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Si en la derrota ante Lanús lo importante de Central estuvo en algunos aspectos de su juego, en la victoria de ayer ante Boca lo que tiene relieve en el canaya es el resultado. Nada más. Porque sobre el rendimiento colectivo, los hinchas auriazules vieron lo peor del equipo de Miguel Russo, desorientado en cancha, con jugadores dispersos, protagonizando un partido que tenía tono de entrenamiento. Pero Boca nunca detectó los agudos problemas en el local y en un puñado de minutos el Gigante estallará de fervor, en jugadas que tuvo a Sebastián Abreu como partícipe necesario, aunque los gritos fueron de Franco Niell y Alejandro Donatti. Una victoria atinada para recuperar la sonrisa a días del clásico.
Analizar el resultado llevará a un diagnóstico desacertado, indefectiblemente. Central jugó el peor partido de local, al menos en la primera hora. Se vio a un Boca tocando a gusto, jugando por donde quiso y forzando al canaya a caer en las infracciones para detener el dominio.
Domínguez y Méndez pegaron mucho, Abreu estaba sin ayuda de sus compañeros, y el juego se concentró en los centros compulsivos de Aguirre o el pelotazo a Abreu. Para colmo, Encina y Ferrari estuvieron desconocidos con la pelota, y Acuña se veía forzada a la individual.
Fueron los primeros 20 minutos donde Boca mostró presencia. Con el manejo de la pelota entre Gago, Sánchez Miño y Martínez, una mala salida de Encina propició el desborde de Sánchez Miño para centro al primer palo que cabeceó hacia atrás Martínez, y surgió en el segundo palo Gigliotti, en claro fuera de juego no advertido, para empujarla sobre la línea.
Boca ganaba y podía hacerlo por más diferencia con los problemas generalizados en los canayas. Pero este Boca tiene protagonismo pequeño, no cree en sus cualidades y dejó pasar los minutos, que eran los de su claro predominio, sin importancia. Y si bien Central no reaccionaba, llegará el momento que la displicencia visitante tendrá su precio.
Además de ir perdiendo, Central perderá a Acuña por una lesión muscular y la impaciencia de sus hinchas crecía en las tribunas, como el malestar con el árbitro, que anuló un gol de Abreu por fuera de juego dudoso.
Gago quedó frente al arco y estrelló un derechazo en el travesaño, en el inicio del segundo tiempo, que tenía a Central aún más ansioso. Pero Rapallini volvió a equivocarse cuando debió expulsar a Berra por tomar a Gigliotti al encargar al área, en un partido que seguía con el visitante a ritmo de entrenamiento.
Russo acudió a Becker y Medina, pero el equipo encontrará oportunidades con Niell y Abreu. Faltaba poco para el final y Boca pecó de engreído: Abreu dio un pase genial y dejó a Niell para sellar el empatar. Central bombardeaba el área de Boca a pelotazos y para mejor Bianchi sacó a Gigliotti, más tarde a Martínez, el mejor de la visita, y meterá a Pérez marcar en el juego área a Donatti. Y no llegó a jugar un minuto el defensor de Boca, que una pelota quedó en el área luego de un zurdazo en el palo de Domínguez, Abreu largó rápido, Niell dio continuidad con un taco y Donatti concluyó la secuencia de pases definiendo bajo para llevar a todo Central a una victoria festejada por duplicado, como esos partidos en que el resultado es el mejor consuelo.
2 Central: Caranta; Ferrari, Berra, Donatti, Delgado; Encina, Domínguez, Méndez, Aguirre; Acuña, Abreu. DT: Miguel Russo.
1 Boca: Orion; Grana, Daniel Díaz, Forlín, Insúa; Erbes, Gago, Bravo, Sánchez Miño; Martínez, Gigliotti. DT: Carlos Bianchi.
Goles: PT: 13m Gigliotti (B). ST: 26m Niell (C) y 30m Donatti (C).
Cambios: PT: 24m Niell por Acuña (C). ST: 16m Medina por Encina (C), 20m Becker por Aguirre (C), 23m Riaño por Gigliotti (B), 27m Acosta por Martínez (B) y 29m Pérez por Erbes (B).
Arbitro: Fernando Rapallini
Cancha: Central
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