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Lunes, 20 de mayo de 2013
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Central ascendió tras ganarle a Gimnasia y Esgrima de Jujuy

Tres goles de Toledo para la epopeya de la vuelta a la A

Aunque el primer tiempo fue complicado, el equipo de Russo mostró su hidalguía en el complemento. En apenas catorce minutos, marcó la diferencia que desató un festejo popular inédito en la ciudad. En el Monumento, miles gritaron su alegría.

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Javier Toledo fue el héroe inesperado. Sus tres goles fueron definitorios para festejar ayer el ascenso.

0 Gimnasia (J): Hoyos; Nicolás Ferreira, Maldonado, Stechina; Leonardo Ferreyra; Guzmán, Vittor, Sanabria; Fileppi, Ibáñez, Bergese. DT: Mario Gómez

3 Central: Caranta; Ferrari, Valentini, Peppino, Delgado; Encina, Domínguez, Méndez, Lagos; Medina, Toledo. DT: Miguel Angel Russo

Goles: ST 2m, 4m y 16m Toledo (C)

Cambios: ST 11m Abraham por Vittor (G), 19m Bareiro por Toledo (C), 20m Rodríguez por Bergese (G), 30m Rivero por Ibáñez (G)

Arbitro: Juan Pablo Pompei

Cancha: Gimnasia de Jujuy

Tres años de eterno sufrimiento quedaron en el olvido anoche. Central volvió al lugar del que nunca debió haberse ido: la Primera División. El canaya completó una campaña inolvidable y goleó a Gimnasia en Jujuy por 3 a 0 con un triplete de Toledo, que en apenas quince minutos pasó de villano a héroe. Los jugadores celebraron en el estadio junto a los hinchas, que completaron toda la tribuna visitante. El plantel prolongó el festejo en el vestuario y buscaba regresar rápido a Rosario para continuar la fiesta.

Antes de la inconmensurable alegría, hubo un partido que no fue tan simple como refleja el resultado. Central no se apresuró en el inicio. Respetó a Gimnasia, pero le cortó todos los posibles circuitos de ataque, y cuando tuvo un resquicio se animó al ataque. Pero como no disponía de grandes espacios, se repetía a veces en pelotazos cruzados sin sentido. El lobo, débil en la ofensiva, se agrandaba en el mediocampo, donde le peleaba el partido al canaya. El equipo de Russo, sin embargo, no se ponía nervioso. Firme, esperaba con paciencia sus oportunidades.

La tranquilidad fue desapareciendo a medida que llegaba el cierre de la etapa. Porque si bien se paró con solidez en la cancha, Central se fue desdibujando. Por aciertos del rival, que lo llevó a un terreno hostil, pero también por errores propios, ya que no supo contrarrestar el planteo de Gimnasia. Encina y Lagos no podían desnivelar por los costados, y se avanzaba por el medio de la cancha. Inevitablemente, Central apelaba al pelotazo. Y ahí perdía más de lo que ganaba. No era negocio. El local lo llevó a su terreno y le cortó todos los canales. No en vano el lobo jujeño es uno de los equipos que tiene menos goles en contra en el certamen, solo superado por Olimpo de Bahía Blanca. No hubo un jugador canaya que haya leído con claridad los puntos flacos del rival. A esa altura, si no lo revertía en la segunda etapa, el ascenso quedaba bastante lejos.

El flojo rendimiento tocó el orgullo de los jugadores, que salieron a disputar el epílogo con otra energía. Desde el primer minuto, presionaron bien arriba en la salida del rival y así aparecieron los espacios y las individualidades. Al segundo minuto, Encina envió un córner y Toledo se elevó sin marca para clavarle en el ángulo. Justo el hombre más cuestionado, el que soportó agresiones de todo tipo, se convertía en el chico de la tapa. Por si restaba algo para convertirlo en el hacedor de la vuelta a Primera, el nueve convirtió el segundo antes de los cinco minutos. Encina habilitó a Ferrari, en la primera subida clara del lateral, que tocó atrás para la entrada de goleadora del nueve. En las tribunas del 23 de agosto se multiplicaban las lágrimas de alegría. Ya no había temor para decir la palabra "ascenso".

Gimnasia no salía del asombro. Central, el mismo al que había controlado en 45 minutos, le sacó dos goles de ventaja en 120 segundos. Le demostró con una contundencia infalible por qué es el líder merecido del Nacional B. El canaya no esperó la reacción del local y fue por más, faltaba una perla que coronara el regreso. Y quien sino Toledo para marcarla: miró a Hoyos adelantado y se la clavó por arriba con una sutileza. Concierto del nueve, que seguramente con el triplete reemplazará el rechazo para transformarlo en un recuerdo imborrable para todos los canayas.

Los últimos treinta estuvieron de más. El logro estaba consumado y el protagonismo se trasladó a la tribuna ocupada por el público canaya, que sufrió horrores durante los tres años en el Nacional B, y que hoy podía respirar aliviado. Central regresó a Primera, cumplió el primer objetivo, el más grande. Con la fortaleza que demostró tener este equipo, es de esperar que no descansen hasta conseguir el campeonato.

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