestrini.

El estadio bullía de cánticos y fuegos artificiales. Pero la alegría duró lo que aguanta encendida la mecha de un tres tiros. Habían pasado pocos minutos, cuando Yacuzzi tiró una pared con Laguizamón y el defensor entró al área como goleador y definió de puntín, picando la pelota por el segundo palo. Segundos después otra vez Yacuzzi ingresó por la derecha del área auriazul y tiró el centro para que Obolo defina de cabeza dentro del área menor. La visita revirtió el tanteador en cinco minutos.

Se dice que al jugar con Arsenal lo más difícil es hacerle el primer gol, por la adicción defensiva que lucen los equipos de Burruchaga. Aquella creencia futbolera ayer marchitó. Central le hizo el gol rápido y lo terminó perdiendo ofreciendo torpe resistencia.

El complemento comenzó con el canaya volcado masivamente a la ofensiva. Arsenal resistió las embestidas, sacando uno y otro centro, e incluso aprovechando los yerros de Faraoni, que con dudosos pasos hizo enardecer a los hinchas.

Pero la discusión se cerró a media hora del final, cuando de contragolpe Sena señaló el tercero al recibir un centro bajo de Leguizamón que encontró a todo Central corriendo detrás de la pelota. Entonces Central terminó el partido peleándose con el juez, los simpatizantes absorbiendo la impotencia que subía desde el campo de juego y con un palco dirigencial vació, ante la temprana salida de los dirigentes del estadio. El descuento de Figueroa le devolvió emoción al juego, pero nada más.

Lo hecho ante Banfield, y el tipo de partido que perdió ayer con Arsenal, dejaron a Cuffaro Russo sin armas para insistir en la recuperación, más aún tras ensayar con tres puntas y tampoco encontrar la victoria, y con Horacio Usandizaga internado. Ya van siete partidos en que el auriazul no suma de a tres. Y si se mira hacia atrás para ver qué pasa con los clubes que pelean por la permanencia y sufren semejante racha, se precipita el momento de tomar decisiones, que pueden ser tan injustas (no olvidar el pasado Apertura) como necesarias para recuperar la fe.

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