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Como en un desfile de moda, aparecieron de uno, a paso calculado y con ancha sonrisa. Luego se probaron la indumentaria oficial del club ante los hinchas y finalmente se acercaron a los periodistas. Se trata de los refuerzos contratados por Central a horas del cierre del libro de pases, nombres que remontaron las ilusiones de un hincha desanimado, al menos hasta ayer. El primero en posar para las fotos fue Carlos Luna, proveniente de River, quien jugará para el canaya los próximos tres años. "No soy más que nadie, vengo a sumar y estoy listo para jugar el domingo", aseguró el ex goleador de Tigre. Sebastián Abreu fue el segundo en aparecer en escena. "Después de hablar con (Miguel) Russo entendí que lo que quería para mi carrera era lo que Central necesitaba", consideró el Loco, quien ya se quedó con el número 13 de la camiseta. Ya con menos flashes esperando su presencia, posó el volante paraguayo Eduardo Ledesma, proveniente de Godoy Cruz, y último en integrarse al plantel auriazul que el domingo debuta ante Quilmes.
Por dinero invertido y presente del jugador, el mejor refuerzo contratado por Central es Luna. Por el delantero de 31 años el club invirtió más de un millón de dólares en la compra de la totalidad de su pase. "Dolió la decisión de irme de River, pero había que tomarla y fue la correcta", repasó el ex goleador de Tigre, quien firmó por tres años con el canaya luego de desvincularse del club millonario.
"Una de las cosas que me decidió a aceptar la propuesta de Central fue la insistencia del club por querer contar conmigo", precisó Luna sobre su llegada Arroyito tras un año en River. "Le agradezco a la gente porque se ilusiona con los refuerzos; yo también estoy con muchísima ilusión y ganas de jugar en Central", destacó el delantero que brilló el año pasado en Tigre.
Abreu, a su turno, lució más suelto en la conferencia y se mostró seguidor del club de Arroyito. "Lo más importante será poder entender a los compañeros. Si fuera un jugador desequilibrante, como en su época (Omar) Palma o el "Pollita" Da Silva, podría solucionar los problemas solo, pero soy un centrodelantero de área y necesito que el equipo me entienda", expresó el delantero de la selección de Uruguay sobre el rol en el canaya.
"Estoy muy contento en esta nueva etapa. La ilusión está intacta y eso me lleva a querer acoplarme a lo que quiere Miguel (Russo) para consolidar rápidamente una identidad, una idea futbolística", confió Abreu, de 36 años.
Mientras que Eduardo Ledesma, ex Lanús y Godoy Cruz, cumplió la rutina de presentación con mayor incomodidad, asumiendo el protagonismo de los delanteros, pero no por eso su pase fue menos relevante: "La verdad que no tuve nada que pensar ante el interés de (Miguel) Russo para venir a Central. Estoy muy ilusionado", asumió el último en firmar ayer en la sede de calle Mitre.
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